La iglesia condena el linchamiento y pide se haga justicia

El cardenal Julio Terrazas condenó los “linchamientos sin ley” y abogó porque la justicia actúe con prontitud. Exhortó a los gobernantes a trabajar juntos por el bien del país.

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Eucaristía. El cardenal Julio Terrazas celebró la misa de Corpus Christi en el estadio Tahuichi, ante cerca de 37.000 feligreses. Pidió unidad para afrontar la crisis (foto El Deber)



Yandira Toledo – Santa Cruz, La Razón

La iglesia condena el linchamiento y pide se haga justicia

Día de fiesta para católicos

El cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Julio Terrazas, ofició la misa central de la fiesta religiosa ante miles de católicos en el estadio de Santa Cruz

Durante la celebración del Corpus Christi, el cardenal Julio Terrazas condenó los “linchamientos sin ley” y abogó porque la justicia actúe con prontitud. Expresó, además, su deseo de que los gobernantes trabajen juntos por el bien del país.

En una parte de su homilía, desarrollada ante miles de personas que se dieron cita en el estadio Tahuichi Aguilera de Santa Cruz, la autoridad eclesial se solidarizó con las víctimas de la violencia en diferentes lugares del país.

“No es posible tantos signos de muerte, no es posible linchamientos sin ley, no es posible que no se haga justicia rápidamente, no es posible que se siga sembrando el temor, no es posible nada de aquello que se opone a la bondad dignificada de nuestro Dios”, dijo.

Luego, refiriéndose a la fecha, añadió que “por eso, en este día, nosotros pensamos con dolor pero también con solidaridad por aquellos que son víctimas de los atracos, de la violencia, de los linchamientos, de los odios y rencores y persecuciones espirituales, morales y éticas”.

El purpurado envió este mensaje en momentos en que el Gobierno, el Defensor del Pueblo y la justicia intentan resolver un conflicto que se generó en territorio potosino, donde cuatro policías fueron ajusticiados por comunarios de cinco ayllus.

DiÁlogo. El Cardenal también pidió, a su retorno del Vaticano donde se reunió con el papa Benedicto XVI, que todas las autoridades de Bolivia empiecen a trabajar unidas para beneficio de toda la población.

Para tocar este tema, el Cardenal hizo referencia a la parábola del pan y los pescados, donde los seguidores de Jesús fueron alimentados por la multiplicación de los alimentos, pero antes de hacerlo el Señor les pidió que se sentaran en un gesto de hermandad para conocerse mejor.

“En este momento que nuestro país siente muchas inquietudes, quiero decirles siéntense, sentémonos los nueve departamentos, todas las alcaldías y hablemos  de nuestros problemas, busquemos las soluciones, compartamos nuestras dificultades y nuestras esperanzas que son las que dan un caminar claro a todos los pueblos”, manifestó el Cardenal.

Indicó que toda Bolivia está invitada a sentarse para escuchar al Señor, “así lo han hecho en El Alto,  La Paz, Sucre, Chuquisaca, Potosí, Oruro; lo han hecho todas las arquidiócesis y vicariatos, esta mañana en esta celebración”.

El Cardenal inició su homilía transmitiendo el mensaje del papa Benedicto XVI. “El saludo fraternal que envía el

papa Benedicto XVI, con él hemos estado hace 10 días y sus deseos animosos de servir a la Iglesia van más allá de todas las vicisitudes que se puedan presentar”.

“Hemos hablado de nuestras iglesias y nuestros sacerdotes, que están cumpliendo su año santo y nuestros seminaristas, y de todo el pueblo que peregrina a su iglesia. La presencia espiritual del Santo Padre en medio de esta celebración nos lleva a escuchar con atención todas las palabras que tratan de hacernos captar por lo menos una partecita más del gran misterio de la presencia de Dios en cuerpo y sangre”, aseveró.

Señaló que la celebración eucarística “se nos presenta como la catedral de nuestra iglesia, desde aquí queremos escuchar al Señor que nos vuelve a hablar de su reino, que no son reinos ficticios ni inventados, no son reinos que se le han ocurrido a algún grupo para tener más dinero u otros grupos para hipnotizar a las multitudes, aquí está el Señor hablándonos del reino de la vida, la paz, la justicia y la concordia”.

