La tesis de García Linera sobre la entrada en la “quinta fase del proceso de cambio”, esbozada en el congreso de las federaciones del Trópico de Cochabamba, es reveladora sobre la verdadera naturaleza del régimen y sus beneficiarios. Sin ambigüedades, el vicepresidente le habló a los cultivadores de coca-para-cocaína de tomar el poder total, contrastando con el progresivo descarte del que han ido siendo objeto los demás movimientos sociales que hicieron posible la llegada de Evo y Álvaro al gobierno. Queda claro que estos no fueron otra cosa que una escalera o fusibles prescindibles, en tanto que los cocaleros del Chapare (no así los cultivadores tradicionales de los Yungas) son el núcleo duro del proyecto político, la nueva burguesía a empoderar y enriquecer. Ése es el verdadero rostro de la administración de Evo Morales: no un gobierno indígena sino un gobierno cocalero, nacido por y para la expansión de los cultivos excedentarios. Lo demás es discurso y demagogia.
Traición a la patria
Muy cara podría salirle su política exterior pro-chilena al actual gobierno. A los cuestionamientos de la agenda de 13 puntos, de los que ya nos hicimos eco en varias ocasiones anteriores desde esta columna, se suma ahora un pedido de renuncia de Morales y García Linera por traición a la patria, hecho público por bolivianos residentes en el exterior del país. El petitorio constitucional se basa en la existencia de un ducto que lleva hidrocarburos a Chile y en una negociación entreguista de las aguas del Silala. Un tema que traerá cola.
Intervención de notarías II
Días atrás advertimos sobre la intención del gobierno de intervenir las notarías para aplicar la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz. Confirmando la información, anoche la ministra Nardi Suxo afirmó que su cartera busca “un mayor control de las declaraciones juradas”, a través de mecanismos que espera tener en marcha “hasta fin de año”.
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