El liderazgo empresarial


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¿Qué se busca con la genuflexión? Los empresarios parecen buscar la salvación ante un régimen que no puede darles garantías.

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: El liderazgo empresarial

  2. Bajo el Penoco, El Día: La choca y la bandera

  3. Los Tiempos: ESCASECES Y ‘NACIONALIZACIONES’

  4. El Deber: Realismo y prudencia en la gestión

  5. La Razón: Uranio en Bolivia

  6. Cambio: Prisionero de conciencia

  7. La Prensa: Realismo y prudencia en la gestión

  8. El Diario: La decisión sobre la cementera de Sucre

  9. El Mundo: Con permiso

  10. Opinión: La contaminación está destruyendo a la ?llajta?

  11. Clarín, Argentina: Los costos de la ofensiva oficial




El Día: El liderazgo empresarial

Se han escuchado voces de desilusión sobre la forma de actuar de los líderes empresariales de Santa Cruz, especialmente sobre la actitud de los dirigentes de la Cámara de Industria y Comercio (Cainco), la entidad gremial más representativa de la región.

El pasado viernes, la Cainco celebró los 95 años de creación, evento al que asistió el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma como invitado especial y que tuvo al gobernador Rubén Costas de convidado “de piedra”. Si bien es cierto que este tipo de actos puede servir para tender puentes de acercamiento con los principales actores políticos del país, no se puede llegar al extremo de ignorar por completo el papel que debe cumplir una entidad como ésta y sobre todo, las connotaciones que conlleva para todo el departamento el hecho de asumir posiciones tan marcadamente sumisas frente a los representantes de un régimen que busca el debilitamiento de una parte del país a través de la destrucción de su aparato productivo.

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Santa Cruz dejó de ser aldea y se convirtió en una potencia económica nacional gracias a la iniciativa privada de emprendedores que se han multiplicado por millones y que han contagiado ese espíritu, esa visión y esa forma de vida a todo aquel que ha llegado a estas tierras en busca de una oportunidad para prosperar. Es comprensible entonces, que los empresarios hayan asumido desde hace décadas roles de liderazgo que la ciudadanía ha sabido reconocer. Es más, son innumerables las veces que la población ha salido a las calles a defender a los productores, a los industriales, a los agropecuarios, porque en lo más profundo de la conciencia colectiva anida la convicción de que la única forma de generar riqueza es creando las condiciones para producir más.

No se puede admitir entonces, que justamente los empresarios se olviden de sus propias banderas, dejen a un lado la defensa de sus valores y que se entreguen tan fácilmente a un sistema que precisamente busca aniquilar la libre empresa, que destruye la seguridad jurídica y que manipula las normas para crear un capitalismo de Estado decadente, pernicioso y absolutamente contradictorio con las reglas por las que tanto ha peleado la Cainco con un contagioso entusiasmo. ¿O es que todo ha sido simplemente una falacia?

Paralelamente a las voces que critican estas lamentables actitudes, surgen otras que afirman que todo esto era previsible, pues el sector empresarial cruceño –dicen-, nunca ha estado en sintonía con las aspiraciones regionales y que sólo busca satisfacer sus propios intereses. Surge entonces la interrogante ¿no será que tanta genuflexión es simplemente el gesto necesario para ganarse algún espacio en el nuevo esquema productivo? Eso sería entendible en un sector que naturalmente y por instinto siempre busca cuidar lo ganado. ¿Pero acaso este régimen es capaz de darle garantías a alguien, por más condescendencia que reciba a cambio? Samuel Doria Medina puede dar fe de lo contrario.

Los cuestionamientos más serios sobre lo ocurrido en los últimos meses, sobre todo, desde que Santa Cruz claudicó frente a la convocatoria del Referéndum Revocatorio, viene por el lado de los liderazgos regionales surgidos en el seno de los grupos empresariales y otras organizaciones que actúan desde atrás. ¿Son esos los verdaderos líderes que necesitan los cruceños?

¿Qué se busca con la genuflexión? Los empresarios parecen buscar la salvación ante un régimen que no puede darles garantías.

