Cuarteles del infierno


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Los cuarteles son sitios insalubres, donde no sólo se agrede a los soldados, sino también los obligan a prácticas innobles.

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Cuarteles del infierno

  2. Bajo el Penoco, El Día: El modelo que no se toca

  3. Los Tiempos: UN TRASPIÉ DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

  4. El Deber: Delincuencia en auge

  5. Cambio: La naturaleza no está en venta

  6. La Prensa: El turismo: ¿fin de una opción?

  7. El Diario: Misión histórica de los articulistas de prensa

  8. El Mundo: Discriminados

  9. Opinión: Los riesgos de la libertad

  10. Clarín, Argentina: Altas expectativas inflacionarias




El Día: Cuarteles del infierno

Un militar del servicio pasivo comentaba con cierta pachorra ayer en la televisión lo ocurrido con un soldado en la localidad orureña de Challapata, argumentando que eso siempre ha ocurrido dentro de los cuarteles; es decir, los actos de crueldad y tortura hacia jovencitos que a veces no pasan de los 16 años. Desde el Palacio de Gobierno, otra imagen repetida, el Presidente prometiendo duras sanciones hacia los responsables de ese lacerante vejamen cometido el año pasado.

Y es verdad lo que afirma aquel militar retirado. Cada año se conocen decenas de casos de conscriptos y también de estudiantes de los diferentes institutos castrenses del país que han sido víctimas de la brutalidad de sus superiores, algunos de los cuales han terminado en muerte. La gran diferencia, según apunta el mismo observador, es que ahora se dispone de novedosas tecnologías capaces de registrar a hurtadillas el salvajismo con el que actúan esos seres humanos vestidos de uniforme y también hay abundantes medios de comunicación que divulgan esas imágenes. Menos mal que el presidente Morales ha agradecido a la red Unitel por dar a conocer lo sucedido en Challapata.

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Lamentablemente, y pese a que siempre ha surgido desde las esferas gubernamentales, la promesa de investigar y sancionar “hasta las últimas consecuencias”, muy pocas veces algún sargento, capitán o teniente torturador ha terminado pagando sus culpas como se debe. Los militares se escudan en sus propias normas y la opinión pública termina convencida que la impunidad siempre sale triunfante.

Además de requerirle al Gobierno, especialmente al Ministerio de Defensa, la mayor seriedad en el manejo de este caso, se debería exigir reformas judiciales que hechos como éste sean ventilados en los tribunales ordinarios. Un conscripto es apenas un adolescente, que es obligado a asistir a los cuarteles y por lo tanto tiene que estar protegido por la sociedad y el Estado. Está demostrado que los cuarteles son sitios insalubres, donde no sólo se ensañan  violentamente contra esos pobres chicos, la mayoría proveniente de hogares humildes, sino que también se recurre a prácticas innobles, como obligarlos a trabajar de peones en las propiedades de los oficiales y muchas veces, se los induce a la pillería.

La imagen de los militares bolivianos en este momento está por los suelos. Las Fuerzas Armadas se han convertido en un “sector social” más al servicio del partido de Gobierno. Los jefes castrenses se vuelven funcionarios, parlamentarios y actúan en función partidaria aún vistiendo el uniforme. La actuación de los militares en Pando y en otros sitios ha sido vergonzosa y peor aún que se estén prestando a entrenar milicias campesinas dentro de los regimientos.

El caso de tortura producido en Challapata viene a enlodar aún más el triste papel que está jugando una institución fundamental del Estado. En este marco, resulta poco probable que se dé un esclarecimiento y la posterior sanción que ha prometido el Presidente. En el mejor de los casos, los militares deberían ser los más interesados en que se dé con los responsables de lo ocurrido para evitar que la población comience a desconfiar de ellos como lo hace con los políticos.

Los cuarteles son sitios insalubres, donde no sólo se agrede a los soldados, sino también los obligan a prácticas innobles.

