Cinco leyes que marcan otro hito


image

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: El líder de los insultos

  2. Bajo el Penoco, El Día: Que vivan las vuvuzelas

  3. Los Tiempos: Cinco leyes que marcan otro hito

  4. El Deber: Autonomía y diálogo

  5. La Razón: Elecciones en Brasil

  6. Cambio: Obediencia a la Constitución

  7. La Prensa: El derecho a escoger

  8. El Diario: Explotación de las riquezas de La Gaiba

  9. El Mundo: Para pensar

  10. Opinión: El modelo económico y las inversiones

  11. Clarín, Argentina: La expansión de un comercio ilegal


El Día: El líder de los insultos

El último insulto de Evo Morales a Estados Unidos ha sido el de “chantajista”. Acusó a Washington de condicionar la ayuda a los países industrializados a cambio de que éstos no defiendan el medio ambiente. El Presidente aún procura convencer al mundo de que es un férreo luchador ecologista, pese al patético discurso que pronunció en Tiquipaya hace unos meses y a la reciente advertencia que hizo nada menos que el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, quien afirmó que los cultivos de coca que tanto defiende Evo Morales, “deterioran y dañan la madre tierra y destruyen vastas extensiones de terrenos cultivables y parque nacionales”.



No hay duda que Evo Morales usa sus estribillos ambientalistas para posicionarse como líder de talla mundial, pero para conseguirlo no es suficiente con subir el tono de voz, despotricar contra el imperialismo y comprarse un avión caro. Cuando menos, el mundo le exigirá una dosis mínima de coherencia y que abandone esa actitud de pendenciero internacional que ha llevado a Hugo Chávez a ser considerado un “intratable” en la mayoría de los foros multilaterales. Sin la abundancia de petrodólares para repartir y comprarse amigos, al líder bolivariano le está costando cada vez más mantener siquiera los círculos de lealtad que había creado a través del ALBA y otras instancias. Hoy, su área de influencia está prácticamente reducida al eje Caracas-La Habana y el régimen boliviano como un satélite que no ha conseguido un rumbo propio como lo ha hecho Correa en Ecuador.

Paradójicamente ha sido Estados Unidos el que le ha dado la posibilidad a Evo Morales a dar el salto que lo posesione como un líder de referencia internacional. Durante la visita a La Paz del jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, se informó en conjunto con el canciller boliviano, David Choquehuanca, que había un 99 por ciento de avance en la conformación de un “acuerdo marco” para la relación entre ambos países. De lograrse ese pacto, sería la primera vez que Washington hace una concesión de esa naturaleza, un logro que la diplomacia nacional podría explotar a su favor y que naturalmente le daría un espaldarazo a la imagen del Presidente.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Obviamente, el insulto no es el mejor camino para conseguir un acuerdo con Estados Unidos, donde existen sectores políticos que están convencidos que la paciencia que expresa actualmente la Casa Blanca no es el trato adecuado para los que se consideran “enemigos” de Washington. En Bolivia, como es evidente, también hay algunos representantes del Gobierno que constantemente sabotean los esfuerzos por conseguir un entendimiento. Evo Morales parece más influenciado por éstos últimos, pese a que el canciller trabaja en el sentido contrario, porque está convencido que ni la soberanía ni la dignidad de un pueblo se verían melladas mediante acuerdos comerciales, cooperación en áreas sociales y otros aspectos en los que existen grandes posibilidades.

El Presidente deberá tomar una decisión cuanto antes sobre estos aspectos. Los plazos no son eternos y tal como se puede observar en la oscilación del péndulo político latinoamericano, adoptar actitudes aislacionistas puede ser peligroso.

Evo Morales quiere posicionarse como un líder de talla internacional. Pero además de comprarse un avión no hace más que insultar.

