Entre paréntesis….Cayetano Llobet T.
El académico presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se ríe cuando le muestran las cifras de la catastrófica caída del PIB venezolano en el primer semestre del año. “La burguesía no se da cuenta que en realidad eso refleja el velorio del capitalismo, porque la economía que está cayendo en Venezuela es la economía capitalista”. ¿Cuál será la que está surgiendo? Porque si hay alguna alternativa, Chávez ya estaría vendiendo petróleo en términos que no sean los del capitalismo, cosa que está lejísimos de suceder. Lo de Chávez está bien para Oliver Stone que no vive en Caracas, ni en Chiapas, ni en El Chapare.
Y es que luego de la última crisis financiera global, los temblores europeos por los tropezones de Grecia, ahora de España y las muchas dudas sobre otros países como el Reino Unido, la baja del euro, etc., han aparecido muchos enterradores del capitalismo. Lo que no es fácil hacer comprender a muchos de esos sepultureros voluntarios es que si fuera cierto su entierro, no hay nadie para sustituir al muerto. Los famosos modelos alternativos –léase socialismo- han desaparecido o su supervivencia es más penosa que la del capitalismo. Salvo China, que ha logrado combinar la presencia autoritaria de su Estado con una apertura colosal al capitalismo, no existe un solo caso de socialismo exitoso.
Corea del Norte tiene que inventarse conflictos para poder llegar al momento de cambiar guerra por alimentos. Debe ser uno de los casos de pobreza más dramático al servicio de un payaso dinástico que adora los juguetes bélicos. Bombas atómicas sobre los hombros de muertos de hambre.
Y si no fuera por el bloqueo, Cuba no tendría ningún argumento para justificar el rotundo fracaso de cincuenta años de socialismo. Y es evidente que hay cosas que no dependen del bloqueo: su última zafra azucarera ha sido inferior a la que se logró… ¡en 1903! En 1990 producían ocho millones de toneladas de azúcar: hoy, un millón. Según la información del Financial Times, medio siglo después de que las industrias azucareras fueran nacionalizadas, el gobierno cubano está buscando socios para privatizar ocho de los más importantes ingenios. Más de 100.000 empleados se quedaron sin trabajo al cerrarse al menos noventa ingenios azucareros (información de mercopress.com). El mismísimo Raúl Castro tuvo que anunciar el inminente despido de ¡un millón! de empleados del Estado. ¿Son esos los modelos alternativos? Si de caricaturas se trata, mejor recordar a aquel individuo que mirando un cuadro del Adán y Eva, exclamó: “¡Son cubanos! Están en pelotas, no tienen zapatos, tienen sólo una manzana para comer… ¡y creen que viven en el paraíso!”
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Y todo esto, sin entrar en la política. Porque si a estas alturas se considera como una gran conquista de la democracia la concesión negociada de trasladar a seis presos políticos a prisiones más cercanas a sus familias, estamos verdaderamente jodidos.
Y para colmo, todos esos que nos presentan como modelos alternativos, como soluciones ante el velorio del capitalismo, no representan otra cosa que sacrificios colectivos para el mantenimiento de dictadores encumbrados a la categoría de dioses. Líderes, jefazos, guías, comandantes, soñando con la eternidad de su poder. Habría que hacerles leer las líneas del cubano Heberto Padilla, esas líneas que tanto enojaron a Fidel Castro: “A veces es necesario que un hombre muera por un pueblo, pero lo que jamás puede ocurrir es que todo un pueblo muera por un hombre”…
Si se trata de modelos… ¡que me muestren otros!