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Bajo el Penoco, El Día: La choca y la bandera

Se ha levantado una polémica por la ocurrencia de una jovencita llena de curvas, que decidió cubrir su cuerpo desnudo con la bandera cruceña y posar así para una revista que prepara una edición de homenaje para el Bicentenario de Santa Cruz. Qué celebración más “de pliqui” que se viene, llena de cambas disfrazados, hablando hasta por los codos de dichos y tradiciones. La verdad es que lo de la choca esa de la bandera va a ser lo más emocionante, aunque los “cruceñólogos”, “cruceñistas” y demás afectos a las poses, se rasguen las vestiduras por semejante atrevimiento. “Más peor” –dirían en el barrio-, fue lo del pasado 6 de agosto, cuando esos mismos que hoy se persignan por la profanación, decidieron convertir a la verde y blanco en moneda de cambio por la wiphala. A los cruceñazos nos falta dejar a un lado la carraspera, los ademanes y las venas brotadas con las que pretendemos a veces la del gato que se infla para verse grandote e imitar a esa muchacha, que por lo menos tuvo la valentía de desnudarse frente a todos.

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Los Tiempos: ESCASECES Y ‘NACIONALIZACIONES’

Es deplorable la confusión que reina, pues lo que está en juego es la salud del sector más dinámico de la economía nacional, como es la construcción

La decisión del Gobierno de expropiar el paquete accionario de la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa) que la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) adquirió de la entonces Prefectura de Chuquisaca en 1999 ha tenido, por ahora, como efecto principal, el poner en evidencia la mucha confusión que reina en importantes ámbitos de la actividad económica y política nacional.

En lo que al aspecto económico del problema se refiere, la principal causa de confusión está relacionada con los antecedentes inmediatos de la decisión gubernamental. Es que como se recordará, la escasez de cemento que durante las últimas semanas se hizo notar en las principales ciudades del país puso este tema en el primer plano de la atención de quienes observan de cerca la marcha de la economía nacional.

El dato que más polémica ocasionó fue el que se refería a una supuesta relación entre el desabastecimiento de cemento y las dificultades de YPFB para satisfacer la demanda de gas de las cementeras del país. Éstas, por esa deficiencia, no estarían produciendo suficiente clinker –un producto intermedio entre la piedra caliza y el cemento–, lo que las obligaría a importarlo y a descartar cualquier proyecto de ampliación para el futuro de su capacidad productiva. Según esa versión del problema, rotundamente negada por el gobierno, no estaríamos ante un problema coyuntural sino ante uno de muy largo aliento que pondría en dificultades al sector de la construcción durante los próximos meses y años.

Pero como si la confusión que rodea los aspectos económicos de la nueva "política cementera" gubernamental no fuese suficiente, sus elementos políticos la complican aún más. Es que hasta hoy las autoridades gubernamentales no han logrado aunar criterios para dar al país una sola explicación verosímil y razonable de los motivos que lo indujeron a expropiar las acciones de Soboce, lo que hace temer que ni en los círculos oficiales hay suficiente entendimiento.

Son tan diversas las versiones al respecto que van desde las que sostienen que todo se debe a la necesidad de castigar al principal accionista de Soboce, Samuel Doria Medina, por supuestamente haber apoyado al movimiento cívico de Chuquisaca en sus disputas con el gobierno y el MAS, hasta las que sin ambages afirman que se trata tan sólo de un paso más -muy previsible, por lo demás— del proceso que conduce a la consolidación del elemento "Socialista y Comunitario" del "Estado Plurinacional".

La oposición, como ya es habitual, no sólo que no contribuye en nada a aclarar el panorama sino que lo enrarece aún más. Es el caso de algunos parlamentarios, particularmente del Plan Progreso para Bolivia que parecería que celebran lo ocurrido en Fancesa como un triunfo propio, pues fueron ellos quienes con más entusiasmo promovieron un proyecto de ley para "nacionalizar" dicha empresa.

Tanta confusión, que no es buena en ningún caso, es más deplorable aún si se considera que lo que está en juego es la salud del sector más dinámico de la economía nacional, como es la construcción. Es de esperar, por eso, que con el paso de los días las dudas vayan despejándose para dar lugar a una cabal comprensión de la verdadera magnitud del problema.

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El Deber: Realismo y prudencia en la gestión

El tiempo pasa y los recursos disponibles para programas dirigidos a acabar con la extrema pobreza y los males que ésta origina (exclusión social, rezago cultural, etc.) no alcanzan aún el volumen indispensable en el país. No se puede desconocer el incremento del ingreso anual que le garantizan a Bolivia sus exportaciones básicas (hidrocarburos, principalmente), pero no es atribuíble totalmente al Gobierno éste relativamente buen interregno. Se debe única y exclusivamente a favorables condiciones de mercado internacional para cuanto vendemos en el exterior.

