El encuentro que sostienen en La Paz el vicecanciller chileno Fernando Schmidt y su homónima boliviana Mónica Soriano parece desmentir los dichos del presidente Evo Morales, respecto a que la demanda de una salida marítima soberana estaría en la agenda con el país trasandino. Según el diputado del PPD chileno, Jorge Tarud, las negociaciones “requieren de tiempo, estudio y de confianza mutua”, pero aclaró que esto no implica “bajo ningún punto de vista, salida al mar con soberanía” para Bolivia, según publicó ayer el diario chileno La Tercera. Tarud afirmó que Morales “está profundamente equivocado cuando señala que la soberanía está en la mesa de negociaciones”. A lo sumo, Chile podría ofrecer un enclave sin soberanía, es decir, la misma propuesta que se manejó con Gonzalo Sánchez de Lozada.
Evo, Álvaro y Rubén
Queda claro que el gobernador cruceño Rubén Costas tiene lógicas de relacionamiento distintas con Evo Morales y Álvaro García Linera. Con el primero se prioriza el diálogo, como quedó mutuamente comprobado en los últimos días con gestos de ambas partes. Evo dijo -palabras más, pala ras menos- que Costas “no quiso decir lo que dijo, sino que fue mal asesorado”. Por su parte, el gobernador cruceño afirmó que su enfrentamiento es “con el vicepresidente, no con Evo Morales”. El entendimiento parece provenir del diálogo sostenido por ambos en la residencia presidencial de San Jorge, en octubre de 2008.
¿Metida de pata inducida?
De buena fuente: el texto leído por Rubén Costas que le granjeó una demanda por desacato de parte de García Linera habría salido de manos de asesores provenientes de una facción rival de la alianza de Verdes. Lo que quiere decir, en buen castellano, que el gobernador habría sido víctima de un operativo de la peor política florentina. Si no se entiende el comentario, recomendamos leer a Maquiavelo.
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