Valentin Mejillones no expuso argumentos para su defensa legal. Aseguran que presidió una ceremonia en Palacio durante la ch’alla del Carnaval.
El amauta Valentín Mejillones Acarapi
Marco Chuquimia. La Paz, El Deber
Amauta de los poderosos está preso en San Pedro
Narcotráfico. El sacerdote aimara que ungió a Evo Morales fue remitido a la cárcel. Sus vecinos aseguran que se relacionó con las autoridades por más de 20 años. Sostiene que fue engañado por colombianos
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Valentín Mejillones está deprimido. El hombre que solía disfrutar de las entrevistas luce cansado. Tiene una mueca de disgusto en ese rostro quemado por el sol andino y coronado por una cabellera cobriza, que, de a poco, cede al paso del tiempo. Ayer caminó encorvado hasta la reja de la Policía Judicial de La Paz, pero cuando descubrió que su visita era en realidad un periodista, dio media vuelta y volvió a su celda sin pronunciar palabra. Minutos después fue sacado de ella para llevarlo a su audiencia cautelar, desde donde fue trasladado a la cárcel de San Pedro, acusado de fabricar cocaína en su casa.
Mejillones invistió a Evo Morales el 21 de enero de 2006 como presidente “de todos los indígenas de América” y desde entonces frecuentaba Palacio Quemado para dirigir los ritos telúricos de las principales autoridades de Gobierno.
Pero el roce con el poder no le era ajeno incluso antes de que Evo fuera Presidente. Los vecinos alteños de Mejillones aseguran que le leía la coca a Carlos Palenque y que varios ex presidentes desfilaron por la modesta casa de la calle Héroes del Acre, en la zona de Alto Lima de El Alto. Por ello a sus vecinos les resulta increíble que el amauta de los ricos y poderosos se haya vuelto narco.
Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, confirmó que participó en muchas de las actividades que se realizaron en Tiwanaku, de donde era oriundo Mejillones, junto con el entonces presidente, pero asegura que nunca fue a su casa.
La dirigencia del MNR explicó que el contacto se hacía a través del grupo alteño conocido como ‘Los Cachis’, que era el encargado de la movilización de los alteños en los ‘buenos tiempos’ de este partido.
De ese modo, ricos y poderosos inclinaban la cabeza ante este ‘sabio aimara’, que presidía ceremonias para que la Pachamama los proteja de los malos espíritus.
Mejillones decidió por fin, hace cuatro años, incursionar en la política y accedió a ser candidato a una concejalía en la Alcaldía de El Alto por el M-17, que postulaba al dirigente Roberto de la Cruz a la comuna, pero no logró el escaño deseado. Sin embargo, continuó como amauta de dirigentes y era conocido por todos en la urbe alteña.
Su casa, sin embargo, no tiene vestigios de riqueza. Está sobre una calle de tierra y es una vivienda modesta de dos plantas cuyo mayor atractivo es una cruz aimara en el cuarto de la segunda planta. En el patio de atrás se pueden ver los restos de la fábrica de refinación de pasta base, en la que se encontraron 350 litros de cocaína, equivalentes a 250 kilos de pasta base de cocaína.
La vecindad consideraba a la familia de Mejillones como ‘violenta’. Sobre Valentín ahora dice que era orgulloso y altanero, un hombre que se jactaba de que los presidentes inclinaban la cabeza ante él y que podía entrar a Palacio cuando quisiera. Nadie recuerda que hubiera sido afecto a la bebida, “pero era pedante con los que hablaba”, y en varias oportunidades señaló que en su casa se fabricaba ‘pomadita’ que se vendía en la feria 16 de Julio.
Rastros. Tachos y turriles quedan en la parte de atrás de la casa de Valentín Mejillones. Allí se encontró la droga líquida (foto)
Algunos vecinos dijeron que Mejillones les confió que estaba construyendo un hotel en las proximidades a Huatajata y viviendas en Achacachi.
Por ello, el amauta había dejado su casa hace unos dos años y en ella se quedaron su esposa y dos de sus hijos. Reapareció en la zona hace menos de tres semanas. Llegaba por la tarde y se lo podía ver en la terraza, paseando o parado expectante.
Lo más insólito del caso es que en su calle habitan por lo menos seis familias de policías y ninguno sintió el fuerte olor a combustible descrito por la Fiscalía.
Los moradores de la calle Héroes del Acre se sorprendieron cuando el martes 27 de julio, a las 17:00, varios vehículos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) irrumpieron por la avenida Panamá y la Huayna Potosí y rodearon la manzana. Mejillones, que estaba en la terraza, bajó corriendo las escaleras al grito de “perros, perros”, mientras los policías allanaban su domicilio saltando los muros.
Ayer, la jueza Décima de Instrucción en lo Penal, Marcela Siles, dispuso la incautación del domicilio, el mismo que debió ser precintado luego de la acción judicial. Sin embargo, en horas de la tarde, cuando El Deber visitó el barrio, la vivienda estaba habitada por la hija y la esposa de Mejillones, sin que ésta haya sido precintada.
Ahora, el amauta del Presidente también debe esperar un veredicto de su lugar de origen, Korpa, pero también del pueblo que lo adptó, Moco Moco, de donde es oriunda su esposa.
Mejillones fue dirigente de Huarina, una localidad aledaña a Achacachi, sede de los temidos ‘ponchos rojos’ y el día de su detención estaba casualmente con un poncho rojo, que ayer ya no lo lucía.
