El fiscal se encuentra nuevamente en Santa Cruz, tiene previsto tomar las declaraciones a un grupo de cruceños. Dos fiscales le acusan de monopolizar las investigaciones. 
Visita. Soza sale de las oficinas de la Dirección de Aeronáutica Civil de Santa Cruz
El Deber. El fiscal que investiga el caso de supuesto terrorismo en Santa Cruz, Marcelo Soza, busca los posibles rastros de algunos vuelos en avionetas particulares que pudo haber realizado Eduardo Rózsa y su grupo.
El fiscal, que se encuentra desde el lunes en Santa Cruz, se dirigió ayer temprano a las instalaciones del aeropuerto El Trompillo y cerca del mediodía estuvo en las oficinas de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC). Visiblemente molesto, al tratar de ser entrevistado, Soza dijo que ya no hablaría con los medios.
El representante de la DGAC en Santa Cruz, Javier Puente Crespo, informó de que Soza fue a su oficina a interiorizarse de los mecanismos necesarios para requerir datos de la institución. Por la tarde, Soza se dirigió a las oficinas de AeroSur para tratar de recibir datos sobre quién pagó los pasajes del grupo de Rózsa.
Para hoy el fiscal tiene previsto tomar las declaraciones a un grupo de cruceños y en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen señalaron de que tienen un espacio reservado para él desde las 8:00.
Sin embargo, ya hay un problema que le espera a su regreso a La Paz. Los dos fiscales que fueron recientemente designados como parte de la investigación del caso lo acusan de monopolizarlo y están a punto de pedir ser separados del mismo, ya que aseguran que Soza nunca les dio el cuadernillo de investigación. El fiscal de Distrito de La Paz, Williams Dávila, deslindó responsabilidades.