Cada uno de ellos cobra la friolera de 15 mil dólares mensuales.
No solo se trata de las denuncias del sobreprecio en la compra del avión presidencial Dassault Falcon; ahora resulta que como ningún piloto boliviano estaba entrenado para manejar una aeronave de estas características se optó por contratar a dos extranjeros y, como no podía ser de otra forma, los contratados fueron dos venezolanos.
Cada uno de ellos cobra nada menos que 15 mil dólares mensuales, es decir casi 8 veces más del sueldo oficial del presidente del Estado Plurinacional, esto si nos atenemos exclusivamente a la planilla del TGN, porque es sabido que los jerarcas del gobierno tienen otros suculentos ingresos.
Volvemos al tema de los exclusivos pilotos venezolanos del Evoavión. Los recursos para sus respectivos sueldos salen de los préstamos que envía Hugo Chávez y que son manejados por el Ministerio de la Presidencia. Como se dice, del mismo cuero salen las correas. ¡Y tanto escándalo que hizo Evo! porque de la cooperación de EEUU a Bolivia salían los recursos para pagar a los consultores de los proyectos binacionales.
El “chitoshow” dirigido por Sacha
La “chitoalcoba”, la “chitochatarra” son algunos de los términos que desde hace años forman parte del léxico cotidiano. Ahora no resulta inapropiado agregar otro: el “chitoshow”, porque no es otra cosa el tremendo y desproporcionado operativo montado para trasladar a “Chito” Valle desde el Perú hasta la penitenciaría de San Pedro de La Paz.
Es claro que este traslado y la toda la parafernalia montada tenían el propósito de desviar la atención de algo que podría estar relacionado con la violación de derechos de los ciudadanos emergente de la violencia desplegada en Caranavi y el amedrentamiento contra dos abogados de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, además de las derivaciones del caso del alemán Dirk Schmidt.
Todo según lo planeado
En la Vicepresidencia del Estado Plurinacional, la noticia de la caída de la popularidad de Evo Morales no ha causado sorpresa. Es más, se podría decir que todos la esperaban y que era algo totalmente previsible, un resultado de cierta estrategia que estaría siendo aplicada desde esas dependencias.
El propio vicepresidente Álvaro García Linera cuya tendencia a desmerecer las encuestas que no favorecen al gobierno es muy conocida, esta vez se mostró muy tranquillo y, es más, se atrevió a vaticinar un mayor número de conflictos sociales. Parece que el “serrucho” está funcionando y todo le está saliendo según lo planeado.