En ocasiones el vicepresidente Álvaro García se baja de su pedestal de eximio, iluminado e incontrastable teórico social para referirse a cuestiones más domésticas como el precio de la carne de pollo el cual, afirmó, es el único que ha subido entre los artículos de la canasta familiar. 
Pues bien, un ama de casa, en un mercado paceño cuyo nombre no viene al caso, constató que los precios de una mayoría de los productos alimenticios habían aumentado e impregnada de santa indignación le recordó a la vendedora que según el vicepresidente, lo único que había subido era el pollo.
La picarona vendedora con una sonrisa que denotaba cierta malicia y segundas intenciones le dijo: Ay caserita….. es que debe ser porque el vicepresidente lo único que come es pollo. Por las dudas la foto es solo ilustrativa.
Un fusible a punto de saltar
Hay más que suficientes indicios de que Sacha Llorenti se ha vuelto demasiado incómodo para el gobierno y se escuchan versiones de que podía ser enviado al banquillo de las reservas en cualquier momento. Se ha producido un cambio repentino en las versiones gubernamentales sobre los dos muertos en Caranavi. Primero se sostuvo a rajatabla las poco convincentes versiones de que los dos muertos habrían sido causados por los propios colonizadores pero los hechos, los testarudos hechos, apuntaban hacia otro lado.
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El vicepresidente Álvaro García y el comandante de la Policía, general Nina, ya aceptaron la posibilidad de que los disparos, como muestran todos los antecedentes, salieron de filas de la policía lo que deja muy mal parado a Sacha quien debiera ser el fusible que salte, pero como tiene un poderoso padrino se sabe que las responsabilidades las cargarán en un par de policías que serán entregados a la justicia, para librar de responsabilidades al gobierno.
No les sirve a ellos y menos a nosotros
“El modelo cubano no nos sirve ni a nosotros”. Una frase que suena a epitafio y que fue lanzada por el propio líder de la Revolución Cubana que allá por los años 60 fue modelo de rebeldía y de dignidad ante un imperio avasallador que había convertido a la idílica isla caribeña en su prostíbulo y garito particular.
Naturalmente mucha agua ha corrido bajo el puente y los paradigmas han cambiado. La visión romántica de barbudos vestidos emergiendo de la Sierra Maestra para instaurar una sociedad más justa ya pasó a la historia, de manera independiente a los logros y fracasos que tuvo la Revolución Cubana, y en cuyo proceso no debe pasarse por alto que muchas libertades fueron cercenadas.
Lamentablemente a Fidel Castro no le duró mucho la lucidez y acudió al viejo expediente de decir que fue malinterpretado y no dijo lo que dijo. Esta claro que no le resulta muy fácil salirse de las estructuras que él mismo montó de manera meticulosa.