Ir al Indice

Bajo el Penoco, El Día: Que vivan las vuvuzelas

Al presidente Morales no le molestan las vuvuzelas, de lo contrario no hubiera salido sonriente en las fotografías que se hizo tomar en un estadio de Sudáfrica, donde el ruido ensordecedor de las cornetas plásticas fue motivo de queja generalizada. Las vuvuzelas se han convertido en una amenaza pública en muchos países, donde han llegado a vetarlas en los espectáculos deportivos y en los Emiratos Árabes Unidos, un país donde impera el fundamentalismo islámico, los fanáticos religiosos han emitido un edicto que califica como “pecado” al ruido de las famosas trompetas. En aquella nación tampoco hay libertad de prensa, pese a que este derecho figura en la constitución. Por ley el Ministerio de Información emite las licencias y aprueba el nombramiento de editores. El Ministerio de Información y Cultura revisa el contenido de todo material impreso importado e impone limitaciones a material considerado como pornográfico, violento, peyorativo del Islam o contrario a la política del gobierno. Insistimos, menos mal que al presidente Morales no le molestan las vuvuzelas.

Ir al Indice

Los Tiempos: Cinco leyes que marcan otro hito

Al poner en vigencia en los plazos previstos las cinco leyes, el MAS ha logrado cerrar una etapa más del proceso que se inició cinco años atrás

Con la promulgación, el pasado de la lunes, de la quinta de las cinco "Leyes Orgánicas" propuestas por el Movimiento Al Socialismo y aprobadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional, se ha cerrado una etapa más del proceso iniciado en diciembre de 2005, cuando el binomio encabezado por Evo Morales y Álvaro García Linera logró en las urnas el apoyo de una abrumadora mayoría de la población. Puede decirse que se ha marcado un nuevo hito histórico y que todo lo que venga de aquí en adelante pertenecerá a una nueva etapa de la historia contemporánea de nuestro país.

Las cinco leyes a las que nos referimos -la del Órgano Judicial, del Órgano Electoral, del Régimen Electoral, del Tribunal Constitucional y la Ley Marco de Autonomía— consolidan las bases de un nuevo Estado. Es un Estado que ya no corresponde a la clásica figura republicana basada en la división y separación de poderes, aunque por razones formales se mantengan algunas apariencias. El nuevo Estado Plurinacional tiene más bien los rasgos de un régimen en el que todo el poder se concentra en un centro hegemónico y los que antes eran otros poderes -el Legislativo y Judicial— que ahora se denominan "Órganos" lo que es algo más que un detalle semántico, sólo cumplen la función de apéndices.

El espíritu centralizador del poder alrededor del Órgano Ejecutivo, y el ánimo de subordinar a él a todos los demás, es probablemente el rasgo distintivo más notable de las cinco leyes aprobadas. Y es natural que así sea, pues si algo estuvo claro desde que comenzó a ponerse en marcha el proyecto político encabezado por el MAS fue, precisamente, su intención de dirigir todos los esfuerzos necesarios a la obtención del poder total y no conformarse sólo con una parcela de él.

Cinco años de ingeniería política, además de muchos otros invertidos en la etapa previa a los éxitos electorales, fueron necesarios para coronar exitosamente tales empeños. El largo y tortuoso camino que condujo a la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, la cadena de elecciones y referendos, entre otros hitos marcados en virtud a la hábil combinación de la fuerza y la adhesión voluntaria de gran parte de la población, fueron paulatinamente sentando las bases de un régimen que ahora ya cuenta con los cinco pilares principales del nuevo andamiaje legal.

Para llegar a este punto, el MAS contó en abundancia con las tres condiciones necesarias para el éxito político. Un firme liderazgo respaldado por una red de liderazgos locales y sectoriales, un sólido cuerpo ideológico y doctrinario, y un plan de acción que nunca dejó nada al azar, pero fue suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades impuestas por las circunstancias, que dieron los resultados que hoy se plasman en un control prácticamente monopólico del poder.

Nada de eso habría sido suficiente, sin embargo, si no hubiera contado con el complemento perfecto, el que le dio una oposición sin líderes, sin ideas y sin más plan que el permanente quejido lastimero. La facilidad y eficiencia con que el MAS se apoderó de las banderas autonomistas hasta reducirlas a los términos de la ley recientemente aprobada es la más clara muestra de lo dicho.

Ir al Indice

El Deber: Autonomía y diálogo

Las circunstancias políticas han contrariado a los pueblos que ambicionaban las autonomías, pueblos que estuvieron inspirados en la necesidad de reducir, al menos en parte, el poder del centralismo.

La causa de las autonomías se convirtió en la nueva corriente de la vieja ambición de descentralizar el país, ambición que nació al mismo tiempo que Bolivia, cuando sus líderes advirtieron la dificultad de vivir en el centralismo en un territorio tan diverso.

