Ibáñez, Vega, Gutiérrez…


Daniel Valverde Aparicio

daniel-varverde1 La Santa Cruz económicamente briosa e integradora del presente se forjó en gran medida sobre la base de iniciativas de miles de emprendedores migrantes y locales que concentraron sus esfuerzos en alcanzar primordialmente el éxito económico. Santa Cruz y su dinámica económica expresan la permanente búsqueda del legendario Paitití.

El predominio de objetivos económicos, sumado a la posición conservadora de la clase dominante, no permitieron que varios de sus referentes intelectuales, o luchadores destacados del campo social y político, tengan un reconocimiento honesto y oportuno, menos que ejerzan la influencia que la sociedad cruceña precisa en esta época.



El caso de Andrés Ibáñez es ilustrativo. Fue un adelantado al levantar su voz contra el centralismo, ya que tuvo posturas valientes contrarias a la exclusión con el fundamento de que todos somos iguales. Sin embargo, tuvieron que pasar más de 100 años para emerger como ícono del pensamiento político cruceño con proyección nacional.

Por publicaciones de Ricardo Catoira Marín y Reymi Ferreira se sabe, aunque no se difunde oficialmente, que en la década de los 50 del siglo pasado llegó al Parlamento un peluquero, sindicalista, con formación política y conciencia social de nombre Virgilio Vega Terrazas.

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El sindicalista y trabajador de las tijeras fue fundador de la Central Obrera Departamental, luego como diputado tuvo una participación descollante al hacer aprobar la ley interpretativa de las regalías del 11%, que permitió a nuestro departamento tener abundantes ingresos económicos. Por alguna razón, que puede resultar obvia, este luchador social fue condenado al ostracismo.

El caso del Dr. José Gutiérrez es de reciente data, pero no menos importante. Fue parte de la generación de cruceños visionarios que, ante la ausencia de Estado, participó de la fundación de las cooperativas de servicios. Con esa legitimidad, tuvo las fuerzas necesarias para liderar, a fines de los 90, una cruzada social impresionante que tuvo por finalidad restablecer los principios inspiradores por los cuales se crearon las cooperativas, luego de que fueron cooptadas por grupos de poder antidemocráticos. Este ciudadano notable enfrentó a cúpulas económicas que intentaron desacreditar los fines de esa lucha.

Por las duras lecciones políticas que se vienen aprendiendo es importante que en nuestro medio brote una conciencia y un ideario ciudadano que reconozca y valore a sus verdaderos forjadores. Bien lo señala Ricardo Catoira en una de sus crónicas referidas a Virgilio Vega cuando dice: “No se debe deformar la historia en perjuicio de este pueblo ni la sociedad debe negar a sus mejores hijos”. Los insignes cruceños citados y muchos otros en el anonimato merecen ser exaltados en la agenda ciudadana reflexiva del Bicentenario.

El Deber – Santa Cruz