Pachamama hay una sola

Humberto Vacaflor Ganam.

Los dirigentes del Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyo (CONAMAQ) dicen que el Gobierno de Evo Morales tiene un doble discurso, o doble moral, respecto del respeto a la Pachamama.



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Cuando se trata de condenar a los países desarrollados es una moral la que aplica Morales, pero cuando se trata de una empresa petrolera venezolana, la moral de Morales es otra. El problema es que la Pachamama es una sola.

Los dirigentes del CONAMAQ aluden al hecho de que el Gobierno ha decidido quitar de la agenda de la Conferencia Mundial sobre el cambio climático, de esta semana, los temas nacionales, porque no quiere que se conozcan sus denuncias.

Es decir que en esa conferencia (Dios quiera que haya sido bien organizada por David Choquehuanca) se protestará contra lo que hacen otros países para afectar al planeta, pero no se dirá una palabra sobre lo que ocurre en Bolivia. La paja en el ojo ajeno.

El CONAMAQ, de la región andina, reclama por las violaciones al medio ambiente que hacen empresas amigas del Gobierno, como la coreana Kores, en Corocoro, pero también de Petroandina (PDVSA-YPFB), que daña a la Pachamama en el norte de La Paz y ahora también en el chaco tarijeño. Los pueblos originarios de esas regiones agradecen al CONAMAQ y se han sumado a la protesta.

La protesta contra la política del Gobierno que afecta a la Pachamama será paralela a la Cumbre de Cochabamba. Una mesa no autorizada, proscrita, será instalada para analizar las violaciones del Gobierno del MAS a la madre tierra.

La Pachamama está sufriendo con este Gobierno. En pocos años (cuatro), Bolivia pasó de ser el mejor país del mundo en manejo de los bosques, y que era premiado por ello, a ser el país del descontrol total. Con el criterio de que las prácticas de protección de los bosques eran impuestas por el imperio, se las eliminó. Las empresas que estaban a cargo de la explotación de la madera están aterrorizadas, no se les facilita el acceso al combustible ni se les reconoce los títulos, y así esos bosques han quedado a merced de saqueadores de madera.

Bandas de “colonizadores” avanzan sobre los bosques, incluso de los parques naturales, explotan la madera y detrás de ellos llegan los cocaleros. Así se explica que la extensión dedicada a la coca se haya duplicado.

En suma, si vamos a ser defensores de la Pachamama, hagámoslo de manera honesta. No importa que nos vistamos con disfraces recién improvisados. Tampoco importan los discursos. Lo que valen son las actitudes ante la Pachamama.

Los benianos denuncian que las represas que proyecta Brasil en el río Madera crearán pronto el gran lago Beni, pero el Gobierno boliviano no ha reaccionado. Los agricultores sufren en Potosí por la contaminación de las aguas por la minería y en Cochabamba sufren por las aguas de la industria de la cocaína.

El presidente Evo Morales Ayma dice que el capitalismo está destruyendo el planeta. En la mesa 18 de Tiquipaya se demostrará que las malas políticas, los dobles discursos, las actitudes ladinas no solamente están destruyendo a la Pachamama: la están violando. (La Prensa)

Periodista