No se puede afirmar con total certeza que las demandas de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (Cidob) sean razonables. Lo que si se puede afirmar que son una clara y directa consecuencia de una “Constitución” aprobada a las patadas, “levantando la mano” y “bajando la mano” sin un mínimo de reflexión y análisis que debieran ser imprescindibles para diseñar la norma fundamental del Estado.
Indígenas hacen un alto en su esforzada marcha en Ascensión de Guarayos, el sábado. (fotos Efe)
En suma el gobierno está bebiendo agua de su propia vertiente y las exigencias de los indígenas del oriente boliviano no son más que una primera consecuencia, de las muchas que vendrán, de las demagógicas leyes y políticas del MAS que les ofreció el oro y el moro y les dijo que Bolivia, por derecho ancestral, es exclusivamente suya.
Ese indigenismo de dientes para afuera y que fue instrumentalizado con objetivos netamente políticos está siendo abandonado paulatinamente y el partido gobernante está mostrando cual es su verdadera esencia y cuales son sus objetivos.
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De lo que se trata es de reproducir el poder y nada más y es evidente que el MAS no reparará en métodos ni medios para concretar su objetivo de establecer un estado autoritario y policíaco con todo el andamiaje institucional y jurídico a su favor, respaldado por leyes aprobadas en pocas horas por una asamblea legislativa de mayoría oficialista.
En este su empeño ya ha mostrado que no dudará en promover enfrentamientos de sus grupos de choque compuestos principalmente por cocaleros que en principio amenazaron con no permitir el paso de los indígenas del oriente por “su territorio”, aunque después de una reunión con su líder Evo Morales en Lauka Ñ se mostraron mas flexibles.
El gobierno tuvo que arreglar muy a la rápida sus diferencias con el Consejo de Ayllus y Markas del Collasuyo (Conamaq) que en principio tenía las mismas exigencias que la Cidob. Sabemos que el arreglo fue alcanzado gracias a una generosa inyección de recursos y que fue de tal magnitud que ahora el Conamaq ha anunciado un “cerco” a la Asamblea Legislativa para que el proyecto de Ley Marco de Autonomías sea aprobado como lo propuso el otrora asesor de los indígenas (en el Cejis) y actual ministro Romero; y sumado a esto la amenaza del propio Evo de declararse en huelga de hambre si el parlamento no aprueba rápidamente dicho proyecto.
Para Evo y el MAS el instrumento supremo de lucha política eran las huelgas, marchas, los bloqueos y los cercos. Ahora que estos mismos instrumentos son utilizados en su contra los sataniza lo que demuestra la doble moral con la que siempre han actuado. No olvidemos que no hace mucho el propio presidente Morales instaba a sus “organizaciones sociales” a marchar para presionar a los concejos municipales en manos de la oposición.
Lo malo es que este juego de imposturas puede tener graves consecuencias, sobre las cuales Morales debe reflexionar como no lo hizo antes con los muertos de Huanuni, de la Calancha, ni los de Porvenir; ahora es distinto, se trata de sus «hermanos» indígenas, aunque éstos sean del oriente y hayan sido acusados por su gobierno de ser «instrumentos de Usaid, es decir, del imperialismo».
A esta altura ya no hay dudas que el gobierno no es de los indígenas y originarios como tanto proclamaban para el consumo interno y externo. Por eso mismo y para preservar su imagen, Evo encomendó a una comisión oficialista a negociar con los marchistas para detener la marcha a como de lugar, aunque para ello, otra vez, comprometan cualquier solución por mas irresponsable e inaplicable que esta resulte en el futuro.