Los dos principales partidos políticos de Australia buscaban cortejar a legisladores independientes el domingo, luego de que unas elecciones no arrojaran un ganador concluyente y dejaran al país sin una mayoría clara en el Parlamento por primera vez desde 1940.
El dólar australiano y las acciones posiblemente retrocedan cuando el lunes se reinicien las operaciones, dijeron analistas, con el recuento de votos amenazando con prolongarse durante días y tanto el oficialismo laborista como la oposición aparentemente incapaces de alcanzar la mayoría.
"La incertidumbre va a ser un verdadero desastre para los mercados financieros", dijo el economista de Commsec Craig James.
Con el 78 por ciento de los votos contabilizados, un Parlamento sin mayoría absoluta parecía el resultado más posible, con dos escenarios a la vista para un Gobierno de minoría: una administración conservadora apoyada por independientes rurales, o un Gobierno laborista respaldada por uno o dos legisladores del Partido Verde.
El segundo escenario asusta a muchos a los inversores y la primera ministra Julia Gillard (foto) indicó el domingo tras las primeras charlas con legisladores "Verdes" e independientes que está abierta a discutir las políticas del dispar grupo de diputados.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
"Me interesa negociar de buena fe un acuerdo para formar Gobierno", afirmó Gillard, agregando que su Partido Laborista estaba en mejor forma para controlar una administración estable y destacando que ganaron más votos que los conservadores.
El líder Conservador Tony Abbott también se reunió con legisladores independientes el domingo.
"He hablado con cada uno de los tres legisladores. No quiero adelantarme a las discusiones que se espero se desarrollen en los próximos días", declaró.
"Pretendo ser muy pragmático, pero dentro de los amplios parámetros de la política que discutimos durante las elecciones", señaló Abbott a periodistas en Sídney.
Impuestos y cambio climático en la agenda
Los legisladores Verdes e independientes que unieron fuerzas por las elecciones defienden una variedad de temas, como aumentar los impuestos a quienes reciben rentas más altas y a las compañías, en el caso de los Verdes, y un Gobierno más abierto, en el caso de los dos diputados independientes.
El Partido Verde, que también se apresta a tener en sus manos el equilibrio de poder en el Senado, posiblemente presionará por acciones sobre el cambio climático, mientras que los Laboristas pospusieron el esquema de comercio de carbono para el 2012 y los conservadores se oponen al plan.
"Lo mínimo para el cambio climático es tomar acciones, hacer algo al respecto", dijo el líder de los Verdes, Bob Brown. Previamente, había sugerido un precio temporal de 20 dólares australianos por tonelada de carbono para un esquema de intercambio de emisiones.
El secretario del Tesoro australiano, Wayne Swan, aseguró a los mercados que la administración interina de los laboristas proveería estabilidad hasta la formación de un nuevo Gobierno.
"La comunidad de inversionistas y el resto pueden estar seguros de que la economía de Australia es una de las fuertes del mundo, con un sistema financiero estable y excelentes reguladores que se han desempeñado efectivamente a ambos lados de la política", aseveró.
Retroceso en los mercados
Los inversores preferirían un Gobierno conservador por sobre uno Laborista, dijo el jefe de estrategias de UBS David Cassidy, resaltando que Abbott ha prometido desechar la propuesta laborista de aplicar un impuesto del 30 por ciento a las compañías mineras.
El impuesto sobre grandes operaciones de mineral ferroso y carbón ha afectado las acciones de compañías como BHP Billiton y Rio Tinto, además de al dólar australiano.
"Claramente al mercado no le gustará la incertidumbre", dijo Cassidy, pronosticando un retroceso moderado. "Los mercados estarían incómodos con un Gobierno laborista con asistencia de los Verdes", expresó.
Reuters