Las batallas que libró la causa de la descentralización fueron varias, incluyendo la ‘guerra federal’, comandada por los líderes paceños, que luego de ganar cambiaron de idea y se aferraron al centralismo.

Los cuatro departamentos que en el referéndum de 2006 optaron por las autonomías departamentales cobijan en sus territorios a las tres capitales de departamento que todavía no están conectadas a la red nacional de carreteras asfaltadas: Cobija, Trinidad y Tarija.

La bandera autonomista fue, para esos departamentos, una manera de protestar contra el inepto centralismo que los dejó aislados durante cerca de dos siglos.

Los cruceños que bregaron por la autonomía departamental aspiraban a que las decisiones que tienen que ver con el desa-rrollo económico y la realización de las ambiciones sociales no sean tomadas desde remotas oficinas.

Pero las circunstancias han querido que esta nueva batalla por la descentralización tenga un desenlace, sino negativo, por lo menos mezquino.

La Ley Marco de Autonomías, aprobada por la Asamblea Legislativa, en efecto, ha reducido las autonomías departamentales a su mínima expresión, o al solo nombre, porque tuvo que compartir el objetivo con autonomías parceladas que surgieron a último momento.

Pero es esa ley la que ahora está en vigencia y, asumiendo aquello de que la política es el arte de lo posible, habrá que tomar este momento como un paso más en el largo camino de la batalla por la descentralización.

A pesar de haber pasado por agua el objetivo de las autonomías departamentales, algo ha cedido el centralismo, muy poco, es cierto, pero algo.

Quienes diseñaron el remedo de autonomía que está contenido en la ley tuvieron que decepcionar también a otros, como los pueblos indígenas, a los que se les había ofrecido no solamente autonomía, sino incluso autodeterminación.

En el afán de contrariar a las autonomías departamentales, los primeros instintos de quienes elaboraron el proyecto de ley resultaron excesivos respecto de los pueblos indígenas, lo que se tradujo en una gran decepción de pueblos que ahora se sienten traicionados.

En la batalla contra las autonomías departamentales, los que diseñaron la ley no dudaron ni siquiera en dividir un departamento en dos, dejando una herida que lacera a los tarijeños.

Pero esto no es el fin de la historia ni el fin del camino. Habrá que esperar que los líderes de las regiones que necesitan la autonomía sigan en la brega.

Por el momento deberán abrir conductos para el diálogo, a fin de usar lo que se ha dado en beneficio de los pueblos. Si esto es, de alguna manera, una cesión que hace el centralismo, bienvenido. Habrá que ocupar todos los espacios cedidos.

Pero siempre seguir en la brega del autonomismo, para no defraudar a los pueblos que respaldan la idea de descentralizar el país.

Ir al Indice

La Razón: Elecciones en Brasil

La campaña acapara la atención no sólo de brasileños, sino la de los países vecinos

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva culmina un segundo exitoso periodo presidencial y ha elegido para continuar su obra a Dilma Rousseff, ex ministra Jefe de Gabinete, quien fue la coordinadora de los planes de Infraestructura y Economía de su gobierno. Ella es militante del Partido de los Trabajadores (PT). Lula la presentó afirmando que “Brasil va a experimentar que la mujer no es un objeto de la cama y la mesa, sino un ser político que lo puede hacer mejor que nosotros en 500 años". A pesar que Lula confía en lograr imponer a su favorita, lo cierto es que la historia ha demostrado que la popularidad de un presidente no siempre puede ser transferible.

Los analistas sostienen que en este escenario, si bien la candidatura oficialista repunta con fuerza, la victoria ante el opositor José Serra no está garantizada. Serra es candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fue  ministro de Planeamiento y de Salud durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), senador, gobernador y prefecto de la ciudad de Sao Paulo, un político de experiencia que se desempeñó muy bien. Serra también recibe el apoyo del Partido Popular Socialista (PPS) y Laborista Brasileño (PTB).

Frente a Rousseff y Serra se presenta una tercera rival, la ecologista Marina Silva, del Partido Verde (PV), antigua aliada y ex ministra de Lula en su primera gestión que, de acuerdo con varios expertos, es la más carismática.

Estos serán los tres principales rivales en la contienda, en la que han inscrito sus candidaturas otros nueve aspirantes a la presidencia, que en conjunto no llegan a sumar más del 2 por ciento de intención de voto en las encuestas.