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Bajo el Penoco, El Día: El modelo que no se toca

Mientras en Venezuela Hugo Chávez se atragantaba tratando de explicarles a los periodistas extranjeros, cómo se hace para lograr la mayoría de los parlamentarios, cuando la mayor parte de los votos los obtuvo la oposición y maltrataba a una periodista por cuestionar la complicada ecuación de la “democracia” venezolana, Evo Morales hacía lo propio en La Paz con una corresponsal de la BBC que le pidió que diga sin son “racistas confesos” todos los que han criticado la ley que so pretexto de erradicar el racismo, pone en peligro la libertad de expresión y la democracia en el país. Después de las reacciones de ambos líderes quedó claro por qué existe tanto empeño en erradicar de una vez por todas, la prensa libre. Mucho más, luego de que Evo Morales se declaró admirador del modelo cubano, aunque obviamente justificando los ajustes que se están haciendo, con despidos masivos y gasolinazos. El modelo económico puede ser sujeto a revisión; el que parece inamovible es el modelo político de la isla, al que todavía falta mucho por copiarle.

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Los Tiempos: UN TRASPIÉ DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Lo que se debe desear para el pueblo venezolano es que se le ahorren escenarios de violencia y pueda recuperar su vocación democrática

Más allá de la retórica del histriónico mandatario venezolano y la de sus áulicos, está claro -a tres días de realizadas las elecciones legislativas- que el denominado socialismo bolivariano del Siglo XXI ha sufrido un serio traspié en su país de origen.

De acuerdo a los datos publicados por el Consejo Supremo Electoral, el partido de Chávez ha obtenido el 48,2 por ciento de los votos; la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) 47.3 por ciento y otros partidos menores (entre ellos una escisión del partido de Chávez) alcanzaron al 4,5 por ciento. Esto significa que los opositores a Chávez han obtenido el apoyo del 51,8 por ciento del electorado venezolano y lo han hecho en un contexto totalmente adverso por el uso inescrupuloso del poder para la campaña, un órgano electoral sumiso al Ejecutivo y un permanente amedrentamiento a los candidatos opositores.

Pero, estas cifras no se reflejan en la elección de los asambleístas, en la que, por la manipulada distribución de circunscripciones hecha por el poder dominante, Chávez obtiene una sólida mayoría de representantes, aunque no los suficientes para hacer y deshacer como ocurrió con la actual Asamblea Legislativa.

Se trata, según estos guarismos, de la segunda derrota que sufre el chavismo desde que accedió al poder. La primera fue cuando vía referéndum los venezolanos rechazaron la propuesta de la reelección indefinida (aunque después Chávez la forzó gracias a su dominio de la Asamblea Legislativa). En ambos casos, la victoria opositora fue posible porque aunaron fuerzas y, en esta última elección, porque la desastrosa gestión chavista ha hecho que Venezuela sea el país que muestra los peores índices económicos de la región (pese a los ingentes recursos que obtiene por el petróleo), los niveles más altos de criminalidad y que dispute, también, los primeros puestos en materia de corrupción, factores que la han restado un importante apoyo electoral.

Desde otro enfoque, estos resultados muestran la profunda polarización de la sociedad venezolana. Ésta se encuentra claramente escindida y con la agravante de que mientras el proyecto del socialismo del Siglo XXI se mantenga, no habrá posibilidad alguna de superar esta división porque uno de los sustentos de este proyecto es, precisamente, atizar la confrontación.

En el plano internacional es posible creer que estos resultados obligarán al mandatario venezolano a revisar su política injerencista por tres razones concretas. Una, porque allá donde hay un mínimo de institucionalidad democrática sus prohijados pierden estrepitosamente. La otra, porque buena parte de la lealtad de las naciones interdependientes se basa en los recursos que derrocha, los cuales -es posible prever- serán sometidos a una severa fiscalización una vez instalada la nueva Asamblea Legislativa.

