Índice de los Editoriales de Periódicos
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El Día: Furia a flor de piel
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Bajo el Penoco, El Día: Ojo con el oro
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Los Tiempos: NO MÁS MALA FE
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El Deber: Un director en huelga
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Cambio: Pando, 108 años después
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La Prensa: Una nueva ley
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El Diario: Sequía y hambruna
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El Mundo: Una quimera
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Opinión: La mujer boliviana y su inclusión política y social
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Clarín, Argentina: Los desequilibrios de la economía
El Día: Furia a flor de piel
El régimen comunista chino no sólo reaccionó con furia por la entrega del Premio Nobel al preso de conciencia más prominente que tiene en sus cárceles, sino que también detuvo y puso bajo arresto domiciliario a la esposa de Liu Xiaobo cuando ésta fue a visitarlo a su celda para comunicarle la noticia, cuya difusión está absolutamente prohibida por el Ministerio de la Verdad (vaya nombre) de China. Es más, el Gobierno de Pekín ha iniciado un acoso criminal en contra de la familia y los amigos del galardonado, a quienes ni siquiera les ha permitido festejar en privado el logro obtenido por este disidente, condenado a once años de prisión por difundir sus ideas contrarias a la “verdad” oficial.
En Irán, donde el caso de una mujer condenada a morir a pedradas por supuesta infidelidad, ha despertado el repudio mundial y al mismo tiempo la solidaridad con la víctima de este salvajismo fundamentalista, acaban de apresar al hijo de Sakineh Mohammadi-Ashtini y a dos periodistas que desafiaron al régimen y entrevistaron al joven, que se ha convertido en el más ferviente luchador contra las prácticas cavernarias de un gobierno que se hace llamar democrático y que ha estrechado lazos con países sudamericanos, entre ellos, Bolivia.
La furia debe ser necesariamente una de las características más sobresalientes de los regímenes de fuerza. La furia no sólo le impide al adversario notar los signos de debilidad que puedan existir en el rival, sino que impone el miedo a través de los gestos, para evitar de esa manera el uso de la fuerza, mucho más costosa en lo material y en lo político. No reaccionar con furia, implicaría para los chinos mostrarse débiles frente al mundo que les reclama acabar con un imperio de atrocidades que mantiene a decenas de miles de Xiaobos en las cárceles y que ha acabado con la vida de decenas de millones de otros disidentes. Lo mismo para el autócrata iraní Mahmud Ahmadinejad. Escuchar el clamor mundial por la vida de Sakineh, equivaldría a mostrarse conciliador, un lujo que no se puede permitir.
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Esa misma furia se la está viendo en toda su plenitud en Bolivia. Se la aplicó hace unos días contra el senador del MAS, Eduardo Maldonado, quien fue echado de la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, en castigo por haberse mostrado concertador con las organizaciones de periodistas y medios de comunicación sobre la Ley antirracista. Fue furia lo que exhibió Evo Morales en una cancha de fútbol, donde tuvo tiempo para pensar en una reacción menos dura contra jugador que le pisó el pie, pero al final se inclinó por el golpe bajo. De un caudillo que se ha decidido firmemente por una forma de gobernar, no se puede esperar que sea perdonador, disculpador, dialogador y menos que retroceda. Es por eso que frente a la creciente protesta de los periodistas de Bolivia, el régimen del MAS no puede sino recurrir a la furia. El ex ministro de la Presidencia acusa a los hombre y mujeres de la prensa de buscar el endiosamiento, mientras que el viceministro Wilfredo Chávez, tal vez el hombre del Gobierno con mayor capacidad para recurrir al cinismo, sin siquiera pestañear, afirma que quienes están de luto hoy, son todos racistas. Es la furia, una eterna mala consejera.
Frente a la creciente protesta de los periodistas, el régimen del MAS recurre a la furia, no hacerlo así sería señal de debilidad.