Se anticipa que será la elección más cara de todos los tiempos, pues Serra tendrá un presupuesto de $us 100 millones para enfrentar a la maquinaria que apoya a Rousseff,  que se estima a un costo de $us 90 millones, mientras que Silva ha previsto gastar sólo $us 50 millones.

De acuerdo con los sondeos, para el electorado serán determinantes los contenidos de los programas propuestos por los postulantes en temas tan importantes como la seguridad ciudadana, el narcotráfico, la preservación del medio ambiente, el crecimiento de los ingresos, los programas de apoyo social y de desarrollo tecnológico.

La campaña acaba de iniciarse de forma muy reñida y acapara la atención no sólo de los ciudadanos brasileños, sino también la de los países vecinos.

Ir al Indice

Cambio: Obediencia a la Constitución

La adecuación de estatutos autonómicos y cartas orgánicas a los preceptos de la Constitución Política del Estado es el primer efecto inmediato de la recién promulgada Ley Marco de Autonomías y Descentralización Andrés Ibáñez, ya que marca el amplio camino por el que deberá transitar el nuevo régimen de administración territorial por el que millones de bolivianos se expresaron en las urnas el 25 de enero de 2009, histórico día en el que —mediante un referendo constitucional— aprobaron la vigente Carta Magna.

En este marco, las asambleas legislativas departamentales de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando encaran procesos de revisión, modificación y adecuación de sus estatutos a la Constitución, mientras que las Asambleas de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba están en pleno proceso de elaboración de esos textos en el marco de la ley suprema y de la Ley Andrés Ibáñez.

Por eso es destacable que las asambleas legislativas de Tarija, Beni y Santa Cruz —cuyos miembros asumieron sus cargos el 31 de mayo— anunciaran ajustes de fondo en los estatutos aprobados en sendos referendos ilegales durante 2008. En tanto que la Asamblea Departamental de Pando desconoció el estatuto aprobado entonces, precisamente por haber sido avalado en una consulta ilegal.

La nueva ley, que contiene 149 artículos y regula los cuatro niveles de autonomía previstos por la Constitución Política del Estado: departamental, municipal, regional e indígena originario-campesino, constituye el instrumento legal más trascendente —después de la Constitución Política del Estado— porque no sólo posibilita el reordenamiento territorial y la recomposición del poder político, sino que reasigna recursos económicos y materializa la histórica demanda de las regiones para elegir en las urnas a sus autoridades y administrar sus recursos en el marco de la unidad nacional.

En ese contexto, es imprescindible que los estatutos autonómicos —cuestionados legalmente— de Santa Cruz, Beni y Tarija (Pando anuló el suyo), y los de La Paz, Chuquisaca, Oruro, Potosí y Cochabamba, que se encuentran en plena elaboración, deben ser adecuados a los mandatos de la Carta Magna con el voto de dos tercios de los miembros de las asambleas legislativas departamentales antes de ser sometidos a control de constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional Plurinacional.

Es que todos los estatutos autonómicos departamentales entrarán en vigencia luego de pasar por el control constitucional en todos los casos, y referendo aprobatorio en los cinco departamentos que optaron a la autonomía mediante referendo de 6 de diciembre de 2009.

Las autonomías constitucionales que reivindica la histórica demanda regional para descentralizar el Estado fijaron las reglas de juego porque a través del voto de millones de bolivianos eligieron a los asambleístas departamentales que hoy sí representan la voluntad soberana de las regiones, a diferencia de los extintos consejos departamentales, cuyos componentes eran designados por el dedazo.

Ese voto popular posibilitó que en los nueve departamentos del país se hayan conformado asambleas legislativas marcadas por la pluralidad política, lo que garantiza que, en el caso de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, la revisión y adecuación de los estatutos ilegales en el marco de la Constitución se realizará con el apoyo de dos tercios de votos de sus miembros.

Y si consideramos que esos documentos fueron redactados por amigos del prefecto, entre cuatro paredes y ‘aprobados’ en consultas al margen de la ley, marcadas con un alto ausentismo popular (en casi todos los casos del 50%), no tienen ninguna posibilidad de que sean ratificados. Por eso es previsible que las asambleas legislativas departamentales aprueben estatutos que preserven la unidad de la patria, los intereses comunes y, sobre todo, lo sometan a los mandatos de la Carta Magna.