Los hidrocarburos cerraron su ciclo de baja y sus precios se mantienen ahora en niveles que le permiten al país cierto aumento en sus ingresos nacionales. Algo parecido ocurre con los minerales y algunos productos manufacturados y agrícolas.

Resulta difícil predecir cuándo volverá a repetirse el fenómeno de sube y baja de precios en el mercado internacional. Tengamos únicamente presente que aquél es de carácter cíclico y de longitud temporal más breve que larga en los tiempos actuales.

Muchos Estados miembros de la comunidad internacional enfrentan hoy con fórmulas fiscales y monetarias comunes tal tipo de emergencia. Lo hacen en el marco de una congregación regional que ahora no sólo es comercial, sino también legislativa.

La Unión Europea es un ejemplo conspicuo al respecto. Sin embargo, a pesar de la sincronización de esfuerzos en los campos citados y del restablecimiento del equilibrio macroeconómico, persisten los efectos negativos de la crisis en los espacios del empleo (alta desocupación en los países europeos, así como reducción de ingresos, algo que también se da en Esta­dos Unidos).

Entre tanto, mientras la actual burbuja financiera internacional no sea pinchada por nuevos desajustes, a países como el nuestro les conviene aprovechar al máximo las ventajas de la actual coyuntura de mercado internacional para sus exportaciones básicas. La primera de todas las tareas en tal dirección es la de incrementar de forma drástica y sostenida nuestras exportaciones, particularmente las hidrocarburíferas.

El capital requerido para aumentar las áreas de producción asciende a miles de millones de dólares que Bolivia no los tiene. De ahí que se requiera el concurso de la inversión extranjera, a la cual se le debe infundir seguridad y confianza. Éste es el camino adecuado, pues la inversión para habilitar nuevos pozos petrolíferos es de alto riesgo. Se la pierde si la perforación encuentra cualquier cosa, menos gas o petróleo.

Es referible al campo fiscal otro de los cruciales retos. Bolivia debe restringir al máximo el gasto público, achicando el aparato burocrático a dimensiones razonables, en primer lugar, y luego ajustando a criterios de máxima prudencia ciertas políticas de jaez asistencial en lo social. 

Estamos actualmente recargados de bonos y la futura ley de pensiones parece representar un riesgo adicional para la estabilidad fiscal. Sabemos ya cuanto ocurre cuando la misma se descalabra: sobreviene la inflación, que siempre fue partera de males político-sociales.

Realismo, prudencia y visión de futuro es lo que el país requiere en la actual gestión gubernamental.

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La Razón: Uranio en Bolivia

Mientras se esperan los resultados de labores de campo, hay que evitar politizar el tema

La energía nuclear es aquella producida a partir de minerales radiactivos (uranio, radio, thorio, polonio y otros). Para generarla se requiere coronar un proceso complejo, pero su origen se remonta a dichos minerales.

Por hechos tremendos como la catástrofe de Chernóbyl o con sólo imaginar que se fabriquen más bombas atómicas para fines bélicos, este tipo de energía es mal vista por el común de la gente que la vincula con un probable uso contrario al deseado por la mayoría pacifista.

Ocurre que, además de una utilización malintencionada, la energía nuclear puede servir —y de hecho, sirve— de gran contribución para distintas ciencias y, en la vida cotidiana, para el desarrollo de la industria, la agricultura, la medicina, el medio ambiente y muchos campos más. Se la requiere con insistencia, por ejemplo, para atacar el menudo problema del calentamiento global.

A nivel político, los reparos hacia la tenencia de uranio y el desarrollo de la energía en cuestión se han concentrado, desde hace tiempo, en los programas nucleares que estarían siendo impulsados tanto por el Gobierno iraní como por el de Corea del Norte.

La presentación de las cartas credenciales del primer embajador de Irán en La Paz, Alireza Ghezili, coincide con informaciones conocidas anteriormente que daban cuenta de las intenciones de que aquella República Islámica ejecute trabajos de prospección minera en territorio nacional, incluyendo el uranio. Bolivia tiene desde mayo un embajador en Irán.

