Edward Nino Hernández es desde muchos puntos de vista un típico chico colombiano de 24 años. Adora bailar reggeaton, sueña con tener un coche, preferentemente un Mercedes Benz y quiere viajar por el mundo.
En esta foto tomada el 2 de septiembre de 2010, Edward Nino Hernandez, de 24 años, posa con el Libro de récord de Guinness
Ap. En la lista de las personalidades que desearía conocer están los actores Jackie Chan y Sylvester Stallone, aunque también deja espacio para la política y dice que le gustaría conocer al ex presidente Álvaro Uribe.
Lo que hace que Edward sea diferente es su estatura: es un poco más alto que una maleta de mano y pesa apenas 10 kilos. Con sus 70 centímetros de estatura, el libro de récords Guinness acaba de certificarlo como el hombre más pequeño del mundo.
«A los dos años paró de crecer», cuenta Noemí Hernández, la madre de Edward, el mayor de cinco hermanos, que acaba de quitarle el récord al chino He Pingping, quien superaba su estatura por apenas cuatro centímetros y que murió el pasado 13 de marzo.
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Sin embargo, Guinness afirma que el reinado de Edward puede ser muy corto ya que se espera que un joven de Nepal llamado Khagendra Thapa Magar, se convierta en el hombre más pequeño del mundo el 14 de octubre cuando cumpla los 18 años. Hasta entonces será el adolescente más bajo del mundo, con 56 centímetros de estatura.
Los padres de Edward afirman que los médicos nunca pudieron explicar la causa de su baja estatura. «Nunca nos dieron qué era el diagnóstico», dijo la madre en su modesto piso del barrio periférico de Bosa, en el sur de Bogotá.
Noemí Hernández, de 43 años, cuenta que Edward pesó sólo 1,5 kilos al nacer por lo que los facultativos de la Universidad Nacional lo estudiaron hasta que tuvo tres años, pero después perdieron el interés por el caso.
Ella y su marido, un guardia de seguridad, ya habían perdido en 1992 a otra hija que padecía la misma enfermedad y que no llegó a cumplir un año. El menor de sus vástagos, Miguel Ángel, de 11 años, sólo mide 93 centímetros y tiene rasgos físicos similares a los de Edward. Los otros tres hijos de la familia son de estatura y apariencia normal.
“Estoy feliz porque soy único», dijo Edward en una entrevista a The Associated Press. Sin embargo, la enfermedad del chico tiene más síntomas ya que éste padece de cataratas en ambos ojos, lo que nubla su visión. Su madre afirmó que Edward requiere urgentemente de una cirugía que no pueden pagar.
A lo largo de la entrevista, los ojos de Edward se le humedecen con frecuencia mientras juega con los cordones de sus zapatos negros de niño pequeño. Sin embargo, aparte de los ojos, el chico no tiene otros problemas médicos.
Es rápido mentalmente y se ríe con facilidad, aunque algunas veces cuesta entender lo que dice y sus pequeños dedos le dificultan la tarea de escribir.
Edward tuvo que repetir varios años antes de dejar los estudios definitivamente en el 8º curso, según contó su madre, que también señaló que es un joven sociable, que adora viajar y que le gusta jugar dominó y damas.
«Lo que le deprime es encerrarse en casa», dijo mientras repasa las páginas de una edición del Libro de Récords Guinness 2011, que sale al mercado la próxima semana, donde le enseña a Edward la foto de la mujer más pequeña del mundo, una chica de India.
El joven no muestra el menor interés y afirma que ya tiene novia, una chica de 18 años llamada Fanny, que mide 1,5 metros.
Edward gana algo de dinero bailando en tiendas para atraer clientes y también participa en una película en la que interpreta a un narcotraficante, que en una escena se ve involucrado en un tiroteo.
Durante la entrevista reconstruye la trama imitando las armas con los dedos índices de ambas manos y después se deja caer en el brazo de la silla, para mostrar que su personaje no sobrevive.
Edward sonríe ante la posibilidad de conseguir otros trabajos en el cine y ser el centro de atención. Sin embargo, ser el hombre más pequeño del mundo también tiene sus desventajas que, según Edward, no son todas las fotos que le sacan sino las veces que la gente lo toca.
«Sí, me molesta», dijo. «Que no me toquen, que no me cojan en brazos».