Los primeros pasos en este sentido ya han sido asumidos en todas las asambleas departamentales y se encuentran en marcha procesos de elaboración del reglamento de debates y la conformación de comisiones, una de ellas analizará las contradicciones de los estatutos —de lo que fue la ‘media luna’— con la ley suprema de los bolivianos.

Además, varios asambleístas señalaron que ese proceso tendrá la participación de organizaciones sociales que arbitrariamente habían sido excluidas.

Mientras tanto, en los departamentos que optaron por las autonomías en diciembre de 2009 —La Paz, Cochabamba, Potosí, Oruro y Chuquisaca—, sus estatutos aún se encuentran en proceso de elaboración.

En ese marco, las autonomías constitucionales que hoy recorren los caminos de la patria, llevan el sello de la unidad de los bolivianos y sepultan a aquellas que habían sido diseñadas a la medida de pequeños pero poderosos grupos de latifundistas que antes alimentaron el viejo centralismo en resguardo de sus intereses.

Sólo así se entiende que hoy, tras la promulgación de la ley marco, esa oligarquía apátrida rechace las autonomías constitucionales porque teme que se desarrollen en el marco de los intereses colectivos y bajo la mirada de Bolivia como un Estado Plurinacional cuya fuente de inspiración son los pueblos marginados y oprimidos y, por lo tanto, tiene un profundo sentido comunitario, liberador y descolonizador.


Es previsible que las asambleas legislativas departamentales aprueben estatutos autonómicos que preserven la unidad de la patria, los intereses comunes y, sobre todo, los sometan a los mandatos de la Constitución Política del Estado.

Ir al Indice

La Prensa: El derecho a escoger

Lo correcto sería que los ciudadanos pudieran expresar su soberana voluntad entre las distintas opciones: una del Gobierno y otra de la oposición.

Dentro del sistema democrático, el ciudadano común que concurre a depositar su voto en pleno ejercicio de su derecho constitucional no hace otra cosa que escoger entre varias opciones a la persona que, representando a un determinado partido o grupo político, debe regirlo desde los poderes del Estado. La democracia deja de ser tal si un nivel intermedio entre el ciudadano perteneciente al pueblo, fuente de la soberanía, le cierra a aquél las puertas a la pluralidad de opciones ideológicas y políticas por considerar. En su ejercicio, el voto ciudadano es directo. Nada ni nadie le puede impedir que se defina en tal o cual dirección político-partidaria. Desnaturaliza la esencia del sistema democrático el Gobierno que incurra en semejante despropósito.

Es de lamentar, en consecuencia, que respecto a la futura elección ?popular? de los magistrados del sistema judicial del país, el Gobierno actual ?que serán las primeras elecciones con voto directo para elegir a los miembros del Poder Judicial?, a través de la aplastante mayoría con la que cuenta en la Asamblea Legislativa Plurinacional, se valga de una reglamentación consagratoria de tan censurable irregularidad.

Aplicando los dos tercios de votos, que todavía los tiene, el partido gobernante del Movimiento Al Socialismo (MAS) ?preseleccionará? a los aspirantes a tan altos cargos. La respectiva lista, obviamente, será integrada por gente de filiación masista o que le inspira confianza al presidente Evo Morales y a su equipo de ministros, será la única por la cual puedan votar los ciudadanos bolivianos.

No existirán, por obvias razones, otras opciones para elegir a los magistrados de los órganos supremos de administración y control judiciales. Naturalmente, el objetivo apunta a copar partidariamente también el sistema Judicial que, de esa manera, estará condicionado a manipular la realidad política a los intereses que persiga el partido gobernante.

Vale decir que el voto ciudadano, en lugar de ser directo, será desviado. Obviamente, en dirección y beneficio de una organización política como la del jefe de Estado, confiada todavía en asegurarse una cómoda victoria en las respectivas urnas fijadas para diciembre del presente año. De ahora hasta entonces, es poco probable que el Movimiento Al Socialismo baje en las preferencias ciudadanas en un porcentaje que le signifique una eventual derrota. Es un tramo temporal demasiado corto para que se produzca esta contingencia, aunque eventualmente podría darse.