Las relaciones diplomáticas entre ambos países, confirmadas con el acto protocolar de ayer, crecen a la par de las expectativas de saber cuánto de beneficio se le puede sacar al uranio encontrado en Coroma, el mismo lugar que hace poco originó agrias disputas entre los departamentos de Potosí y Oruro.

Las reservas, de acuerdo con la opinión de varios expertos en minería, al parecer son pequeñas y resultarían insuficientes como para pensar en su industrialización. De todos modos, la iniciativa de realizar estudios de prospección es positiva y necesaria.

Mientras se esperan los resultados de las labores de campo, deben prevalecer el criterio técnico y el manejo responsable de la información, evitando politizar o ideologizar el tema que es muy delicado por la presencia de un nuevo país amigo de Bolivia que no tiene buenas relaciones con la mayoría de las naciones del planeta.

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Cambio: Prisionero de conciencia

Israel comenzó ayer a mostrar sus verdaderas expectativas del diálogo directo con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) al considerar inalcanzable un acuerdo de paz a corto plazo y descartar la congelación total de los asentamientos judíos, según las declaraciones de los ministros israelíes de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, y de Defensa, Ehud Barak, quienes evidenciaron matices distintos al discurso conciliador preparado hace apenas cinco días en Washington por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Netanyahu había sostenido, el 2 de septiembre, el primer encuentro cara a cara en Washington con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, para tratar de relanzar el proceso de paz palestino-israelí luego de 20 meses de parálisis.

Sin embargo, la posición expresada por el Canciller israelí, Avigdor Lieberman —del ultraderechista partido Yisrael Beitenu—, desnuda que la política militarista y colonialista de Tel Aviv se mantendrá inalterable en la Franja de Gaza, y para justificar una visión diametralmente opuesta de Netanyahu usó como pretexto la supuesta "escasa" representatividad de Abbas, y "sugirió" el surgimiento de "otro liderazgo" palestino para encaminar el diálogo abierto hace seis días en Estados Unidos.

Lieberman fue más allá y dejó sentado que un pacto con Palestina "es inalcanzable en esta generación", y sentenció que un acuerdo interno a largo plazo sería lo más que puede esperarse de las tratativas, a cuya segunda ronda se unirá el 14 de septiembre en Sharm El-Sheikh, Egipto, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. "La alternativa es expandir nuestros logros en las áreas de economía y seguridad", dijo Lieberman, a tiempo que instó a reducir las expectativas sobre el diálogo iniciado en Estados Unidos.

Es decir, mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu maquilló un discurso que abría la posibilidad de que Israel asuma una salida negociada que ponga fin a la más grave violación de los derechos humanos en la Franja de Gaza —la prisión a cielo abierto más grande del mundo, donde están confinados 1,5 millones de seres humanos—, el ala más radical de la derecha sionista ya puso piedras en el camino a la tan ansiada paz en Oriente Medio y la creación del Estado Palestino.

Es que el sionismo tiene en la apropiación de las tierras palestinas a uno de los principales objetivos, y va más allá del concepto de un hogar nacional para los judíos, sino que alimenta una violenta y brutal invasión de Palestina y la masacre impune de seres humanos.

Por eso, estar en contra de la ideología sionista no es oponerse a un Estado israelí, sino que es condenar la toma por la fuerza de tierras palestinas para establecer un Estado judío. Sionistas son todos aquellos que forman parte o apoyan los crímenes cometidos contra los palestinos en nombre de la creación de Israel.

Por lo tanto, luchar en contra del sionismo no tiene ninguna vinculación directa o indirecta con la religión o el judaísmo, porque existen personas de todas las razas, religiones y nacionalidades que se oponen y rechazan el sionismo, entre ellas rabinos y miles de judíos.

Un extracto del libro Sing, You Righteous, del rabino Avigdor Miller —citado por Rebelión—, apoya este punto de vista al señalar: "En realidad, el Estado de Israel no resuelve nada. Todos los problemas se mantienen y otros nuevos han sido creados".

¿Por qué? Las tierras árabes se han convertido en inhabitables para los judíos, han costado numerosas guerras con los vecinos, incurriendo en elevadísimos gastos militares y la pérdida de numerosas vidas, además del constante peligro; ha exacerbado el odio-judío en las naciones debido a la influencia árabe y ha provocado embrollos con la política externa de las naciones. Pero el sionismo, que actúa en nombre del pueblo judío, no sólo castiga brutalmente al pueblo palestino, sino que es tan inclemente con sus propios ciudadanos.

