Bolivia, carretera de Chile

evo piñera La traición será en noviembre. Para ese mes se prevé la presencia en Santa Cruz del presidente chileno Sebastián Piñera y del mandatario brasileño Lula da Silva, quienes junto a Evo Morales darán inicio a las mega-obras del “corredor bioceánico”. Un emprendimiento aparentemente positivo a simple vista, si se lo toma fuera de contexto. Pero veamos: Chile está tratando de hacer firmar a Bolivia un acuerdo por el cual concedería un régimen de libre tránsito hasta el puerto de Iquique, a cambio de asegurarse la provisión de gas natural y aguas del Silala. Lo cual ya sería un mal paso para Bolivia, porque cualquier posibilidad de concertar soberanía sobre una franja territorial de acceso marítimo quedaría congelada durante 99 años. Sería un tratado tan ruinoso como el de 1904. Adicionalmente, nuestro país renunciaría a cobrar la astronómica deuda que Chile debe por el uso de las aguas del Silala durante casi un siglo. Pero ahora se agrega un nuevo dato que agrava la figura. Chile está interesado en abrirle un camino a sus exportaciones hasta el Océano Atlántico a través del mencionado corredor, lo que en buen castellano significa que el régimen de libre tránsito supuestamente ofrecido como graciosa concesión sería en realidad la manera de asegurarse su propio libre tránsito por Bolivia. Para el país trasandino la jugada es un negocio redondo: se garantiza el gas y el agua necesarios para la expansión de su sector minero, le abre camino a sus exportadores y encima se saca de encima por un siglo a esos molestos vecinos que protestan por el mar. Del lado boliviano, aunque los intereses nacionales salen perdiendo por goleada, hay varios particulares que lograrán pingües beneficios. El primero será Evo Morales, que además de recibir algunas sobadas en el lomo de parte de Piñera y Lula, y de jugarse otro picadito de fútbol con el primero ante las cámaras de la prensa internacional, podría mostrar el “acceso marítimo” logrado con el acuerdo como un éxito histórico que puede redundarle importantes ganancias políticas. ¡No sería nada raro ver a Evo y Piñera recibiendo el tan ansiado Nobel de la Paz por haber “superado sus diferencias”! Otros que saldrían ganando con la operación serían los integrantes de un poderoso grupo económico cruceño, que al parecer ya tiene asegurada su participación en el negocio por partida doble: tierras supervalorizadas por estar en la ruta del corredor y concesión de obras públicas. Un grupo que ejerce una notable influencia sobre autoridades políticas del departamento, teóricamente opositoras, que sin embargo han ido girando hacia la obsecuencia desde el 2008. Comienza a descorrerse el telón de los grandes intereses en danza.

Carta de Evo a los hermanos Castro

Como se vio en los últimos días, Evo Morales envió una carta al presidente estadounidense Barack Obama, cuestionando la polémica ley de Arizona y señalando que sueña con un mundo “donde todas las personas tengan libertad de migración y puedan ir de un país a otro, sin fronteras”. Le tomamos la palabra al mandatario y le sugerimos que, siendo coherente con sus ideas, le envíe una segunda carta al gobierno dictatorial de los hermanos Fidel y Raúl Castro, para que les permitan a los cubanos migrar libremente a donde les dé la gana.

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