La tercera, porque con la derrota del domingo la inflexión del proceso bolivariano se hace realidad.

Por esas y otras razones, lo que se debe desear para el pueblo venezolano es que se le ahorren escenarios de violencia fratricida y pueda encontrar caminos para recuperar su unidad nacional y su vocación democrática, condiciones indispensables para poder impulsar un proceso de desarrollo con justicia social. En todo caso, su ciudadanía ha dado un segundo paso en esa dirección.

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El Deber: Delincuencia en auge

Cruel, diversa y casi siempre sangrienta, con tales características y otras no menos notables y lacerantes, la delincuencia  tiene sus claras y continuas manifestaciones en esta nuestra Santa Cruz de la Sierra. Otrora conventual, hospitalaria, fraterna, temerosa su gente a la sombra de las leyes de Dios y de la de los hombres, Santa Cruz de la Sierra, con todas sus limitaciones materiales, que eran muchas, era, hace medio siglo, una especie de cálido paraíso terrenal del que se disfrutaba de sol a sol y durante las perfumadas noches.

Con la memoria puesta en esos tiempos en que todo era regocijante para el espíritu y para el cuerpo, no podemos por menos que quedar a merced del espanto hoy en día, tras el recuento de los terribles hechos delincuenciales que se dan día tras día, diríase -sin mucho exagerar la nota- sin exceptuar ninguno.

Claro, las referencias noticiosas cotidianas de este tiempo no conciernen al hecho delictivo propiamente dicho como el desmantelamiento por ladrones de una casa o de un negocio o el asalto en vía pública para apoderarse de un motorizado, sino que se lo formula teñido de sangre inocente, de hombres, mujeres e incluso niños que pierden la vida o que quedan a merced de postraciones físicas o mentales no pocas veces irremediables. De este cariz dramático y trágico está trasminado el auge delincuencial de este tiempo en nuestra Santa Cruz de la Sierra, la del centro, la del suburbio y la del sector rural.

Entre todas las ciudades de nuestro país que, sensible y desgraciadamente, no tiene cara buena para mostrarse ante la faz del planeta, la más peligrosa, la más expuesta e insegura debe ser la nuestra, justo aquella Grigotania de cuyos buenos, originales y legítimos blasones se colgaban los bolivianos de todas partes y los extranjeros en números sorprendentes. Es de imaginar que en razón de nuestros malos y actuales antecedentes, los extranjeros e incluso los compatriotas piensan dos o tres veces antes de hacer de esta otrora promisoria y tranquila Santa Cruz de la Sierra el centro de actividades y la residencia con altos niveles de ventaja sobre otras a la par.

A la grave situación con que está confrontada la cruceñidad a merced de la delincuencia tan activa, demoledora y mortífera, hay que procurarle, con el aporte de todos los estantes autóctonos y ya consustanciados aquí, una salida o al menos una válvula de escape. Una salida que debe empezar por mover todos los resortes para fortalecer a las fuerzas del orden, a los uniformados en general, tanto en sus recursos y reservas humanas como en su armamento y dotación de equipos que, asimismo, ostenten altos grados de preparación.

Y de no darse en este frente las condiciones indispensables para que garanticen la convivencia en todos los sectores, entonces, asumir cada cual y en conjunto el rol de custodios de su suerte y destino. Si de alguna manera no reaccionamos, el crimen seguirá expandiéndose y no nos quedará ni siquiera la opción del pataleo.

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Cambio: La naturaleza no está en venta

El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, convocó ayer a los pueblos indígenas y movimientos sociales del mundo a salir al frente de los intentos de mercantilización de la Madre Tierra por parte de las naciones superdesarrolladas bajo el argumento de que "quieren preservar la naturaleza y el medio ambiente".

"La naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta", asegura Morales en una carta enviada a los dirigentes de los pueblos indígenas y en la que expresa su preocupación "porque se pretende utilizar a algunos dirigentes indígenas y grupos indígenas para promover la mercantilización de la naturaleza y en particular de los bosques a través de la creación del mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación y sus versiones REDD+ y REDD++", aseguró el mandatario.

