Luego del discurso de Álvaro García Linera, donde el vicepresidente intentó reescribir la historia adjudicándole el “plurinacionalismo” a Bolívar, e incluyendo una cantinfleada seudo-ilustrada sobre fuerzas centrífugas y centrípetas, le tocó el turno a Evo Morales. Entre chistes y “evadas”, el presidente acabó reconociendo el fracaso de su política antidroga (si es que la hay) e intentó justificarse aduciendo que “El narcotráfico es un problema estructural”. Curiosa y falaz interpretación, teniendo en cuenta que durante toda la década de los ´90 y comienzos del siglo XXI el narcotráfico sufrió una importante merma en Bolivia, que sólo se revirtió durante el gobierno actual. No hay, por lo tanto, ninguna fatalidad histórica ni sociológica en el tema, sino simple responsabilidad gubernamental. Otra perla del discurso presidencial fue el momento en que dijo -aludiendo al conflicto de los gremialistas importadores- que el contrabando es “una actividad ilegal que usa a una fuerza social para defenderse”. ¿No será exactamente eso lo que ha estado pasando en El Chapare, fenómeno que catapultó al propio Evo Morales al gobierno central?
¿Bolivia unida?
Durante todo el día, los discursos giraron en torno a la integración y la unidad de Bolivia. Sin embargo, esta fue la primera sesión del 6 de agosto que casi no contó con la presencia de parlamentarios de dos departamentos, Potosí y Chuquisaca, la gran mayoría de los cuales faltaron a la cita en protesta por las políticas del gobierno “unificador”.
Senador humillado
En momentos previos al ingreso del presidente a Expocruz, el senador Germán Antelo fue enviado por García Linera a la puerta de ingreso del predio ferial a esperar a Evo Morales, como parte de una comitiva de bienvenida. El parlamentario cumplió solícitamente y luego escoltó al mandatario hasta la testera. Esperemos que la próxima vez no lo manden a hacer el café.
El día después
En el fondo, lo que hubo en la Fexpo fue un acto compartido entre el gobierno y la élite regional, a espaldas del pueblo y de un país convulsionado por los conflictos, en una suerte de burbuja de “apartheid” social. Pero, como en aquella legendaria escena de “El Padrino” donde el capo mafioso halagaba con chocolates a la próxima víctima que entregaría a sus verdugos, hay que ver más allá de los discursos engañosos con los que Evo Morales le lanzó guiños de simpatía a Rubén Costas. Lo más probable es que “el día después” continúen los procesos judiciales y la estrategia de inhabilitación, así como el hostigamiento a varios de los empresarios que escuchaban al primer mandatario con atención.
La economía según Evo
El presidente acaba de inaugurar una nueva rama de las ciencias económicas: la economía-ficción. Dijo Evo Morales que en su gobierno “No nos hemos prestado plata” de organismos internacionales, cuando la realidad muestra que su administración tuvo que adquirir deuda para pagar el Bono Juana Azurduy y que las cifras de endeudamiento externo en lo que va del 2010 ya ascienden a más de 300 millones de dólares. En otro pasaje de su intervención, el mandatario aseguró que el descenso en las inversiones se debió “a las elecciones de diciembre y abril”.
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Preguntaron por el narcoamauta
No todas fueron rosas para el oficialismo en la sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional. En pleno discurso presidencial, cuando Evo Morales abordaba el tema del narcotráfico, los diputados Luis Felipe Dorado y Adriana Gil se levantaron y preguntaron a gritos por el narcoamauta. Más tarde, Dorado también interpeló al gobernante sobre El Mutún.