Mordechai Vanunu trabajó como técnico en la central nuclear israelí de Dimona, en el desierto del Néguev, entre 1976 y 1985. En una entrevista con The Sunday Times expuso por primera vez la actividad nuclear clandestina de Israel. Una semana antes de la publicación de la entrevista fue atraído con engaños por un agente del Mosad de Londres a Roma, donde fue secuestrado y llevado a Israel.

En un proceso secreto, Vanunu fue acusado de traición, sometido a un juicio sumarísimo y condenado a 18 años tras las rejas. Pasó más de 11 de ellos en régimen de aislamiento. Hace cinco años, Vanunu fue puesto en libertad, pero desde entonces fue varias veces encarcelado porque presuntamente violó las duras condiciones impuestas por las autoridades de su país, como no hacer declaraciones a la prensa, sobre todo a la extranjera, salir del país o acercarse a las embajadas.

¿Pero cómo puede un país pequeño (Israel) desafiar al mundo y proseguir una política agresiva sin preocuparse en lo más mínimo por los demás? En palabras de Vanunu, "el mundo ha cambiado, se acabó la Guerra Fría, fue derrotado el comunismo y el mundo se orienta hacia la paz. Ya se puede ver (…), las armas nucleares no ayudarán en nada a Israel. Ahora Israel tiene que demostrar que quiere la paz, y ¿cómo puede contribuir a alcanzarla?, ¿de qué pueden servirle las armas nucleares? La política nuclear israelí fue posible en el contexto de la Guerra Fría, pero hoy tenemos que lograr que Israel adopte una nueva política, que le demuestre al mundo que quiere la paz y que reconoce que no necesita para nada las armas atómicas".

Es que la oportunidad abierta en Washington para buscar la paz entre Israel y Palestina, no debería ser bloqueada por el sionismo, porque la paz y la defensa de la vida no sólo es un anhelo del pueblo palestino, sino también del pueblo judío.


La oportunidad abierta en Washington para buscar la paz entre israel y Palestina no debería ser bloqueada por el sionismo, porque la paz y la defensa de la vida no sólo son un anhelo del pueblo palestino, sino también del pueblo judío

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La Prensa: Realismo y prudencia en la gestión

La primera de todas las tareas es la de incrementar de forma drástica y sostenida las exportaciones, particularmente las hidrocarburíferas.

El tiempo pasa y los recursos disponibles para programas dirigidos a acabar con la extrema pobreza y los males que ésta origina (exclusión social, rezago cultural, etcétera) no alcanzan aún el volumen indispensable en el país. No se puede desconocer el incremento del ingreso anual que le garantizan a Bolivia sus exportaciones básicas (hidrocarburos, principalmente), pero no es atribuible totalmente al Gobierno este relativamente buen interregno. Se debe única y exclusivamente a favorables condiciones de mercado internacional para cuanto vendemos en el exterior.

Los hidrocarburos cerraron su ciclo de baja y sus precios se mantienen ahora en niveles que le permiten al país cierto aumento en sus ingresos nacionales. Algo parecido ocurre con los minerales y algunos productos manufacturados y agrícolas. Resulta difícil predecir cuándo volverá a repetirse el fenómeno de sube y baja de precios en el mercado internacional. Sólo tengamos presente que aquél es de carácter cíclico y temporal más breve que largo en los tiempos actuales.

Muchos Estados miembros de la comunidad internacional afrontan hoy con fórmulas fiscales y monetarias comunes tal tipo de emergencia. Lo hacen en el marco de una congregación regional que ahora no sólo es comercial, también legislativa.

La Unión Europea es un ejemplo al respecto. Sin embargo, pese a la sincronización de esfuerzos en esos campos y del restablecimiento del equilibrio macroeconómico, persisten los efectos negativos de la crisis en los espacios del empleo (alta desocupación en los países europeos, así como reducción de ingresos, algo que también se da en Estados Unidos).

Mientras la actual burbuja financiera internacional no sea pinchada por nuevos desajustes, a países como el nuestro les conviene aprovechar al máximo las ventajas de la actual coyuntura de mercado internacional para sus exportaciones básicas. La primera de todas las tareas en tal dirección es la de incrementar de manera drástica y sostenida nuestras exportaciones, particularmente las referidas a los hidrocarburos.

