Los golpistas del MAS


En las últimas elecciones perdieron en la mayoría de las capitales y en algunas ciudades intermedias y ahora toman por las malas lo que no consiguieron por el voto ciudadano.

imageimage

Sucre: Represión policial en apoyo al golpe municipal del MAS (izq). Los seguidores de Barrón (der) huyen de la gasificación policial, ayer. (fotos La Prensa y Correo del Sur)



Para el MAS nada es intrínsecamente bueno o malo. Según su criterio todo se reduce a si algo se acomoda o sirve a sus intereses, cualquier otra consideración resulta superflua. El partido en función de gobierno se ha trazado como objetivo fundamental, el control absoluto de todos los mecanismos e instancias del Estado y aún de la sociedad civil. Está visto que para alcanzar este objetivo no está dispuesto a reparar en métodos ni consecuencias.

No le gustó mucho al MAS perder en las últimas elecciones en la mayoría de las capitales de departamento y en algunas ciudades intermedias como por ejemplo Achacachi y Quillacollo a las que consideraba su feudo y por tanto diseñó una estrategia para tomar por las malas lo que no pudo hacerlo por el voto ciudadano.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El primer eslabón de esa cadena fue Quillacollo, el libreto está siendo repetido en la alcaldía de Sucre y es dado suponer que se continuará con Potosí para seguir de la misma forma con todas las otras ciudades en las que el MAS no hubiera sido favorecido por el voto ciudadano.

Hay que reconocer que el partido gobernante fue muy previsor y desde muy temprano comenzó a curarse en salud haciendo aprobar disposiciones que pudieran servirle para retomar el control de los municipios en caso de perderlos por el voto.

Por eso mismo se cuidó muy bien de iniciar “investigaciones” en contra de aquellos candidatos que fueran potencialmente ganadores. Si no ganaban no pasaba nada y los ímpetus inquisidores del MAS se apaciguaban pero si esos candidatos opositores resultaban triunfadores toda esta artillería se volcaría contra ellos, como en efecto esta ocurriendo de la manera mas grotesca.

Otro elemento de esta estrategia que será aplicado en una segunda etapa consiste en tornar en ingobernables los municipios en manos de la oposición, ya sea mediante acciones a cargo de los concejales masistas, la compra de algunos opositores o del sistemático recorte del presupuesto lo que impediría la ejecución de obras provocando el descontento de la población. La misma política se aplica para los departamentos con gobernadores de oposición, a menos que estos terminen acatando lo que diga el mandamás de palacio «Quemado».

Es más que evidente que para el gobierno la consideración principal es el control total del poder. Pareciera que copiaron la máxima de Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso quien afirmaba que “salvo el poder todo es ilusión”.

La ciudad de Sucre ya fue testigo y sufrió las consecuencias de esta práctica. Al alcalde elegido por el voto ciudadano Jaime Barrón los masistas le han arrebatado el municipio y está siendo «procesado» por las supuestas humillaciones perpetradas contra un grupo de campesinos. Sin embargo nadie se acuerda de los muertos de La Calancha ocasionados por el gobierno de Evo al hacer aprobar contra viento y marea una “constitución” cuya vigencia está generando gran incertidumbre y caos no solo entre las 36 etnias sino en todo el país.

En los hechos solo los masistas tienen garantizada la vigencia de sus derechos. Pareciera que el “Estado Plurinacional” entre sus principales logros ha conseguido institucionalizar la existencia de ciudadanos de primera (los que gozan de impunidad) y, los de segunda, los que cargan con los muertos, los que son procesados y metidos en la cárcel, es decir, los opositores al régimen.