Y como ejemplo de la veracidad de su mensaje, Morales denunció que "cada día desaparece en el mundo una extensión de bosques y selva equivalente a 36.000 canchas de fútbol. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques y selva. A este ritmo, los bosques desaparecerán antes de fines de siglo". Es decir, al menos 257 millones de metros cuadrados, si tomamos en cuenta que la medida promedio que fija la FIFA para las canchas de fútbol es de 105 metros de largo por 68 de ancho. Ésta es la magnitud del daño que diariamente se comete contra la Pachamama y, por ende, contra la supervivencia de la vida sobre la faz de la Tierra.

Por eso, la demanda de Evo a favor de la vida repercute con singular trascendencia, ya que —como puntualiza el mandatario boliviano— los bosques y la selva son la mayor fuente de biodiversidad. Si continúa la deforestación, miles de especies animales y vegetales se perderán para siempre; ya que más de tres cuartas partes del agua dulce accesible viene de zonas de captación en bosques, de ahí que la calidad del agua empeora cuando la condición del bosque se deteriora. Los bosques constituyen una protección ante inundaciones, erosiones y desastres naturales, y son una fuente de medicinas naturales y elementos de curación aún no descubiertos. Además, quienes alientan la depredación de la naturaleza ignoran deliberadamente que los bosques y las selvas son los pulmones de la atmósfera. El 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el mundo es provocado por la deforestación. Por eso es fundamental detener la destrucción de nuestra Madre Tierra.

El mandatario criticó que solamente se tome en cuenta una de las funciones de los bosques, que es su capacidad de absorción del dióxido de carbono, y que por ello propongan emitir certificados, bonos o derechos de carbono para que se comercialicen en un denominado "mercado de carbono".

Subrayó que, de esa manera, las empresas del norte podrán optar "entre reducir emisiones de carbono o comprar certificados de los países en desarrollo donde existan bosques, en base a su conveniencia económica".

Por ejemplo, si una empresa tiene que invertir 40 ó 50 millones de dólares para reducir la emisión de una tonelada de carbono en un país desarrollado, preferirá comprar un certificado de red por 10 ó 20 millones de dólares en un país en vías de desarrollo en el afán de demostrar que ha cumplido con su deber de preservar el medio ambiente.

Es que a través de este mecanismo los países desarrollados traspasarán su obligación de reducir sus emisiones a los países en desarrollo, y el sur una vez más volverá a financiar al norte. En este contexto, Morales denunció que esa estrategia es una "trampa del mundo capitalista para evadir su compromiso de reducción de emisiones de carbono, lo que significa convertir a la naturaleza en una mercancía con bosques que pasarán a tener precio por la cantidad de toneladas de carbono que son capaces de absorber", y advirtió de que así "comenzará una nueva fase de privatización de la naturaleza nunca antes vista y que se extenderá al agua, biodiversidad y a los servicios ambientales".

Pero ¿qué es el mercado del carbono que asumen los países superdesarrollados para enfrentar el problema del calentamiento global?

El capitalismo depredador de la naturaleza —grandes corporaciones trasnacionales, gobiernos y hasta organizaciones ambientalistas— ha presentado al mercado del carbono como la única alternativa para enfrentar el calentamiento global.

La idea central es que todas las reducciones de emisiones son equivalentes. Es decir, como los gases en la atmósfera siempre se están mezclando, es lo mismo reducir una tonelada de CO2 en algún país del denominado tercer mundo que en Estados Unidos. Por eso se pueden intercambiar los derechos a emitir gases de efecto invernadero entre agentes tan diferentes como una planta termoeléctrica, una siderúrgica o una granja agropecuaria. Pero esa premisa es un error: las reducciones de emisiones no son iguales ni desde el punto de vista de equidad, ni desde el punto de vista tecnológico.