La ley ha sido diseñada de tal manera que, además, el ciudadano tampoco podrá acceder a la información pertinente que le permitiría conocer de manera más profunda las virtudes y defectos de aquel candidato por el que optará depositar su voto.

Lo correcto sería que para la elección de los magistrados del sistema judicial del país, los ciudadanos pudieran expresar su soberana voluntad entre las distintas opciones: una del Gobierno y otras de la oposición. Así sería el voto directo del pueblo el que lo defina todo, y no una mayoría con una ?preselección? que, en realidad, no es tal, sino real y arbitraria elección con el epílogo de una simple formalidad democrática expresada en las urnas.

Ir al Indice

El Diario: Explotación de las riquezas de La Gaiba

Hay sitios y hechos del país que pasan a la historia por la vigencia que, circunstancialmente, tienen en la vida nacional; uno de ellos es, justamente, La Gaiba, ricos yacimientos mineralógicos cuya característica mayor es la presencia de piedras semipreciosas que dieron lugar a la firma de un contrato de explotación “de una empresa con las FFAA” y que, en el momento de descubrirse, causó, o fue una de las razones para la caída del general Luis García Meza, que se hizo del poder derrocando a la Presidenta Constitucional, en agosto de 1981.

La Gaiba, pues, fue motivo de comentarios, análisis y suposiciones de toda clase; lo último que se conoció fue que era “administrada por las FFAA”. Lo extraño es que, desde entonces -hace más de veinte años- ni la institución militar ni organización o institución alguna dijo algo al respecto; en otras palabras, nadie sabe algo de La Gaiba, su explotación y el destino que se dio o aún se da a los minerales (joyas menores en su mayoría) que se explota.

Vivimos tiempos en los que, se dice, se debe combatir a la corrupción y el callar asuntos tan delicados es, quiérase o no, corrupción, porque se oculta durante más de dos décadas lo que importa a toda la comunidad. Conviene recordar que el mismo mutismo que se demostró hasta finales del gobierno dictatorial de García Meza lo único que ha cambiado es que otros son los administradores (si los hay) o que siguen las FFAA explotando esos yacimientos y cuyos resultados nadie conoce y menos los montos financieros logrados por la venta de los minerales.

La Gaiba, se dijo en esos años, “podría ser uno de los grandes emporios de riqueza para el país y cuya administración era provisionalmente encomendada a las FFAA”. Lo ideal, se sostuvo también, es que se conforme una empresa mixta, conjuntamente COMIBOL, con objeto de que se conozcan resultados y efectivamente sea patrimonio que beneficie a los bolivianos. La verdad es que desde la caída del dictador, ningún régimen comentó o informó algo sobre esos ricos yacimientos.

El actual Gobierno, empeñado en “borrar lo que hicieron los neoliberales”, poco o nada se ha preocupado por este problema y, si lo hizo, tampoco dio información. Sería interesante conocer datos precisos, cifras, cantidad de personal, fuentes a las que se exporta, costos, beneficios logrados, etc., que el pueblo está obligado a conocer y, si el Gobierno no conoce ni sabe nada, con mayor razón es urgente exigir los informes necesarios a las FFAA.

La Gaiba es un yacimiento de propiedad del Estado y, si todos los organismos públicos y las instituciones tienen la obligación de informar pormenorizadamente sobre sus actividades, la entidad militar no es menos y tiene el deber de elevar los informes del caso y someterlos, además, a las consiguientes auditorías; de otro modo, querrá decir que se espera que sea otro caso que pase a la lista del “dejar hacer y dejar pasar” que no corresponde, mucho más si las autoridades están empeñadas en transparentar su gestión.

Los pormenores que se logre del caso La Gaiba bien pueden servir para conocer muchos hechos relacionados con la dictadura garcíamezista y sean medios para consolidar el destierro definitivo de los gobiernos de facto. El Gobierno, pues, tiene por delante un desafío que debe llevarlo a buen término con la eficiencia y responsabilidad que el caso aconseja.

Ir al Indice

El Mundo: Para pensar

Cada vez que la Asamblea Plurinacional hace la entrega de una nueva norma y el Jefe del Estado Plurinacional la promulga, los bolivianos se quedan con la boca abierta, los que no la tienen abierta todo el tiempo, porque trae una novedad que se debe analizar con cuidado, porque constituye una caja de sorpresas. Aquel discurso del primer día, en que se aseguraba que estábamos mejor hace 500 años, parece mantenerse firme, ya que cada vez damos unos saltos para atrás que resultan inexplicables.

