La razón es sencilla y de peso: durante el encarcelamiento de García Linera por su participación en el alzamiento armado (en plena democracia) del EGTK, Sacha Llorenti formó parte del equipo que elaboró la estrategia de defensa jurídica del actual vicepresidente. Paralelamente, como parte del team de asesores que colaboraba en el diseño del Nuevo Código de Procedimiento Penal (NCPP), Sacha se encargó de incluir una figura que le permitiera a “Qananchiri” la excarcelación por retardación de justicia. De manera que no debe sorprendernos que el presidente a.i. proteja al Ministro de Gobierno ante acusaciones que habrían tumbado de su cargo a cualquier otro funcionario. Está defendiendo a su defensor. Lo lamentable es que las razones personales se impongan a la transparencia de la gestión pública.
¿Quién se acuerda de las mega-represas?
Sorprende la ausencia de debate sobre un tema que debería estar en la agenda nacional. La construcción por parte de Brasil de dos mega-represas en la Amazonia, Jirau y San Antonio, sobre el río Madera y muy cerca de la frontera boliviana, no ha merecido siquiera que el gobierno encare un estudio del impacto ambiental que esta iniciativa podría tener sobre el hábitat de los bolivianos que viven en esa región. Las voces críticas, como las de la ONG Fobomade, han sido silenciadas a punta de amedrentamiento. El biólogo Marco Octavio Ribera afirma que existen alternativas eficientes y ecológicas para la generación de energía, como la construcción de mini-represas o la creación de parques eólicos, aprovechando la potencia de los vientos llaneros y amazónicos. Un debate necesario.
Evo, Chávez y la Franja de Gaza II
Ayer dábamos cuenta del grave riesgo que corrió nuestro país de entrar en un conflicto internacional con Israel, a raíz de la peregrina decisión gubernamental de enviar un buque con bandera boliviana a romper el bloqueo en la Franja de Gaza. Hoy podemos confirmar plenamente que el barco “Mariam” figura en el Registro Internacional Boliviano de Buques (RIBB), dependiente del Ministerio de Defensa de Bolivia. La “ayuda” iraní y venezolana pasa factura.
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