No es lo mismo reducir las emisiones de metano generadas por un búfalo de un campesino en Bangladesh que las de un Cadillac que circula por Park Avenue (Nueva York), para recordar el célebre ejemplo de Anil Agarwal.

Por eso es necesario recordar, en palabras de Evo, que "la naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta" y que la lucha por la Madre Tierra es la lucha por el género humano, por la vida.

No es lo mismo reducir las emisiones de metano generadas por un búfalo de un campesino en Bangladesh que las de un Cadillac que circula por Park Avenue (Nueva York, Estados Unidos), para recordar el célebre ejemplo de Anil Agarwal.

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La Prensa: El turismo: ¿fin de una opción?

Estas carencias que no permiten al país convertirse en importante destino turístico nacen en la falta de apoyo del Gobierno nacional al sector?

La Ministra de Culturas asegura que actualmente el Viceministerio de Turismo, dependiente de su despacho, está abocado a la elaboración de una Ley del Turismo, por la cual se promoverá una serie de proyectos que permitan el desarrollo de las regiones a través de la denominada industria sin chimeneas. La Ministra espera iniciar en octubre un proceso de socialización para llegar a las áreas turísticas del país, de manera que las ideas y sugerencias regionales puedan fortalecer el proyecto.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, durante el primer semestre de 2010, el flujo turístico creció en un 22 por ciento, cifra que no coincide con la percepción de la Cámara Nacional de Operadoras de Turismo de Bolivia (Canotur), que debido al evidente abandono del sector por parte del Órgano Ejecutivo asegura que la atracción turística en alza durante gestiones pasadas ha sufrido en 2010 una ostensible disminución en alrededor del 30 por ciento. Para Canotur, esta disminución se debe a que Bolivia no superó su imagen de país conflictivo, un factor que evidentemente aleja a potenciales visitantes.

Si bien es evidente que el denominado ?turismo comunitario? se ha mostrado como una opción interesante para algunos turistas, es también cierto que situaciones como las ocurridas en Potosí, cuando cientos de turistas de países vecinos, como los llegados de Europa, quedaron varados en esa ciudad durante casi dos semanas, sin dinero ni alternativas para conseguir alimentos, dado el riguroso bloqueo realizado por los pobladores que no permitían la entrada ni salida de nadie de aquella ciudad, al punto de tener que intervenir algunas embajadas en defensa de sus compatriotas para que se les permita retornar a sus lugares de origen.

Este hecho, sumado a acontecimientos como la desaparición o el evidente asesinato de turistas en algunas regiones rurales, evidentemente ha tenido que influir en la decisión de muchos viajeros que prefirieron no conocer las maravillas planetarias que el territorio boliviano guarda, como es el caso del Salar de Uyuni, el lago Titicaca o el hermoso paisaje que circunda monumentos como las misiones jesuíticas. Y recién nos enteramos de que una fundación ha emitido un informe en el que se advierte a los hipotéticos turistas que deseen conocer nuestro país el riesgo de accidentes fatales en carreteras que no ofrecen las mínimas garantías de seguridad para ninguna persona.

A esto habría que agregar las posturas de algunos funcionarios, ya sean de Migración o de la Policía, que parecieran obstinados en convencer a los turistas de que no son bienvenidos en el país. Una diferencia abismal con la que vimos en, por ejemplo, la ciudad de Cusco.

Todas estas carencias de las que adolece nuestro país para convertirse en un importante destino turístico nacen con seguridad en la evidente falta de apoyo del Gobierno nacional al sector, lo que impide que la denominada industria sin chimeneas se convierta en una interesante alternativa laboral para amplios sectores sociales de nuestro país. Es urgente y necesario que el Gobierno nacional tome al toro por las astas y emprenda una acción de apoyo efectivo al sector, lo que se conseguirá no sólo con una efectiva promoción de nuestros atractivos turísticos, también con una necesaria campaña interna que apunte a brindar buen trato a quien nos visita.