No es posible linchamientos sin ley, que se haga justicia rápidamente

Sentémonos los 9 departamentos, las alcaldías y hablemos

Saludo del papa desde el vaticano

* El papa Benedicto XVI recibió, el 24 de mayo en Ciudad del Vaticano, al cardenal de Bolivia, Julio Terrazas, presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana. El encuentro, realizado a las 11.30 (5.30 hora boliviana), fue de carácter reservado y lo único que se conoció es que tanto el Pontífice como el secretario general del Vaticano, Tarsicio Bertone, expresaron su respaldo al pastor. Por ello, el Cardenal inició ayer su homilía transmitiendo el mensaje del Sumo Pontífice e indicó que “es un saludo fraternal el que envía el papa Benedicto XVI. Con él hemos hablado de nuestras iglesias y nuestros sacerdotes”.

Iglesia pide encontrar soluciones entre todos

Celebración. Lo hizo durante la homilía conmemorada por Corpus Christi

Diálogo. El cardenal Julio Terrazas dijo que los nueve departamentos del país deben estar sentados en la mesa para compartir los problemas y encontrar las salidas a las dificultades

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Fe. El acto central del cuerpo y la sangre de Cristo fue oficiado por el cardenal, ante una masiva afluencia de fieles, que con devoción celebraron esta festividad

Roxana Escobar N., El Deber

Todos unidos a la mesa del Señor, somos convocados al banquete de su amor. Ése fue el cántico y lema bajo el cual el pueblo católico conmemoró la solemnidad del cuerpo y la sangre de Cristo, en la celebración de Corpus Christi oficiada por el cardenal Julio Terrazas en el estadio Tahuichi, que albergó a alrededor de 37.000 feligreses.

El nuncio apostólico aprovechó la celebración para transmitir un saludo cariñoso y muy especial del papa Benedicto XVI, con quien estuvo recientemente reunido en Roma.

Durante la homilía, el cardenal hizo un llamado a que se imite lo que el Señor hizo cuando convocó a una multitud, ante la cual multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a varios. “Acaso no podríamos nosotros también en este momento, en que nuestro país siente muchas inquietudes, decir siéntense, sentémonos, a los nueve departamentos y todas las alcaldías y hablemos de nuestros problemas y busquemos las soluciones adecuadas; compartamos nuestros problemas y dificultades, pero también nuestras esperanzas, que son las que dan un caminar claro a los pueblos”, manifestó.

Terrazas reflexionó a los fieles, a base de las lecturas bíblicas, para buscar la bendición de Dios y, como consecuencia de esa bendición, saber compartir. “Abraham dio el diezmo de todo lo que había ganado; eso es compartir. No hay ninguna bendición para el egoísmo. Cuando se pisotea la dignidad de las personas, tenemos que recordarles que nuestro Dios lo bendice y bendice a aquéllos que lo aceptan y les da un corazón nuevo, un corazón capaz de compartir las cosas que se tiene para que se termine el hambre en el mundo”, sostuvo.

El cardenal indicó que el compromiso de los cristianos es buscar el reino de Dios y hay que hacerlo desde ahora, y no es algo que se tenga que aprender de memoria, es algo que se debe practicar cada día.

Alrededor de unos 800 estudiantes de los colegios Uboldi, José Malky, María Goretti, La Santa Cruz, Vertino Candia y Mariscal Sucre realizaron coreografías vestidos de diferentes colores a lo largo de la celebración, mientras que el ministerio de música fue el encargado de poner el toque emotivo.

El momento más solemne fue cuando miles de fieles recibieron el cuerpo de Cristo, entre ellos algunas autoridades, como el gobernador Rubén Costas y sus colaboradores.

El cardenal Terrazas también destacó las distintas celebraciones de la fiesta religiosa que se efectuaron en ciudades como La Paz, El Alto, Cochabamba, Oruro, Potosí, Sucre y Tarija, donde se sintió la sed de Jesús como una esperanza del pueblo boliviano.

