El tránsito hacia el absolutismo


Félix Patzi

patzi En la etapa de las dictaduras, la ciudadanía condenaba el abuso del Estado no sólo porque ejercía una violencia física también porque no permitía la libertad de expresión, de opinión y de pensamiento. Absolutamente todos, mujeres y varones, políticos ideológicos, intelectuales de diferentes pensamientos, organizaciones sociales lucharon y derramaron sangre para conquistar la democracia, entendida como derecho a la elección de gobierno y sus representantes. También se la entiende como la garantía de libertad de expresión, de pensamiento y libertad económica.

Con la implantación de la democracia a partir de 1983, se avanzó en independencia de poderes y que las instituciones públicas sean libres de influencia política; sin embargo, la crítica que se desató en el año 2000 hacia los partidos neoliberales no sólo fue por vender recursos naturales del país a las empresas transnacionales, sino también porque tres o cinco partidos monopolizaban el poder y no permitían el surgimiento de otros actores políticos, de ahí que se impuso desde la sociedad la creación de agrupaciones ciudadanas e indígenas para abrir el poder hacia la sociedad. Así se criticaba el cuoteo y distribuciones de puestos de los partidos políticos en diferentes instituciones supuestamente independientes.



Aún más los indígenas, particularmente aymaras y quechuas, cuestionaban a la democracia representativa por no permitir que sus diputados, consejeros -hoy asambleístas-, alcaldes y concejales sean elegidos por turno y rotación o bajo su uso y costumbre que hoy conocemos como democracia comunitaria.

Muchos profesionales apoyaron al Movimiento Al Socialismo creyendo que las instituciones realmente serán libres de influencias y cuoteo político, se imaginaron que realmente primaría la capacidad, conocimientos técnicos y méritos. Los indígenas creyeron tener mayor participación política a través de elección de sus representantes tanto a niveles nacionales, departamentales y locales mediante sus mecanismos propios.

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Todos esos sueños de mayor bienestar, libertad y mayor participación política se fueron esfumando poco a poco, porque con el afán de tener control absoluto no sólo elaboraron políticas de eliminación a los contrarios de su partido, sino llegaron a desconocer el voto del pueblo obligando a los vocales del Corte Nacional Electoral cambiar reglas de juego para tener mayor representación en muchas Gobernaciones y Municipios. Por otro lado, con el objetivo de no tener oposición en las regiones y municipios elaboró la Ley de Transición en donde cualquier candidato puede ser retirado a simple imputación formal por la Fiscalía.

También tomó un control absoluto de la justicia más que los gobiernos neoliberales, con ello se facilitaron la tarea de eliminar no solamente a los políticos de la derecha sino a todos los potenciales candidatos a simple denuncia formal. Así empezaron a controlar otras instituciones como Contraloría General, Defensor del Pueblo, Corte Nacional Electoral y otros. La Ley del Régimen Electoral donde elimina totalmente la libertad de expresión y de opinión, prohíbe hacer estudios académicos en materia electoral si no es autorizado por Tribunal Supremo Electoral. Lo peor se empieza a negar a las poblaciones indígenas mayoritarias como aymara y quechuas elegir sus representantes nacionales, departamentales y municipales bajo la democracia comunitaria, ya que a los indígenas en la Ley mencionada sólo es considerado como régimen especial, de esa manera se vive nuevamente otra era de etnocidio indígena.

En resumen, todos estos elementos me hacen decir que estamos transitando de un régimen democrático a un régimen absolutista.