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El Diario: Misión histórica de los articulistas de prensa

La actividad de escribir de los periodistas y articulistas de la prensa de cualquier país del mundo es de extraordinaria importancia y generalmente es tomada en cuenta por los gobiernos, sin excepción. Los articulistas estuvieron siempre al lado y defendiendo las corrientes progresistas y sus informaciones, comentarios y análisis con frecuencia hicieron cambiar el curso de la historia. Sin embargo, esa labor enfrenta graves peligros, como los que al presente encara ante grupos terroristas, pandillas y gobiernos intolerantes.

En particular, esa actividad de los articulistas es muy importante en la vida nacional, desde los primeros años de la vida de la Nación, con los pasquines subversivos del tiempo de la Colonia, con “El Cóndor de Bolivia” o el caso paradigmático del periodista Cirilo Barragán, que por combatir contra el despotismo, fue fusilado en 1865 por el déspota Mariano Melgarejo. Ese personaje es el primer mártir de la prensa política de la historia nacional, aunque fue sepultado en el olvido por conveniencias partidarias.

Esa tarea periodística nunca estuvo al margen de los intereses populares y siempre fue objeto de represión e intentos de someterla a represión y leyes mordaza, aunque finalmente se impuso la verdad y los intentos por acallarla se desmoronaron hasta sus cimientos. Las trompetas de Jericó de la verdad histórica derribaron siempre las murallas de las tiranías antinacionales y antidemocráticas.

Los periodistas se refieren siempre a la verdad de los hechos. Se someten a ellos. En otras palabras, con su labor rechazan la espontaneidad y la convierten en acción consciente. Sin ellos no habría la facultad de raciocinio, generalización, ni la existencia de ideas y teorías. No habría quien capte las necesidades históricas de las masas. Un político dijo al respecto que “no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria” y sin esa condición los pueblos vivirían bajo la esclavitud, sin posibilidad de obtener su libertad, o en aquellos tiempos del oscurantismo cuando se sostuvo que “la emisión del pensamiento está sujeta a reglamentación ministerial”.

Esa es la importancia de los periodistas y comentaristas de prensa en todo el mundo, pese que en algunas partes no son tomados en cuenta por algunos gobiernos y hasta quieren someterlos al silencio, aunque siempre son escuchados por el pueblo. Al parecer en Bolivia las opiniones de los articulistas de prensa caen en saco roto y se diría que están predicando en el desierto, aunque finalmente ocurre que sus puntos de vista se materializan y se confirman en los hechos, más temprano que tarde.

Con meridiana claridad un articulista de EL DIARIO afirma: “He perorado en mis artículos permanentemente sobre qué es seguridad social y qué es seguro social”, e insiste en que pese a denunciar graves errores, nadie lo escucha y concluye: “A veces algunas publicaciones hacen eco en los lectores, otras veces, a pesar de haberlas leído, les interesa un ‘comino’ el que existan personas que orientan y que desean que los gobiernos no tengan problemas porque estos modelos traen consigo perjuicios para todos los ciudadanos de un país”, denuncia que cae como anillo al dedo en cuanto a lo que sucede en el país.

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El Mundo: Discriminados

Mientras las autoridades pregonan la necesidad de contar con una Ley que combata y castigue la discriminación, en especial aquella que tenga un contenido racial, ente ellas mismas y entre los encargados de ejecutar la decisión presidencial, surgen cada vez más los conceptos discriminatorios rígidos, contra los encargados de difundir información. Ya lo dijimos, la cosa no es nueva, el Presidente Morales que copia al pie de la letra lo que hace su homónimo venezolano, mostró su aversión contra los periodistas y contra algunos medios de comunicación, desde el primer día a en que le tocó ejercer el poder que le fue conferido por el pueblo; consideramos que no precisamente para ejercer esas tareas.