Por su parte, el arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor, pidió en su homilía en la Catedral Metropolitana, ayudar a los más necesitados, como lo hizo Jesús al brindar su vida para salvar a la humanidad y convirtiéndose en el pan y vino de alimento para el alma y la vida misma. «Se debe reconocer que Dios dio su vida por nosotros y recordar que él quiso quedarse en el pan y vino para ser alimento y sostén de nuestra vida, cada día y cada hora. Debemos saber que tenemos el encargo de llevar pan a los hermanos y ayudar materialmente a mejorar su vida y también espiritualmente, para poner bases permanentes a esa mejora. Por eso, amados hermanos, queremos dar gracias a Dios por el misterio grande de su amor», dijo Abastoflor.

El arzobispo recordó el mandato del Señor, de dar de comer a quienes lo necesiten y pidió no quedar indiferentes ante el sufrimiento de miles de personas, ya que quienes tienen la obligación de preocuparse por los demás y buscar mejores condiciones de vida para el prójimo son las autoridades, con la potestad que tienen de preocuparse por mejorar las condiciones de vida en la medida de sus posibilidades, pero también pidió a los feligreses hacer lo mismo. 

La ceremonia religiosa de Santa Cruz concluyó con una  procesión de los fieles, que salió del estadio hacia la Basílica Menor de San Lorenzo, donde la principal autoridad eclesiástica dio la bendición final.

La celebración, que desde hace 14 años se realiza en el estadio, comenzó a las 17:00, con la entrada de la imagen de la Virgen de Cotoca, seguida del cardenal, el nuncio apostólico, los obispos auxiliares , sacerdotes, diáconos y seminaristas.

Papa resaltó relación entre la eucaristía y el sacerdocio

Benedicto XVI dijo que el sacerdocio que la Iglesia ha heredado de Cristo está dirigido a «transformar el mundo con el amor de Dios», durante la homilía de la misa del Corpus Christi. El Papa dedicó la homilía a la relación entre la

eucaristía y el sacerdocio de Cristo ante unas 25.000 personas que asistieron en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, a la misa solemne que ofició con motivo de Corpus Christi.

   En la conclusión del Año Sacerdotal, Benedicto XVI explicó que lo primero que se piensa es que Jesús no era un sacerdote, según la tradición judía, porque la suya no era una familia sacerdotal.

   Pero lo era y así lo demostró en la última cena cuando «Jesús ofreció el pan y el vino y con aquel gesto se resumió a sí mismo y a toda su misión», afirmó.

   «En la eucaristía -prosiguió- Jesús anticipó su sacrificio, un sacrificio no ritual, sino personal». Mantuvo que en la última cena actuó «movido por el espíritu eterno con el que se ofrecerá después en la cruz. Agradeciendo y bendiciendo, Jesús transforma el pan y el vino. «Es el amor divino que transforma: el amor con el que Jesús acepta por anticipado darse totalmente a nosotros», agregó. /EFE

   En algunos pueblos  

– En San Ignacio. El cuerpo de Cristo consagrado salió a las calles y el pueblo ignaciano con mucha fe, devoción y fiel a sus costumbres, tradiciones, cultura y religiosidad participó de los actos programados por la Iglesia católica chiquitana.        Tras finalizar la misa, una multitudinaria procesión de fieles, autoridades, con estandartes, atuendos típicos, en el caso del cabildo y estudiantes, acompañaron la procesión por la plaza principal 31 de Julio donde en cada esquina los vecinos levantaron bonitos altares para el Cuerpo de Cristo consagrado. (Carlos Quinquiví).

– Parroquias. Todas las iglesias de la capital albergadas en las distintas vicarías participaron. También lo hicieron los  fieles de El Torno y otras poblaciones rurales.

– En Quijarro. «Soy el pan bajado del cielo», entonaban las oraciones en la festividad de Corpus Christi, en la celebración acompañada por una numerosa procesión de los pobladores de Quijarro.