Esas cosas no tiene por qué hacernos perder el optimismo, ya que si deseamos sobrevivir, éste tiene que ser cada vez más fuerte, porque las cosas se van poniendo más lejanas y nos obligan admirar las cosas que se hicieron en el pasado y que considerábamos que no eran buenas.

Muchos como yo recordarán la Ley de Descentralización, un regalo que hizo al país el Presidente Víctor Hugo Cárdenas, en uno de sus interinatos en la primera gestión de Gobierno de Sánchez de Lozada.

Fue una etapa en esta larga lucha por la autodeterminación y que dio paso al planteamiento autonomista, que se fortaleció con la Ley de Participación Popular, segunda gestión de Sánchez de Lozada y que dio autonomía de gestión a 321 municipios que se vieron fortalecidos con la ejecución de centenares de proyectos, que habían quedado en el canastillo del escritorio, durante largo tiempo, sin poder concretarse.

Si bien las ciudades del país, especialmente las del llamado eje troncal, no tuvieron una mejora substancial con la Participación Popular, son más de un centenar aquellos que vieron concretadas obras como la de la casa de Gobierno o las captaciones de electricidad y agua potable y otros servicios básicos, construcción de mercado y otros más.

La evocación de todas esas obras, producto de un sistema neoliberal, quedan hoy poco menos que archivadas por una Ley de Autonomías que lo único de autonomía que tiene es el título y que bien podría estar referida a un Estado Plurinacional Autónomo, porque en el fondo, quien ha logrado autonomía a través de esta medida es el Presidente del Estado, quien hoy tiene autonomía no sólo económica, para manejar a su arbitrio los recursos del Estado, a nivel nacional, sino también en todos los poderes que se encuentran bajo su influencia directa.

Si en algún momento hubo protestas por la designación de �Marcelo Quiroga� para la Ley Anticorrupción, la reacción podría bien prolongarse con relación a la Ley �Andrés Ibáñez� que resulta siendo ofensiva para alguien que ofrendó su vida para que todos los bolivianos sean iguales y que con seguridad, se hubiera escandalizado al ver un Estado quechua aymara, dos culturas duramente enfrentadas hace 500 años, por el autoritarismo quechua, que prácticamente había relegado a los aymaras a algunos lugares donde, si bien tenía posibilidad de mantener sus costumbres y traiciones, con el mismo modelo del imperio romano con los pueblos que sometía, pero que estaban muy lejos de poder ejercer soberanía sobre algún territorio en particular.

Estamos pues en camino de alcanzar los primeros años el siglo XVI cuando la monarquía española tenía total tuición sobre esta parte de América que hoy ocupamos.

Como decíamos al comenzar la nota, tenemos mucho para pensar y tratar de entender a dónde quieren llevarnos nuestras autoridades; sin embargo, hay hitos que bien merecen ser tomados en cuenta y continuar trabajando por ellos, recordemos el Estatuto Autonómico, aprobado por un referéndum que tuvo pleno respaldo popular, primero a través de las firmas y luego con el voto que puso en vigencia esa norma que daba al Gobierno departamental una cantidad de competencias que le permitían ejercer autonomía con plenitud y que respetaba la autonomía municipal, tal como la había establecido la Ley de Participación Popular y que dentro de esos municipios, habían varios que por su ubicación y población, eran representativos de los pueblos originarios, a los que hoy se dice reivindicar pero que se relega en la práctica de un despotismo centralista, digno de la época colonial que evoca.

Ir al Indice

Opinión: El modelo económico y las inversiones

En la administración de la economía nacional un gobierno se preocupa por mantener la estabilidad evitando las crisis periódicas, los procesos inflacionarios y por invertir mediante la gestión pública en diversos rubros que activen la economía de un país.

El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, afirmó en un reciente foro organizado por el Banco Central de Bolivia (BCB), que el modelo implementado por el Gobierno desde el año 2006 salvó al país de los efectos de la crisis internacional, lo que evitó que Bolivia ingrese a una recesión profunda tal como ocurrió en el período 2000-2001.