A medida que se ha ido desarrollando el debate en torno de la mencionada Ley, han surgido voces que atacan directamente a los comunicadores y en particular a los periodistas, a los únicos que se puede discriminar sin atentar contra el contenido de la Ley que ofrece ser muy severa, ya que permitiría disponer el cierre de los medios por acoger en su seno informaciones que discriminen según los criterios oficiales.

En otras palabras, la Ley convierte a los medios de comunicación en un filtro para la discriminación, pero con la posibilidad de ser sancionados por acoger informaciones y peor si son opiniones de ese tipo.

No obstante lo absurdo del planteamiento, éste ha merecido la aprobación mayoritaria de la Cámara de Diputados y ha pasado a la de Senadores, con la condición de aprobarla tal como ha sido redactada por el Ejecutivo. Así lo ha expresado el jefe del Estado Plurinacional, aunque después, como una concesión graciosa que estaría mostrándonos su magnanimidad, da su venia para que los Senadores puedan realizar un debate, aunque sabemos que las conclusiones del mismo están ya dispuestas, por esa mayoría que no admite disensos.

Valdría la pena agradecer al Presidente ya que por esa su posición intransigente ha dado lugar a que se profundicen, en forma unánime, no sólo los propietarios de los medios a los que se apuntaba la artillería, sino también a las organizaciones de periodistas profesionales, a todos los profesionales de la comunicación (relacionadores públicos, publicistas, diseñadores, etc.) y también a todos los trabajadores de la prensa, donde no sólo están involucrados los periodistas sino también aquello que realizan el trabajo técnico de la impresión e inclusive la distribución de los medios.

Sin la necesidad de una Ley que vulnera los principios constitucionales e inclusive derechos humanos universales la sociedad, ya había decidido, con el apoyo de los comunicadores, la creación de un Consejo Nacional de Ética, donde participa un ex presidente de la República de Bolivia, un ex Defensor del Pueblo, representantes de los periodistas e inclusive de los académicos de la comunicación y que vela por la práctica del periodismo dentro de las normas deontológicas establecidas para la profesión.

A pesar de los varios pronunciamientos que en principio, se presentaron contra ese organismo, su funcionamiento es real y los medios de comunicación y periodistas sometidos a procesos han aceptado observaciones y han reconocido culpabilidad, con el compromiso de corregir su accionar cuando éste ha sido observado y autoregularse.

Dentro de ese panorama no se puede dejar de advertir que la tramitación de la Ley busca por una parte mostrar el poder omnímodo de Presidente, el peso de la mayoría masista en la Asamblea Plurinacional y más que todo crear una cortina de humo ante la ineficiencia con que se manejan los destinos del Estado, cuyas consecuencias serán pagadas en el futuro, como sucedió con los yerros de los gobiernos autoritarios de dictadura y aún de las narcodictaduras, cuando el país ingresó en un proceso de democracia que suponíamos iba a ser profundizado con decisiones sabias y no con actitudes hormonales.

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Opinión: Los riesgos de la libertad

El ser humano, en el proceso de su perfeccionamiento, tiene principios y valores que corresponden a su proyección perfectible. Entre el conjunto de aspiraciones por el que trabaja y lucha, sin duda, el de mayor significación es la libertad. En esa dinámica, en gran parte de las batallas, los actos heroicos más admirables se han dado en los levantamientos de los oprimidos respecto de los opresores. El arte en general y en dimensión más concreta el cine, perpetúa las hazañas de Espartaco, de Bolívar, del Che y de Mandela.

Pero, lo que ahora debemos precisar es el concepto acerca de la libertad. ¿Será solamente el derecho de pensar y hacer que tienen las personas y los grupos sociales con el único límite del mismo derecho de sus semejantes? El peligro de esta definición es que los más ricos y los más fuertes acaban siendo más libres, puesto que en sus relaciones con los débiles abarcan lo que corresponde a éstos, precisamente, en el ejercicio de algo que legalmente les corresponde.

