Evo cumple: sepultó la libertad de expresión

El gobierno intentó por todas las formas deslegitimar y tergiversar el carácter de  las movilizaciones de los trabajadores de la prensa pidiendo la reforma de los artículos 16 y 23 de la llamada “ley antirracismo”. Se intento generar el criterio de que los periodistas son “racistas” porque se oponían a la aprobación de una norma que el gobierno aplicará a discreción para restringir la libertad de expresión.

imagePeriodistas de Potosí en contra de la Ley Anti Racismo, llamada ley “mordaza”, porque atenta contra la libertad de expresión. Foto: AFKA

Durante la promulgación el presidente Evo Morales, en su habitual estilo, llegó a decir que los periodistas solo estaban obedeciendo las “órdenes de sus patrones” lo cual es una nueva muestra de los extremos de intolerancia a los que está llegando. En los partidos de fútbol tiene como único recurso los rodillazos y en su actividad cotidiana, los insultos.



Sin embargo tenemos un caso concreto que demuestra la falacia del comentario presidencial. Los ejecutivos del periódico La Razón no se adhirieron a la medida (portadas en blanco) dispuesta por los otros medios para que en la primera página se contemplará únicamente el concepto de que “sin libertad de expresión no hay democracia”. Fueron los periodistas y los trabajadores los que dispusieron un paro de brazos caídos a pesar de que ello pudiera significar la pérdida de sus fuentes de trabajo. Se trató, sin duda alguna de una digna actitud que no fue bien vista por los empresarios venezolanos propietarios de ese medio y que al no plegarse a la protesta siguieron el juego al gobierno.

En todo este entramado no se puede dejar de lamentar el vergonzoso papel que han jugado los medios de comunicación oficialistas. En su caminata desde la plaza del Estudiante hasta la plaza Murillo los periodistas paceños fueron aplaudidos por la población, entre los que se encontraban Roberto Moscoso, Carlos Laruta y posiblemente otros políticos. A los “periodistas” del Canal 7 no se les ocurrió mejor cosa que inferir que estos políticos de oposición habían organizado la marcha de protesta de los trabajadores de la prensa. Evo dice de forma machacona que los medios de comunicación independientes mienten y tergiversan pero es evidente que no ve la manipulación descarada de las informaciones que a diario hacen los medios oficialistas; sin duda el Presidente sueña, ahora a través de su ley antirracismo, con el día en que todos los medios de comunicación privados emulen a los estatales y se conviertan en simples propagandistas de su gobierno.

A la prueba nos remitimos

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Si alguien dice que la ley antirracismo no restringe la libertad de expresión, aquí les mostramos lo contrario. El periódico Los Tiempos de Cochabamba, seguramente por temor a la represalia gubernamental ha publicado hoy el siguiente aviso para los lectores de su edición digital:

“A partir de la fecha que fue promulgada la Ley de Lucha Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, Lostiempos.com suspende la sección de comentarios, hasta nuevo aviso. Solicitamos su comprensión.
Redacción Los Tiempos”

Un intolerante confeso

Cosas de la vida. Si hay alguien  que se benefició de la libertad de expresión y en general del sistema democrático, ese alguien es Evo Morales. Si bien ahora quiere dar caracteres épicos y heroicos a las “movilizaciones” en defensa de la hoja de coca, la verdad es que sus bloqueos no han dejado un buen recuerdo ya que virtualmente paralizaban el país por semanas y hasta meses mientras que una prensa solidaria se hacia eco de las agresivas declaraciones de quien ahora se considera muy por encima del común de los mortales.

La mentira tiene un alcance muy corto y es el propio presidente quien se ha encargado de aclarar, sin posibilidad alguna de duda, cual es el verdadero objetivo de su “ley antirracismo”. No pretende erradicar la nociva práctica del racismo o la discriminación. Lo que busca es tener un mecanismo que le posibilite actuar en cualquier momento contra los medios de comunicación y, en suma, seguir socavando de forma metódica el sistema democrático. ¿Las pruebas?, están en las medidas y las declaraciones del propio presidente.

Una ayudita sospechosamente oportuna

image Periodistas protestan frente al congreso la noche del jueves.

Casi todas las organizaciones ligadas con la actividad comunicacional y periodística han mostrado una gran unidad en torno a la defensa de la libertad de expresión. Decimos casi todas porque lamentablemente un dirigente, el de la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz, se salió por la tangente y entró a hacerle el juego al gobierno.

Hace unos días, Boris Quisbert había lanzado la opinión de que los medios de comunicación susceptibles de ser cerrados por, supuestamente, difundir criterios racistas o discriminadores, pasen a manos de los trabajadores. Naturalmente la sugerencia le cayó como anillo al dedo a Evo Morales que se apresuró a aceptarla aún cuando sabe que es impracticable y seria suicida por varias razones. Quisbert no ha demostrado mucho empeño ni convicción en su defensa de la libertad de prensa y expresión y algunos atribuyen esta situación a su cercanía con militantes masistas, entre ellos Marcelo Arce quien fue dirigente de la Federación en la pasada gestión y candidato del MAS a un par de cargos electivos que no ganó y ahora está como director de prensa de la Cámara de Diputados, desde donde, al parecer, sigue manejando los hilos de la organización sindical paceña a través del masista encubierto Quisbert.