Ciudades de Antofagasta y Tarapacá, y pasos fronterizos no habilitados son su principal centro de operaciones. Los delincuentes, muchos de ellos menores de edad, se hacen pasar por policías. Desde el vecino país, reciben encargos específicos sobre el modelo y el año de fabricación que interesan.
Efectivos de la tenencia fronteriza de Ollagüe, a unos 200 km al noreste de Calama, fiscalizan a diario vehículos que atraviesan el límite entre Chile y Bolivia.
Alejandro Rojas y Mauricio Silva , EL MERCURIO, Chile
Operan las 24 horas del día, asaltan a conductores o se llevan autos estacionados. Su destino, Bolivia. En el camino a la frontera, grupos de avanzada recorren carreteras y rutas secundarias para asegurarse de que no haya resguardo policial antes de trasladar los vehículos robados y ocultos en garajes. Cuando llegan al vecino país, canjean su mercancía por un millón de pesos en droga, que luego internan a Chile.
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Con 678 kilómetros de frontera y un centenar de pasos no habilitados, Antofagasta y Tarapacá se convirtieron en campos de operación de bandas especializadas en el robo de vehículos. Reducidos en partes, completos y algunos hasta con su documentación falsificada, son llevados al vecino país.
Amnistías periódicas que otorga ese gobierno para regularizar la propiedad de vehículos y el canje por droga habrían generado un explosivo aumento de estos ilícitos desde hace tres años. Entre los afectados figuran alcaldes, fiscales y policías.
Según la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos de Carabineros (SEBV), entre enero y junio de 2010 se registraron 1.284 denuncias por vehículos robados en Antofagasta, de los cuales se han recuperado 1.027 (80%). En Iquique hubo 551 denuncias, y 298 recuperados (54%).
Con ello, ambas regiones totalizan 1.835 denuncias, es decir, el 12% de los 15.501 vehículos sustraídos en el resto de Chile en el mismo período.
Reciben encargos específicos desde Bolivia sobre años de fabricación o modelos de los autos, y las bandas -lideradas incluso por menores- operan hasta en el desierto, en sectores como la Pampa del Tamarugal, donde han abandonado a los ocupantes, aprovechando el descuido de conductores o recurriendo a amenazas y secuestros.
En Antofagasta, en el primer semestre del año han sido detenidas 309 personas, en su mayoría reincidentes. Es el caso, por ejemplo, de cuatro hermanos, de entre 15 y 18 años, que sumaban 128 detenciones. También se logró la desarticulación de la banda de «El Pinky», liderada por un menor y compuesta por otros cuatro cómplices, y la «Banda del Mal», especializada en sustraer vehículos desde centros comerciales.
En Iquique, el teniente de la SEBV Germán Vega informó que este año se han desarticulado seis grupos delictivos, cuyo número va de tres a seis integrantes, con condenas de hasta cuatro años de presidio por los delitos de receptación y robo frustrado.
En el último tiempo, los robos de autos han desplazado a los de camionetas. En Antofagasta, las denuncias llegan a 701, por los primeros, y a 510 por las segundas.
El general Jorge Villarroel, jefe de la II Zona de la institución, dijo que uno de los factores que explican el alza en este tipo de delitos es el aumento del parque vehicular por el mayor poder adquisitivo. Entre 2004 y 2009, Antofagasta sumó más de 30 mil vehículos nuevos.
Además del robo local, en ambas regiones se han recuperado autos provenientes de Vitacura, Las Condes y Providencia.
1.835 denuncias por robos hubo en las regiones I y II en el primer semestre de 2010.
Vecinos evitan robos con jaulas
Hasta con jaulas instaladas en la entrada de sus casas, los iquiqueños están protegiendo sus vehículos de los robos. Las estructuras, que tienen un costo de $300 mil, se instalan en cuatro días al requerir bases, pilares, fierro reforzado en las esquinas y mallas metálicas.
Pese a exponerse a multas, los vecinos concurren al municipio para solicitar permisos, pero no se los otorgan por contravenir la ordenanza general al romper las líneas arquitectónicas y ocupar espacios públicos.
La situación se agrava cuando la obra se ubica en frontis de inmuebles o con ampliaciones irregulares de antejardines.