Medidas. El comandante dice que se está identificando a los malos efectivos.
Cuestionados. Nina y el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, pasan revista a una tropa policial. El respeto a las garantías personales en las celdas está en entredicho
Marco Chuquimia. La Paz, El Deber
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El comandante general de la Policía, general Óscar Nina, admitió que la Policía Nacional es una institución que violenta los Derechos Humanos. Pese a ello, asegura que se ha propuesto revertir esa realidad, reflejada en los informes de instituciones que defienden los derechos civiles, como la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (Apdhb).
“Derechos Humanos nos sindica, a la Policía, como una de la instituciones más violadoras de los derechos. Obviamente, es una realidad que la vamos a revertir, porque es uno de los valores y uno de los pilares que sostienen la transformación que llevamos adelante en la defensa y preservación de los Derechos Humanos”, afirmó Nina, en contacto con la prensa.
La autoridad expresó que están preparando un conjunto de medidas que serán enviadas a la Asamblea Plurinacional para su aprobación. Entre ellas se encuentra la ley de ‘responsabilidad administrativa y disciplinaria’. Nina considera la falta de disciplina como el peor problema de su institución.
Sin embargo, dijo desconocer el pedido de organizaciones, como la Apdhb, de reponer los voluntariados de vigilancia de respeto a las libertades ciudadanas en las celdas policiales, pese a que el miércoles la presidenta de dicha institución, Yolanda Herrera, reveló que existe tortura dentro de las celdas policiales e incluso afirmó que hay testimonios de personas que fueron maltratadas en las celdas por efectivos policiales con métodos que corresponden a épocas dictatoriales.
Nina señaló que no dará un informe sobre el plan Punto Final, que estaba destinado al destierro de los actos de corrupción dentro de esta institución. El 10 de junio, cuando puso en vigencia este plan, la autoridad aseguró que había llegado la hora de que se termine la era de la reacción y la represión para dar paso a una labor más preventiva y proactiva.
Sin embargo, menos de un mes después, un detenido acusado de atraco, David Olorio Apaza, falleció en celdas de El Alto presuntamente víctima de una golpiza.
Nina afirmó que en este momento no hay una depuración en la Policía, sino que están encontrando a los malos policías y los están desenmascarando para luego pasarlos a disposición de la justicia ordinaria.
El director de régimen penitenciario, Wilson Soria, aseguró que no conoce las denuncias sobre presunta violación de derechos humanos en las celdas de la Policía ni en las cárceles del país, e indicó que hasta el momento nadie hizo llegar un reclamo, pese al hacinamiento de los recintos.
Admitió que el Estado arriesga su imagen internacional por las denuncias y dijo que es necesario tomar medidas para desterrar estas prácticas.
Se paraliza indagación sobre el atraco
José Ponce, fiscal de materia de la ciudad de El Alto, que investiga el caso del atraco Vías Bolivia, declaró ayer que la muerte del principal acusado, David Olorio Apaza, paralizó esta indagación y que la misma será retomada cuando se dilucide el fallecimiento del acusado.
Ponce dijo que hasta el momento sólo hay una detenida por la denuncia, se trata de la esposa de Olorio Apaza, Cristina Céspedes, y que el otro sospechoso, Marco Antonio B.Q., no corresponde a este caso sino a otro que se produjo en la ciudad de La Paz.
Del mismo modo, Ponce señaló que los dos policías que debían ser interrogados también quedaron relegados porque se espera la investigación que hay sobre la muerte de Olorio.
Mientras, el fiscal que investiga la muerte de Olorio, Daniel Aguilar, explicó que fueron convocadas otras cuatro personas, tres civiles y un policía, y adelantó que después de todas las declaraciones se presentará la imputación de al menos dos individuos, que son las principales responsables de la muerte del sospechoso.
El caso quedó paralizado hasta el lunes por el feriado departamental que rige en La Paz. Ese día se tiene prevista la declaración de las cuatro personas, que serán las últimas indagadas.
Se dispara el número de detenidos
Una de las formas de violación de los Derechos Humanos es la reclusión en condiciones infrahumanas, reveló ayer el director de Régimen Penitenciario, Wilson Soria. Por ello admite que el hacinamiento en las cárceles del país es ‘infrahumano’ y ‘alarmante’.
Soria explicó que hasta enero de este año había 7.500 internos en todas las cárceles del país; esa cifra se incrementó a 8.700 hasta el 30 de junio y a este ritmo, para fin de año, habrá 10.000 reclusos.
El director reveló que, de todos los recluidos, los detenidos que esperan sentencia son el 78%, por ello tramitó una reunión con el Órgano Judicial para analizar formas de acelerar la aplicación de justicia.
La aceleración de los juicios en los tribunales pasa por la aplicación de las leyes orgánicas que fueron aprobadas recientemente en la Asamblea. Las autoridades creen que los litigantes sentirán el cambio de la justicia recién dentro de dos años, y hasta entonces se puede agudizar las crisis en las cárceles.
Los ‘métodos’
Torito: aplicación de un dispositivo eléctrico en el cuerpo desnudo. Este ‘equipo’ es usado para defensa personal. Los glúteos, brazos, piernas y genitales son los lugares más comunes de aplicación.
Bolsa de gas: hay dos formas, la primera es introducir la cabeza del detenido en una bolsa plástica y luego esparcen gas pimienta en su interior, por lo que no puede respirar y provoca ardor; la segunda es causar la sensación de asfixia.
‘Maletear’: golpes propinados en lugares que no están a la vista, principalmente en el estómago, riñones, costillas flotantes y partes que se cubren como brazos y entrepiernas.
Incomunicados: los reos que cometen algunas faltas o no quieren delatar a sus compañeros son recluidos en un cuarto pequeño que tiene sólo el ingreso y no hay ventanas ni reciben alimentación. Es despertado con agua fría.
Submarino: consiste en maniatar al acusado e introducirlo de cabeza en un tanque con agua salada u otro líquido, con las piernas hacia arriba, hasta que empieza a ahogarse. Esta tortura también puede incluir descargas eléctricas con cables pelados conectados con tomacorriente o un soquete.
Fuente: Apdhb