¿La Guardia Revolucionaria en Bolivia?


guardia La Guardia Revolucionaria es el brazo armado de la Revolución Islámica en Irán, una milicia de élite dentro del ejército de ese país que ha desarrollado una presencia en los diversos puntos del planeta donde el régimen fundamentalista de Teherán está construyendo alianzas estratégicas. Ya existen denuncias periodísticas sobre la presencia de la Guardia Revolucionaria en Venezuela y ahora algo similar podría estar sucediendo en Bolivia. El pasado sábado a altas horas de la noche, un grupo de iraníes con corte militar llegó al aeropuerto de El Alto y luego se dirigió de inmediato hacia el regimiento de Irpavi. Para investigar.

Jugo de palmera

Preocupados por el estado médico del presidente, que se ha quejado de problemas digestivos poco después de alabar las condiciones del jugo de palmera como “viagra criollo”, nos permitimos recomendarle al mandatario que no testee sus arriesgadas teorías gastronómicas en su propia humanidad.

Nacionalización de ingenios

Luego de iniciar el proceso para la nacionalización de la PIL, el nuevo objetivo a estatizar por parte del gobierno de Evo Morales serían los ingenios azucareros. De buena fuente.



Colonos contra indígenas

La maquinaria propagandística estatal comenzó un operativo de descalificación de la marcha indígena de la CIDOB, incluyendo spots de guerra sucia. Lo interesante es que estos spots desnudan el trasfondo del conflicto entre el gobierno y los indígenas del oriente, al calificar a estos últimos de egoístas por “querer las tierras bajas sólo para ellos y no para los indígenas de otras partes del país”. En el fondo, las autonomías indígenas tal como las plantean los pueblos orientales serían un escollo en los planes de colonización aymara-quechua que el gobierno ha diseñado para Beni, Pando y Santa Cruz.

Conflictos funcionales

Como ya dijimos anteriormente en esta columna, hay conflictos que ponen en problemas al proyecto autoritario del gobierno y otros que le son perfectamente funcionales. Entre los primeros podemos citar las protestas sociales de la CIDOB, la COB y otras organizaciones que formaron parte del denominado “proceso de cambio”. Entre los segundos están los conflictos fogoneados por el propio gobierno y en los que suelen caer ciertos opositores despistados, con los que se busca reactivar de manera artificial la dicotomía oriente-occidente. Estos enfrentamientos le son útiles al oficialismo para distraer la atención mediática sobre los conflictos realmente problemáticos y al mismo tiempo le permiten cohesionar a sus bases sociales del occidente. Cualquier coincidencia con algún intercambio reciente de dimes y diretes es más que pura coincidencia.

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