El Gobierno apunta como uno de los logros más importantes el hecho de que las reservas internacionales alcanzan actualmente a los 5.600 millones de dólares equivalente al 50% del Producto Interno Bruto (PIB) y que estas reservas crecieron en un ambiente de turbulencia económica en el contexto internacional, logrando que el país posea el saldo más alto de la región como porcentaje del PIB. En lo financiero se ha recalcado que los depósitos y los créditos continuaron bolivianizándose hasta situarse en torno al 50%, y la estabilización del tipo de cambio del dólar que se mantendrá en el futuro.

Sin embargo, las inversiones que tienen que ver con la gestión pública de los recursos del Estado no cubren las expectativas y el plan de desarrollo gestado para los próximos cinco años con una cifra astronómica que planteaba alrededor de 7 mil millones de dólares de inversión por año al parecer no pasa de un anuncio.

El sector del empresariado privado ha hecho conocer su preocupación porque en la actualidad no existe un clima propicio para que los inversores nacionales e internacionales tengan a Bolivia como un candidato serio y por ello han pedido al Gobierno que establezca propuestas, reglas coherentes y diálogo, porque de lo contrario el país seguirá retrocediendo económicamente. Nadie desconoce que las inversiones representan uno de los factores decisivos para reactivar el aparato económico y para la generación de fuentes de empleo. Pero, la realidad en cuanto a inversiones muestra un panorama no alentador.

Un reporte del Banco Central señala que de enero a marzo de 2010 la Inversión Extranjera Directa (IED) neta fue de 45 millones de dólares, es decir acusó una merma de 77% con relación a igual período de 2009 cuando superó los 193 millones de dólares. Es evidente que estos datos en la proyección para un quinquenio, y si es que sigue la tendencia, no dejan demasiadas esperanzas.

En cuanto a las inversiones nacionales e internacionales aún no se han dado las condiciones necesarias para la atracción de capitales y por el contrario el Gobierno en relación al empresariado no da las mejores señales respecto a su pedido de adoptar reglas claras para evitar que el país no se convierta en ahuyentador de iniciativas y capitales.

Más allá del objetivo del Gobierno de que el Estado se consolide como el principal impulsor de la economía boliviana con fomento a la microempresa y la pretensión de generar empleo, el mismo Estado no puede descuidar o ignorar su papel de promotor de la riqueza en el ámbito de la empresa privada y de otras formas de asociación, como la cooperativa y la comunitaria campesina que reconoce la Constitución Política del Estado. Es necesario promover el diálogo y acuerdos que señalen lo que tanto el empresariado privado demanda y que tiene que ver con aquello de las reglas claras. La actividad económica es esencialmente un fenómeno social que se realiza en la sociedad y a través de ella el Estado debe establecer principios que garanticen la intervención de diferentes agentes económicos.

Ir al Indice

Clarín, Argentina: La expansión de un comercio ilegal

El crecimiento exponencial de la Feria de La Salada testimonia la ineficacia o la inacción del Estado ante la expansión del comercio no registrado, con enorme perjuicio para el comercio legal y para el propio fisco.

La citada feria comenzó como un grupo de comercios precarios en un terreno fiscal y creció a través de los años hasta convertirse en un importante centro comercial con miles de clientes, que usurpa un espacio ajeno, vende ropa falsificada y no paga impuestos. La importancia de la facturación se mide tanto por la multitudinaria concurrencia a la feria como por los elevados precios que alcanza el metro cuadrado que se comercia para la instalación de negocios. El Estado, en su forma provincial o comunal, ha permitido la consolidación del fenómeno hasta un punto en que su reversión es, desde el punto de vista social y operativo, sumamente difícil.

El éxito comercial de La Salada ha creado intentos de reproducción del modelo en otros puntos del país, con el consiguiente peligro del agravamiento de los costos para los comerciantes y el fisco.

En este sentido es adecuada la reacción de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, consistente en prohibir la apertura de nuevas ferias y sancionar una norma para regular la actividad. Si esta iniciativa se hubiera tomado hace unos años, se hubiera preservado la lealtad de competencia comercial y evitado un enorme comercio de mercadería falsificada y una igualmente importante evasión de impuestos.

El crecimiento de la feria de La Salada testimonia la ineficacia o la inacción del Estado para impedir el comercio desleal, la falsificación y la evasión impositiva.

Ir al Indice