Carta de Wálter Chávez a Wilson García Mérida
Hola Wilson.
He leído con atención las cosas que van saliendo respecto a los señores que trabajan en el Ministerio de Culturas… Todos debemos agradecerte por haber dado esa batalla contra esa gente, aun cuando tú mismo hayas terminado perjudicado al perder tu trabajo…
No puedo decirte más porque no estoy muy enterado de lo que hacía Octavia ni el personaje aquel que trabajaba como asesor… por cuestiones de moral y de estética nunca escuché una canción de Octavia… como sabes, yo fui detenido por la policía en los tiempos de la guerrilla, eso me convirtió en un tipo resabido… por eso era imposible que me dejara torturar por la música de Octavia… claro, estaba al tanto de que este grupo logró algún éxito, sobre todo entre la gente joven, que siempre es la más expuesta a las barbaridades que ciertos arteros, que se hacen llamar artistas, proponen a nombre de la música… pero como te digo nunca escuché ninguna de sus canciones.
Cada vez que hablamos, siempre te reclamo tu excesiva buena voluntad con ciertas personas a las que vas apoyando y promoviendo. ¿Te acuerdas del empeño que le pusiste a ese museo de la música que apareció en Cochabamba en la casa de Zulma Yugar? ¿Te acuerdas que pasaste días y semanas, comiendo apenas, y sacando inspiración de donde casi no había para escribir esos textos que tanto le gustaron a Zulma…? Como Carlos Saura, te estás volviendo un ostentoso criador de cuervos…
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En fin Wilson, te felicito por tus éxitos un tanto quijotescos… los logros que te anotas son como los milagros de María Merced… todos salen al revés… Para ti, cada éxito significa perder trabajo y entrar en más dificultades, pero a la larga vas “desfaciendo entuertos” y combatiendo la picardía… Eres de los que, como Jaques Brel, crees que en el fondo del fondo los buenos siempre terminan ganando…
Un abrazo
Wálter Chávez
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