Pablo Javier Deheza
Noche del sábado 10 de julio de 2010. Noche fría, solitaria y triste para la gesta autonómica cruceña. Pasa que se está aprobando artículo por artículo en La Paz -en la Comisión Mixta de Autonomías de la Asamblea Plurinacional-, la Ley Marco de Autonomías, una vez que ésta ya fue aprobada en grande. Tanta es la voluntad autonómica de la brigada cruceña, su indudable vocación de servicio a Santa Cruz, que solo tres asambleístas están ahí presentes trabajando y dando la cara por la autonomía que tanto defendimos los cruceños. ¿Qué es de la vida de los otros asambleístas cruceños? ¿Qué es de la vida del presidente de la brigada cruceña en este asunto? ¿No está ahí precisamente para defender la gesta del pueblo cruceño al que representa? ¿No es precisamente la autonomía una de las ideas bandera del departamento y de todos los cruceños? ¿Y dónde está en la hora nona el asambleísta Rolando Villarroel quien preside el Comité de Autonomía?
Tal es la importancia de esta noche que en ese lugar, donde se está gestando la Bolivia autonómica que nos tocará vivir, está el quién es quién del aparato ideológico del MAS. Las instalaciones están llenas de gente afín al gobierno y asesores de los movimientos indígenas. Está presente gente del CEJIS, está Leonardo Tamburini en persona, hay asesores de nacionalidad argentina por todas partes, hay gente del altiplano, ideólogos indigenistas, gente de los movimientos sociales, está Carlos Romero con su equipo de trabajo, están todos los que deberían estar y más. Saben que esta no es una noche cualquiera, saben lo que está en juego. Saben que no hay espacios para churrascos y falta de voluntad. Se está definiendo un país y eso no es cosa que suceda cualquier noche.
¿Y dónde está entonces la brigada cruceña? ¿Qué urgencia masiva puede acontecer en una noche de sábado? ¿Hay algo más importante que puedan estar haciendo la noche de un fin de semana trascendental para Santa Cruz y para Bolivia que estar en el lugar del debate y las decisiones políticas para las cuales fueron electos? ¿Les vino a todos ellos, salvo a tres, la fiebre de sábado por la noche? ¿Eso vale la autonomía, la fe de todo un pùeblo? El día lunes, o martes o cuando les dé la gana -ya no importará por ese entonces, ya la ley estará aprobada-, saldrán a rasgarse las ropas y a llorar a moco tendido por lo malvado que es el gobierno. Gritarán al cielo -los figurones de siempre, los que mañana saldrán nuevamente a pedirnos el voto-, que fueron víctimas de un gobierno implacable. Nos dirán que se hizo todo y hasta lo imposible, pero que todo esto es hechura y culpa del MAS.
Pero el abandono de la gesta autonómica no se limita a los asambleístas ausentes. Tarija tuvo el buen tino de llegar con una posición única y concertada entre cívicos, gobernación, alcaldía y brigada. Se tomaron las cosas en serio y llegaron con su trabajo en limpio. Si la brigada estaba fallando en algo así de importante, ¿no están acaso los asambleístas departamentales para decir algo al respecto? ¿No es la autonomía la bandera bajo la cual fueron electos? ¿Y qué pasó ahora con la voz del gobernador Costas, cuando debía hablar de cosas serias en lugar de andar haciéndole favores al gobierno con acusaciones tiradas de los pelos? ¿No nos vinieron a pedir el voto bajo el título de la defensa de la autonomía? ¿Y el alcalde? ¿Y los concejeros? ¿Por qué la mudez? ¿Qué intereses hay detrás de todo este silencio?
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Así las cosas, lo real es que el gobierno camina libre y sin problemas hacia la aprobación de una ley por demás importante y que definirá el tipo de país en el cual viviremos los bolivianos por un largo tiempo. Hasta el cierre de la sesión de esta noche de sábado ya fueron aprobados 116 artículos de un total de 149, faltando además alrededor un conjunto de disposiciones transitorias. Finalmente Santa Cruz no tendrá la autonomía por la que peleó, sino la que le quieran dar.
Santa Cruz requiere urgentemente salir de los esquemas mentales de polarización para renovarse y renovar sus cuadros representativos. Seguir insistiendo con los actuales, máxime si éstos no ponen su cuota parte, no entregará a los cruceños el destino de liderazgo y grandeza que nos debiera ser propio a estas alturas de la historia. Los mecanismos de polarización no solo que mantienen en el poder a un gobierno que ha traicionado la voluntad popular trastocando la genuina intención del pueblo boliviano de construir un país mejor por la instauración un proyecto cuyo único norte es la acumulación sin sentido de poder; sino que también mantiene en el poder a un establishment cruceño caduco e inepto para el ejercicio democrático. Un establishment sin gestión, sin transparencia y sin luces, cuyo único discurso es el repudio al MAS y cuyo fin también es el poder por el poder; sin ideología, sin utopía, vacío de alma y de razón.