Sus colegas ahora lo desconocen
El Consejo de Amautas de Tiwanaku, que ayer llegó hasta plaza Murillo de La Paz, aseguró, a través de sus dirigentes, que Valentín Mejillones no era miembro de este directorio desde 2006 y que no se conocía qué estaba haciendo.
Sin embargo, Lucas Choque, que oficiaba de dirigente, no supo explicar cómo, sin consentimiento de este Consejo, Mejillones seguía dirigiendo los rituales telúricos en Palacio de Gobierno hasta la ch’alla del Carnaval y qué procedimiento se realizó para que sea el principal sacerdote que ungiera a Morales en enero de 2006. Choque argumentó que el ahora acusado de narcotráfico llegó temprano ese día y que manifestó que había sido designado por su comunidad.
Los campesinos de Achacachi, donde fue dirigente, indicaron que para ellos no tiene mucho valor lo que hizo Mejillones porque en el mundo aimara no se conoce el delito de narcotráfico, ni el asesinato, por lo que creen que debe ser la justicia ordinaria la que se encargue de este caso.
Afirmaron que estos actos deben ser precisados en la Ley de Deslinde Jurisdiccional porque ellos no quieren hacerse cargo de este tipo de delitos, porque no corresponden a esta cultura.
El Vice dice que no defenderá al “narcoamauta”
La Prensa
El vicepresidente Álvaro García Linera dijo ayer que el “narcoamauta” Valentín Mejillones debe responder por sus actos ante la justicia como cualquier ciudadano. “Sea quien sea, haya estado o no en una ceremonia, haya estado cerca o no de una autoridad del Estado, cometió un error (…) Nadie del Gobierno va a protegerlo”.
La juez Marcela Siles dispuso ayer la reclusión preventiva de Mejillones (55), su hijo Javier (27) y los colombianos Javier P.M. y Mingubia G.R., quienes fueron encontrados en poder de 240 kilos de cocaína líquida que se aprestaban a cristalizar.
Los cuatro fueron hallados en el domicilio del sabio aymara que el 21 de enero de 2006 entregó al presidente Evo Morales el bastón de mando, símbolo de su investidura, en una ceremonia cumplida en Tiwanaku.
En su primera declaración, Mejillones dijo que no conocía de las actividades de sus inquilinos, aunque la investigación policial determinó que el amauta estaba encargado de vigilar el inmueble, para alertar de la presencia de policías en la avenida Héroes del Chaco, de Alto Lima.
No expuso argumentos para su defensa legal
Narcotráfico. Aseguran que la última vez que presidió una ceremonia en Palacio fue durante la ch’alla del Carnaval
El Deber
Los cuatro acusados de la purificación de droga, los colombianos Javier Patiño Morales y Nubia Estela Guarvizú Rico y los bolivianos Valentín Mejillones Acarapi y Javier Álvaro Mejillones Mamani fueron recluidos en el penal de San Pedro luego de una audiencia que duró menos de una hora.
La fiscal demostró con pruebas concluyentes que los cuatro fueron sorprendidos por los efectivos de la Felcn en plena refinación de cocaína y justificó su reclusión porque los acusados podían darse a la fuga y obstaculizar las investigaciones. La abogada defensora, Gisela Fernández, lo único que logró fue la devolución de $us 300 incautados a los colombianos y los Bs 300 quitados a Mejillones.
Según el informe del operativo, los efectivos llegaron a la casa de Mejillones por denuncia de los propios vecinos y que la alerta que lanzó el propietario de la casa no sirvió de nada, porque su hijo, que era el segundo vigía, estaba durmiendo después de haber bebido en horas de la mañana. Según la declaración de Mejillones, Javier Patiño le abordó en la Ceja de El Alto, donde le preguntó si era amauta y le dijo que él estaba buscando un lugar para fabricar pomadas que podían ser comercializadas en la feria 16 de Julio y que por eso aceptó alquilar la casa y que fue sorprendido en su buena fe.
En detalle
– Valentín y Javier Mejillones, padre e hijo, estaban esposados juntos y siguieron atentos la audiencia cautelar. En varios momentos quiso interrumpir el alegato de la fiscal, pero recibía pequeños empujones de su hijo.
– Los detalles, fotografías, informes y declaraciones de los imputados fueron concluyentes para la juez, que decidió sin mayores problemas la reclusión de los varones en San Pedro y de Nubia Guarvizú en la cárcel de mujeres.
– Los dos colombianos no dijeron nada, escucharon toda la argumentación en silencio y sólo reclamaron los $us 300 que les fueron incautados.
– La Fiscalía dijo que investiga los teléfonos que fueron incautados, pero no se refirieron a las otras personas que habitan el mismo.
Perfil
Un líder venido a menos
Valentín Mejillones nació hace 55 años en Korpa, pero pronto migró hacia Moco Moco. Allí escaló hasta convertirse en dirigente de Huarina. En toda la región era conocido como ‘tío’ y se lo consideraba todo un sabio.
Por ello, a nadie le extrañó que como amauta ascendiera hasta el punto que fuera elegido para ungir a Evo Morales en la que fue tal vez la ceremonia andina más importante para el mundo aimara en los últimos 500 años.
Mejillones se convirtió en una especie de portavoz del Pachakuti, profecía aimara que anuncia la nueva era de prosperidad para su pueblo.
Desde 2006 viajó de manera constante al exterior del país y ahora se investigarán dichos viajes para averiguar si están relacionados con algo ilícito.