El capital requerido para aumentar las áreas de producción asciende a miles de millones de dólares que Bolivia no los tiene. De ahí que se requiera el concurso de la inversión extranjera, a la cual se le debe infundir seguridad y confianza. Éste es el camino adecuado, pues la inversión para habilitar nuevos pozos petrolíferos es una tarea de muy alto riesgo. Se la pierde si la perforación encuentra cualquier cosa, menos gas o petróleo.

Otro de los cruciales retos se refiere al campo. Bolivia debe restringir al máximo el gasto público, achicando el aparato burocrático a dimensiones razonables, en primer lugar, y luego ajustando a criterios de máxima prudencia ciertas políticas de jaez asistencial en lo social.

Estamos actualmente recargados de bonos y la futura Ley de Pensiones parece representar un riesgo adicional para la estabilidad fiscal. Sabemos ya cuánto ocurre cuando la misma se descalabra: sobreviene la inflación, que siempre fue partera de males político?sociales.

Realismo, prudencia y visión de futuro es lo que el país requiere en la actual gestión gubernamental.

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El Diario: La decisión sobre la cementera de Sucre

El Gobierno del “Estado Plurinacional” decidió “nacionalizar” una empresa cementera, medida que ha originado diversas reacciones y que influye en la vida política nacional. Su trascendencia merece algunas observaciones de tal forma de ver aspectos relacionados con la conducción y futuro del país.

En primer lugar, la llamada nacionalización de dicha empresa no es tal, pues no se puede nacionalizar lo que es nacional. En segundo lugar, como no se trata de una nacionalización, en realidad se trata únicamente de una estatización, ya que un tercio de las acciones de un propietario particular ha pasado a manos de entidades estatales, como son la Gobernación y la Universidad de Chuquisaca. En conceptos correctos, la medida alcanza a esos niveles.

El paso dado con esas acciones privadas de la empresa en cuestión, no termina, sin embargo, en ese punto. Entrando en mayor detalle, la medida significa un nuevo paso del Gobierno en su política de monopolio capitalista del Estado, de acuerdo con las determinaciones que está adoptando desde hace algún tiempo y que, en algunos casos, ha sido definida por algunas autoridades como decisiones de carácter socialista o de socialismo comunitario, aunque no se sabe exactamente cuál es el contenido de esas categorías económicas que propone el Gobierno.

Empero, en todo caso, la supuesta nacionalización de la firma cementera no es tal, sino solamente una auténtica estatización con objetivos de monopolio de capitalismo de Estado y, de ninguna manera, de carácter socialista, como se estaría tratando de definir en algunos sectores partidarios ostensiblemente desorientados.

Si existiese la creencia de que la estatización de la empresa industrial de cemento de Sucre es una “medida socialista”, simplemente, poniendo las cosas en su lugar, se trataría de una ingenuidad pueril, ya que la medida nada tiene en absoluto de socialista ni muchísimo menos y quienes la consideren en ese sentido estarían cayendo en actitudes demagógicas y, lo que es peor, cometer un engaño con la opinión pública. En efecto, en países capitalistas como Bolivia, se quiera o no, el capitalismo de Estado es sólo una de las diversas formas de participación directa del Estado en la economía capitalista del país, ya que en éste sólo se encuentra el desarrollo capitalista. El Estado capitalista puede poseer en propiedad bienes de distinto género, tales como empresas industriales, comunicaciones y otros. Se puede recordar que en Rusia, en los principios de la revolución existió dicho capitalismo de Estado, pero éste fue repudiado y dejó de existir en su totalidad cuando fue sustituido por el socialismo.

Se puede conjeturar que la medida estatizadora de la cementera de Sucre habría sido una decisión para salvar a esa empresa de una grave crisis que estaría pasando debido a problemas internos y externos como, por ejemplo, la falta de gas para su normal actividad y otros, y si se tratara de una nacionalización, a lo más sería, en el mejor de los casos, una “nacionalización capitalista”. Es más, sería una intervención destinada a dar ocupación a los propios jerarcas particulares o bien incorporar a los altos funcionarios del Estado en los consejos de administración o bien, finalmente, dar al Estado en general una orientación bélica, tentativas que por regla general terminan en el fracaso, como ya se observó más de una vez en Bolivia y se constata en otros países contemporáneos como Venezuela o Cuba.