Definido de ese modo tan simple, lo que debemos entender por libertad, conlleva el riesgo de interpretaciones segmentarias o caprichosas. Lo que hacen los sectores marginados, en función de su libertad, para los que tienen el poder y mandan podría resultar no sólo ofensivo, sino atentatorio a sus derechos, con tal argumento, en la proyección diversa del ejercicio de la libertad, unos no sólo pueden demandar, sino encarcelar a quienes dijeron o hicieron algo opuesto a sus intereses. Este riesgo nos lleva a reflexionar, en esta materia, considerando los otros aspectos que definen tanto la división de clases como la lucha de éstas en la perspectiva del poder.

Entonces, lo que debemos hacer es formular otro concepto de libertad. En el proceso creativo y de rectificaciones que se da en este medio de comunicación, muchas veces hemos dicho que la libertad es un grado de evolución, esto quiere decir la capacidad del ser humano para limpiar su existencia de todas las impurezas de su pasado instintivo. Si todos dejáramos de tener ambiciones egoístas, odios perversos, miedo y otro tipo de complejos, seríamos realmente libres y en la proyección infinita de esa libertad podríamos actuar, con nuestros semejantes, sólo para lograr la cooperación, la paz y el amor.

Claro que lo que acabamos de expresar nos traslada a un nivel filosófico más profundo. Se trata de averiguar con la claridad y honestidad necesaria lo que realmente es el ser humano. Si viene de Dios es posible lo que hemos dicho en el anterior parágrafo y si sólo es parte de la naturaleza no hay otra alternativa que aceptar las leyes que rigen en ese medio determinante. Y como no sería ético plantear la disyuntiva sin tomar una posición, nosotros creemos que el ser humano viene de Dios. Es una categoría trascendente que rebasa los límites de su materialidad circunstancial y reducida. Las personas pueden elevarse en la combinación armoniosa de su espíritu con la biología que parece haber sido hecha precisamente para eso.

Como se verá, este editorial no es para formular ninguna conclusión ni recomendación concreta. Lo que deseamos es entregar algunas ideas para una reflexión más vasta y profunda, en circunstancias en que, a pesar de todo, sentimos las demandas ilimitadas de nuestro espíritu

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Clarín, Argentina: Altas expectativas inflacionarias

La distancia entre las estimaciones y proyecciones oficiales de inflación y las privadas es muy amplia, incluso entre los ciudadanos que apoyan al Gobierno, lo cual da cuenta de expectativas inflacionarias que están contribuyendo a motorizar aumentos de precios.

Las expectativas se cuentan entre las múltiples causas de inflación y, cuando estas son elevadas, pueden reciclar el fenómeno aunque no existan razones reales o monetarias. En la actualidad, las expectativas inflacionarias locales están vinculadas con el nivel de confrontación política que protagoniza el Gobierno y la incertidumbre que provoca sobre la evolución de la economía. También influye que la pérdida de credibilidad del indicador oficial no permite unificar expectativas en torno a una cifra creíble.

En este contexto, una encuesta realizada por la consultora privada ChiSquare encuentra que las personas asociadas con la oposición tienen las expectativas inflacionarias más altas que las oficialistas, pero inclusive estas últimas, esperan una inflación del 21,5% para el año que viene, cuando la proyección oficial del Presupuesto para 2011 es del 8,9%. Por otra parte, el INDEC informa un aumento de los precios al consumidor del 7,5% en los primeros ocho meses del año, por lo cual, quienes esperan un 21,5% para el año próximo, o no creen en el INDEC o esperan una violenta espiral inflacionaria. La encuesta citada es, en suma, un indicador más de la creciente brecha que separa la realidad de las estadísticas oficiales de precios.

Una encuesta privada muestra que, aún las personas oficialistas, tienen expectativas de inflación superiores a la que surge de las proyecciones e indicadores oficiales.

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