Mercado mayorista, un proyecto que importa a todos


Ingrid Wichtendahl

WICHTENDAHL Javier Casares Ripol, en un didáctico artículo, cita que a un personaje de una de las novelas de Saúl Bellow se le pregunta cuál es la diferencia entre la ignorancia y la indiferencia y éste responde de manera concluyente: “ni lo sé, ni me importa”. Luego continúa diciendo que “de forma similar parece que no conocemos, ni nos importa -en el mundo de la teoría económica- el papel de los mercados mayoristas”, los cuales según su opinión son la pieza esencial en el desenvolvimiento de la cadena de distribución comercial alimentaria. Destaca que la importancia social y económica de los mercados mayoristas alimentarios se evidencia en sus aportaciones a la evolución de las ciudades, a la seguridad en el abastecimiento de los alimentos básicos y regulación de precios, mejora de los sistemas de transporte, de la producción agrícola, del comercio minorista, de la calidad de vida, entre muchas otras.

De lo sostenido por el señor Casares Ripol, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, pasemos a ver ejemplos de cómo se comportan ciudades organizadas respecto al tema de los Mercados Mayoristas:



Lima, en 2009, a través de su Empresa Municipal de Mercados inició la construcción del “Gran Mercado Mayorista de Lima” de 86 hectáreas. Para encarar el proyecto la empresa contrató dos expertos del mercado Rungis de París. La inversión municipal corresponde al sector de mercado de 39 hectáreas, mientras que el área de servicios de 20 hectáreas se hace con inversión privada. Es opinión generalizada que el Gran Mercado Mayorista de Lima es uno de los proyectos más importantes que Perú tiene entre manos, ya que revolucionará el comercio de sus productos agroalimentarios beneficiando directamente a millones de productores del campo y consumidores, así como a miles de comerciantes mayoristas, minoristas, transportistas y estibadores.

Buenos Aires, ya a mediados del siglo XX, contaba con su Mercado Modelo destinado a la venta al por mayor de frutas, verduras y otros alimentos. En 1984 se lo transforma a imagen y semejanza del Rungis de París y se lo traslada a 2 kilómetros de la Capital Federal. Cuenta con 540 hectáreas, de las cuales 210 están destinadas a la comercialización fruti-hortícola. Disponiendo de 330 hectáreas para futuras actividades tendientes a conformar un importante polo alimentario.

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El Rungis de 232 hectáreas, a 7 km de París, es el mayor mercado de frutas y hortalizas del mundo. Se inauguró en 1969 y convirtió a la ciudad de Rungis en la capital mundial de productos frescos. El Rungis sigue sirviendo de modelo a muchos mercados en el mundo ayudando a mejorar el funcionamiento de sus sistemas de distribución alimentaria y a crear mercados mayoristas eficientes. Su camino recorrido desde hace 41 años es impresionante: el Rungis se ha ido adaptando a grandes cambios ya que de mercado mayorista tradicional, para una clientela regional, se ha convertido en un mercado internacional al servicio de la gastronomía y del patrimonio alimentario francés.

El caso del Municipio de Quito es diferente, en 1981 inauguró su "Mercado Mayorista" de 21 hectáreas fuera del perímetro urbano. Se construyó para modernizar su arcaico sistema de abastecimiento y comercio alimentario. Sin embargo se equivocaron al construir al lado un mercado ferial que poco tiempo después se convirtió en minorista, desvirtuando los objetivos del mayorista. Con tal motivo Quito no tiene mercados mayoristas puros y es el ejemplo que debe conocerse para no caer en los mismos errores.

Justamente, una nota periodística (El Mundo, 16/07/10) informa que la Alcaldía Municipal “en busca de acabar con el problema generado por los comerciantes asentados en las calles del mercado La Ramada, instruyó que se construya un megamercado en un terreno de ocho hectáreas al lado del mayor mercado mayorista que ya se está construyendo de la mano de inversionistas privados en 25 hectáreas”. Esta noticia contradice a otra nota periodística (El Día, 17/04/10) que da cuenta que: “Con la aprobación de un crédito de $US 12,1 millones otorgado por la Corporación Andina de Fomento, se construirá un mercado Modelo Mayorista Campesino, que estará ubicado en el Distrito Municipal 10, en un terreno de diez hectáreas”.

Al margen de estas inconsistencias, lo cierto es que el Gobierno Municipal debe entender el verdadero papel del Mercado Mayorista como lo que es: un catalizador del desarrollo económico-social de la ciudad y el departamento. Debe además darse cuenta que el tema de los mercados no es un asunto entre comerciantes de La Ramada y alguien de la Alcaldía, ni que es un simple asunto de diseño y construcción ni de soluciones improvisadas y “data show”.

Sin lugar a dudas, que los cruceños igual que limeños o parisinos tenemos derecho a una ciudad organizada y las autoridades tienen el deber de trabajar con ese objetivo. Por consiguiente deben reorientar el tema del Mercado Mayorista y sistema de mercadeo para que responda a un estudio con conocimiento de causa y efecto, serio, ambicioso y de cara al ciudadano. El proyecto debe estar a cargo de un equipo de expertos locales en materia económica y urbanismo que accedan al asesoramiento de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas (WUWM) para, en primer lugar, crear la entidad especializada que maneje el crédito de la CAF y el proyecto con profesionalidad, transparencia, eficiencia y eficacia. En pro de los intereses de la ciudad y el departamento deben ser parte del proyecto no sólo el Gobierno Municipal y la Gobernación sino también el Comité Pro Santa Cruz, Comité de Vigilancia, gremialistas mayoristas y minoristas, productores de alimentos agrícolas, CAINCO, CADEX, universidades y transportistas. No olvidemos ¡el futuro se construye en el presente y depende sólo de nosotros!