Incainco: los empresarios y el Estado


eduardo paz “Incainco” ha sido la expresión usada por el radialista Arturo Mendívil para definir la actitud asumida recientemente por la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) en relación al gobierno central. “Incainco” por la sumisión al nuevo incario y también -salvando el horror ortográfico- por el hincarse ante el poder. La cuestión ideológica de fondo a definir es si los empresarios cruceños optarán por un modelo liberal o uno patrimonialista. En el primer caso, las empresas apuestan a la competencia y la eficiencia, elementos claves en el éxito del modelo económico regional. En el segundo, los empresarios juegan a lograr el favor del Estado, que premia a sus “amigos” con contratos y otros favores. La disyuntiva es vital no sólo para el destino del modelo económico del departamento sino, lo que es más importante, para el destino de la democracia boliviana. Si la lógica adoptada por el organismo empresarial cruceño es el “apaciguamiento” para la protección de las inversiones, habrá que recordarles a los dirigentes institucionales el mensaje de William Shakespeare: “Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte”.

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Jefes de bancada voladores II

Lo dijimos pocos días atrás: hay jefes de bancada de oposición que, en lugar de ocupar su tiempo fiscalizando la discutible labor gubernamental y proponiendo proyectos alternativos a los del oficialismo, prefieren insumir su gestión viajando por el mundo. La cabeza opositora en el Senado, Germán Antelo, se encuentra en Alemania, mientras que el “líder” de Convergencia Nacional en la Cámara Baja, Mauricio Muñoz, bajó del avión que lo trajo de Corea del Sur para abordar otro que lo llevó a los Estados Unidos, donde está atendiendo asuntos personales…



Embajador español… y chavista

El embajador del reino de España en Caracas, Dámaso Larios, está volviendo a la madre patria. Por suerte. Sucede que Larios se convirtió durante su gestión en un ferviente propagandista de Hugo Chávez en el Viejo Mundo, al punto de decirles a los periodistas españoles que el rey Juan Carlos debía pedir disculpas al mandatario de boina roja por decirle “Por qué no te callas”. Meses después, cuando fue expulsado de mala manera de Venezuela el eurodiputado Luis Herrero, cuyo paradero se desconocía tras ser detenido en el hotel, el también eurodiputado Carlos Iturgáiz llamó al embajador Larios para que se interesara por la suerte de Herrero y obtuvo la respuesta: “No puedo hacer nada, porque no tengo el coche blindado”.

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