El plan de un capitalismo de Estado sería un intento de populistas oportunistas de nuevo cuño de mostrar que el capitalismo se va transformando en socialismo. Es más, ese proyecto populista en aplicación no modifica la esencia del capitalismo, en vista de que mantiene sin cambio alguno la explotación del trabajo y el Estado actúa como capitalista global.

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El Mundo: Con permiso

Las autoridades del Gobierno han mostrado su decisión de hacer que el Estado intervenga directamente en el desarrollo de las actividades de las instituciones y en eses sentido ha procedido inclusive a la intervención de algunas empresas que un tiempo fueron propiedad del Estado y que luego fueron transferidas a capitales privados, por lo menos en forma parcial, para hacer más efectivo su funcionamiento.

Las medidas han tenido su acción inmediata en instituciones que se encargaban de la producción de bienes económicos; sin embargo, en otros sectores, donde la intervención de las autoridades debería ser más directa, nos encontramos con que se está pidiendo permiso para operar, a pesar de que los intereses del pueblo se encuentran en juego, por no decir en riesgo.

Uno de esos casos ha sido puesta en evidencia por la Ministra de Salud, quien ha decidido pedir a la Central Obrera Boliviana que interponga sus buenos oficios o algo parecido, para poder sentar presencia del Gobierno en la Caja Nacional de salud, ya que la autoridad considera que el desempeño de ese organismo no se realiza en las mejores condiciones.

Consideramos que la intervención de las autoridades en una institución que está directamente relacionada con los intereses de la ciudadanía que ha puesto en sus manos la atención de su salud, no tendría por qué demorarse por aspectos netamente administrativos, mientras la atención deja mucho que desear.

Los trabajadores aportan religiosamente para conseguir la atención de las Caja de Salud y si los ingresos de ella son bajos, ello se debe únicamente a que el Estado no reconocer el esfuerzo de los trabajadores en su verdadera dimensión.

Posiblemente otro de los factores que se pudieran presentar para el funcionamiento de la Caja y que no es una novedad, se deba a que el Estado no cumple con el pago de la parte que le corresponde, por la atención de sus trabajadores.

Al margen de lo que puede ser el aspecto financiero, el Gobierno está en la obligación de supervisar directamente el buen funcionamiento del servicio que la Caja debe prestar a los trabajadores y su familia, y en ese entendido consideramos innecesario que el Gobierno tenga que pedir el permiso de la Central Obrera para tomar cartas en el asunto.

Si las autoridades han decidió tomar medidas especiales para controlar el funcionamiento de las instituciones y sancionar los actos de corrupción, creemos que en este caso no hay ninguna explicación que pueda impedir una intervención directa, con el fin de que el problema encuentre una solución satisfactoria.

No solo la Central Obrera sino todas las organizaciones están en la obligación de velar porque el desempeño de los servicios de salud se presten con la mayor eficiencia.

Todas las organizaciones incluyendo las empresariales que hacen aportes para el desarrollo de los servicios de la Caja de Salud, están en la obligación de velar porque el servicio se cumpla con la mayor eficiencia.

Tratándose de una institución para cuyo desenvolvimiento son los propios trabajadores los que realizan los aportes, no sólo el control sino el desempeño de los funcionarios debería estar relacionado con un compromiso social muy profundo ya que es la misma sociedad la que ponen sus manos lo más preciado, su salud, para que ésta sea atendida en las mejores condiciones.

No debería haber necesidad de permiso para intervenir y en el caso necesario hacer los ajustes necesarios para que este servicio se preste en las mejores condiciones de calidad y también con un trato humano excepcional por el servicio social que representa.

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Opinión: La contaminación está destruyendo a la ?llajta?

Lo del ?Día del Peatón? que se realiza el primer domingo del mes de septiembre todos los años en Cochabamba es una buena iniciativa para despertar conciencia sobre la contaminación ambiental en la ciudad de Cochabamba.

Es una buena idea, pero no es suficiente. El Informe Especial que ha publicado este reciente domingo Opinión, revela datos alarmantes en relación a los índices de contaminación que cada año se elevan en 7% y que aumentarán cada vez más, si no se asumen políticas que controlen esta situación.

