Hay un momento en la lucha de los pueblos, en que todo parece perdido: la libertad, la justicia, los derechos humanos…
Bolivia y su pueblo conocen muy bien el sabor amargo del oprobio, de la restricción de los derechos naturales. Fueron largos y aciagos los días y las noches de las dictaduras militares. Entonces, disentir era delito. La vida estaba constantemente en riesgo.
Las nuevas generaciones, los hijos de la democracia en Bolivia, jóvenes hombres y mujeres menores a los 30 años (tal vez la mayoria del pueblo boliviano), ignoran estos hechos; su corta vida los libró de conocerlos. Para ellos es difícil imaginar siquiera el exilio, el toque de queda, las cadenas informativas, la censura de prensa, la tortura, el secuestro y la muerte por asesinato.
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Lo advertimos hace mucho, en páginas que amablemente nos cedía el amigo Ronald Méndez en el diario El Mundo. Este gobierno, presidido por Evo Morales Ayma, se orienta al totalitarismo, a la democracia de poblada, a la vulneración de los derechos fundamentales de las personas. En ese tiempo no tenía ni la más remota idea que mis derechos y mi libertad iban a ser restringidos.
El decurso de este gobierno va marcando una ruta directa, implacable y certera hacia el totalitarismo. No les basta el control de los poderes públicos, quieren el poder total, quieren controlar el pensamiento, la expresión y las acciones de todos los ciudadanos. Y aun no vimos todo. Faltan las leyes del afamado Control Social, por el cual todo opositor en función pública será víctima de linchamiento político por no obedecer a los sectores sociales (los SS del populismo).
Sin embargo de todo ello las voces siguen protestando. El reclamo sigue haciéndose oír. En la coyuntura presente, los periodistas, los propietarios de los medios de comunicación, los trabajadores de la prensa, están desarrollando una de las batallas ideológicas más importantes de la democracia boliviana: La defensa del derecho a la libre expresión está en el primer orden del día. Todos y cada uno de los actores del gremio participa y combate con ideas. Que hermoso ejemplo!
Las portadas de los medios escritos hoy son una válida y evidente muestra de la militancia en la defensa de los derechos ciudadanos. Ningún gobierno de la democracia boliviana, ninguna dictadura militar, recibió semejante bofetada tan contundente y eficaz como la que hoy sonroja las mandíbulas del masismo. Como lo vienen repitiendo los periodistas, no se defienden los derechos del gremio, se defienden los derechos ciudadanos.
Y para el cierre de estas líneas, un testimonio de admiración y respeto por el director del diario El Deber, el Dr. Pedro Rivero Mercado, que encabezó valiente y decidido la marcha pacífica y legítima de sus periodistas y ejecutivos en defensa del derecho fundamental a la libre expresión. Cuánto valor, cuánta hombría en esa decidida participación al frente de sus trabajadores. Santa Cruz se honra de contar con un patricio como el Dr. Rivero.
Decía que en los momentos aciagos en que parece que todo está perdido, acciones valerosas como la del Dr. Rivero, insuflan ánimos y contagian el entusiasmo para seguir en el combate de las ideas, en la defensa pacífica de los derechos. Grande Don Pedro!!