El concejal cruceño de la alianza MAS-ASIP, general Freddy Soruco, dijo que las escenas de torturas en los cuarteles corresponden a simples “ejercicios”, ya que “se da a los conscriptos una instrucción fuerte” porque “en caso de guerra los soldados no pueden ser niñas”. Increíble justificación de un método aberrante que poco y nada tiene que ver con una correcta formación profesional de nuestros militares, y sí mucho con vestigios de un pasado de autoritarismo que parece estar resurgiendo en el nuevo “Estado Plurinacional”. Esperemos que la opinión del concejal no refleje una postura oficial del partido de gobierno. El Ejecutivo, por su parte, ha anunciado “medidas ejemplarizantes” contra los responsables de las torturas, sólo después de desatado el escándalo en la prensa, cuando estos hechos habían sido denunciados en febrero del corriente año sin que autoridades militares o políticas movieran un dedo. Una razón más para defender la existencia de una prensa libre, con capacidad para denunciar este tipo de arbitrariedades.
Trampas al IPC
El gobierno dispuso la rebaja del 10 al 5% de los aranceles de las computadoras y electrodomésticos, lo que sin duda facilitará su adquisición por parte de la población. Es necesario, sin embargo, ver la intencionalidad de fondo de la medida, ya que estos productos han sido incluidos por el Instituto Nacional de Estadística dentro de la canasta familiar, una maniobra mediante la cual se busca distorsionar el cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Al bajar el precio de las computadoras y la “línea blanca” bajará también el promedio del IPC y se ocultará la creciente presión inflacionaria, relacionada -entre otros factores- con la existencia de un circulante inyectado en la economía por el narcotráfico.
Mineros federalistas
Potosí se agita de nuevo. Desde el movimiento cívico comienzan a alzarse voces de disconformidad ante la escasa aplicación de los acuerdos firmados, los que -cada vez queda más claro- fueron un simple expediente para la desmovilización de ese departamento y no un instrumento real para la solución de las demandas regionales. Entre los sectores más disconformes se encuentran los cooperativistas, que ya anuncian la formación de un partido minero federalista que podría convertirse en una innovación importante dentro del mapa político boliviano. ¿Veremos en los próximos años una dicotomía entre mineros federalistas y cocaleros centralistas?
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