La contaminación está destruyendo progresivamente el aire de Cochabamba y la vida de los cochabambinos, porque en el mismo informe un grupo de especialistas que han realizado estudios serios sobre este problema, sostiene que 219 personas mueren en Cochabamba por enfermedades que tienen vinculación directa con la contaminación del aire, la polución, las consecuencias prolongadas a exposiciones al monóxido de carbono e intoxicaciones en la sangre, pero además los casos de personas que se internan en el Hospital Viedma aumentan por infecciones respiratorias agudas, bronquitis y otras.

Los análisis que se han realizado, sostienen que la exposición prolongada a monóxido de carbono en zonas urbanas de elevado flujo vehicular se relaciona con los niveles sanguíneos elevados de monóxido de carbono y a su vez los niveles sanguíneos son responsables de aparición de signos y síntomas de daños en la población estudiada.

Lo cierto es que la contaminación del aire cochabambino está a la vista. Ya no hay más ese aire puro de montaña y de una ciudad que se preciaba hasta poco menos de 50 años de tener el mejor clima y un aire puro. Cochabamba ahora está situada como la ciudad más contaminada del país. Las causas de la elevada polución son el tráfico vehicular, la industria, las ladrilleras artesanales, los chaqueos y las quemas de enormes sectores del Parque Tunari. En realidad confluyen una serie de aspectos que dejan como resultado las cifras alarmantes sobre los índices de contaminación de nuestra ?llajta?.

Ante esta situación son pocas las instituciones, privadas y no gubernamentales, las que expresan preocupación mediante acciones de concienciación, estudios y otras iniciativas que son importantes, pero que requieren el apoyo de organismos oficiales.

Si una de las causas de la contaminación que está afectando la salud de los cochabambinos son los gases de motorizados, lo que se debería hacer es un control riguroso en las unidades que por sus años de uso ya no sirven para circular por las calles, no sólo por el peligro que representan para los pasajeros, sino porque son  de alta contaminación. Las quemas del Parque Tunari tienen que ser controladas con medidas efectivas por las autoridades correspondientes, las industrias contaminantes tienen que utilizar filtros y otros dispositivos que disminuyan los riesgos, en fin, se debe desarrollar una acción completa y urgente.

¿Quiénes son los responsables de estas acciones? Todos. Las autoridades, las organizaciones especializadas, organismos cívicos e institucionales deberían unir esfuerzos en adoptar medidas que controlen el uso y el estado de vehículos motorizados y de la industria, pero al mismo tiempo, desarrollar campañas educativas que enseñen que lo más preciado que tiene una ciudad, una región, es su calidad de aire.

Si no se adoptan acciones rápidas y efectivas estaremos lamentándonos en poco tiempo más de vivir como en algunas capitales, con barbijo permanente y acosados por las enfermedades.

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Clarín, Argentina: Los costos de la ofensiva oficial

Una de las consecuencias negativas de la ofensiva oficial contra Papel Prensa es la negativa repercusión que la iniciativa tuvo en el exterior.

Apenas conocida la intención del Gobierno de controlar la empresa productora de papel para diarios, medios de difusión del exterior y asociaciones de medios hicieron saber su preocupación, por lo que consideran un paso adelante en la política oficial para controlar los medios independientes. En ese sentido se pronunciaron asociaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), así como numerosos diarios y medios de difusión de primer nivel, incluyendo el Wall Street Journal, el Financial Times, el New York Times y El País, de Madrid.

Es espectáculo de un gobierno que agrede en forma sistemática a los medios independientes y que quiere tomar el control de la distribución de papel de diarios, afecta en primer lugar a ese gobierno y a quienes lo encabezan, pero también al país en su conjunto. Esto es así, porque esas conductas ponen de manifiesto falta de seguridad jurídica y debilidad del sistema republicano. Mucho más si, como ha sucedido en numerosas ocasiones, se asocia el Gobierno local con el de líderes desprestigiados por su autoritarismo. Las percepciones negativas sobre el cuadro político o el grado de protección de los derechos establecidos tienen consecuencias graves en la vida económica porque crean incertidumbre y desalientan inversiones, reduciendo oportunidades de crecimiento y de trabajo.

La ofensiva del Gobierno contra Papel Prensa tuvo repercusiones externas que afectan al país en su conjunto, porque ponen de manifiesto inseguridad jurídica y debilidad institucional.

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