Bajo el Penoco, El Día: Ojo con el oro
Hay muy malos recuerdos en la Chiquitania sobre los militares metidos en la minería. Los más memoriosos tienen presente lo que ocurrió con los yacimientos de piedras preciosas y semipreciosas de La Gaiba durante la dictadura de Luis García Meza. Los supuestos “centinelas de la patria”, los que se hacían llamar la “reserva moral de la nación”, le entregaron ilegalmente la concesión de la explotación de esas minas a una empresa brasileña a cambio de jugosas contribuciones que acaparaban los generalotes de la época. En los últimos días, el ex ministro y actual vigía fronterizo, Juan Ramón Quintana, ha hecho grandes despliegues de uniformados en minas de oro de la Chiquitania, que supuestamente estaban en manos de extranjeros y narcotraficantes. Es curioso que recién lo hubiera descubierto, aunque la explicación puede estar en los excelentes y cada vez mejores precios del metal dorado. El rescate de esas minas se ha manejado casi en secreto, mientras se producía un bloqueo carretero en la zona. Todo puede ser producto de la especulación, de no ser por los malos recuerdos citados arriba y por supuesto, los que evoca el nombre “Quintana”.
Los Tiempos: NO MÁS MALA FE
Cabe esperar que quienes desde las filas del oficialismo todavía creen en las libertades básicas se sumen al esfuerzo para poner fin a tanta mala fe
Quienes desde el exterior de nuestro país, o viviendo aquí, no están del todo compenetrados con los muchos entretelones de nuestras pugnas políticas cotidianas y tratan de comprender cuanto está ocurriendo con motivo de la "ley contra la discriminación y el racismo" deben tener muy serias dificultades para hacerlo. Es que nadie niega la necesidad de una ley contra el racismo y toda forma de discriminación, por una parte, y las autoridades gubernamentales aseguran que de ningún modo tienen la intención de vulnerar la libertad de expresión.
Si así fuera, no habría lugar para tanta controversia. Pero es evidente que ése no es el caso, por lo que sólo cabe buscar otra explicación. Y ésta sólo puede ser que alguien está actuando de muy mala fe. ¿Son quienes se oponen sólo a dos de sus 26 artículos, ratificando una y otra vez su respaldo al resto de la letra y al espíritu de la ley? ¿O son quienes se declaran respetuosos de la libertad de prensa pero se empecinan en imponer normas que no tienen más objetivo que conculcarla?
Para absolver tal duda, no hay mejor recurso que evaluar los actos más que las palabras de las partes interesadas. Se podrá ver así que fueron muchos los esfuerzos hechos por una de ellas para limar asperezas y atenuar los motivos de la controversia, para lo que propusieron diversas alternativas para que la ley cumpla de la mejor manera posible el que supuestamente es su objetivo principal: luchar contra el racismo y la discriminación.
Para ello, las organizaciones que aglutinan a periodistas y representantes de los medios de comunicación, de la Iglesia católica, de muchos movimientos sociales e incluso algunos asambleístas de la bancada oficialista hicieron todos los esfuerzos a su alcance para llegar mediante el diálogo al necesario consenso. Se celebraron decenas de reuniones y se presentaron propuestas alternativas al proyecto de ley gubernamental, pero todo fue en vano.
Como contrapartida, lo único que se halló fue la tozudez con que tanto las autoridades gubernamentales como quienes reciben y ejecutan sus órdenes en la Asamblea Legislativa Plurinacional insisten en imponer al país los dos "artículos mordaza", aun siendo por demás evidente que éstos en nada contribuirán a luchar contra la discriminación pero serán un formidable instrumento para coartar la libertad de pensamiento, opinión y expresión.
Para alcanzar tal objetivo, no dudaron en pasar por encima de la opinión de muchos de los sectores que más sinceramente apoyaron el original proyecto de ley contra la discriminación. Destituyeron arbitrariamente al presidente de la comisión senatorial encargada de buscar consensos, desoyeron las sugerencias hechas por importantes instituciones de la sociedad y, recurriendo a todo tipo de amenazas -como el ya conocido método de cercar al Órgano Legislativo-, lograron que se imponga la autoridad vertical.
Ahora, cuando la ley ha sido promulgada pero la viabilidad de su aplicación está en riesgo por la firme resistencia que le ofrece gran parte de la sociedad, sólo cabe esperar que quienes desde las filas del oficialismo todavía creen en las libertades básicas, en los valores de la democracia y rechazan toda forma de autoritarismo se sumen al esfuerzo para poner fin a tanta mala fe.
El Deber: Un director en huelga
Pedro Rivero Jordán ha tomado la decisión personal de sumarse al piquete de trabajadores de medios de comunicación que ayuna en la plaza 24 de Septiembre. La determinación es histórica para el periodismo boliviano y, en particular, para el diario EL DEBER, que está identificado con una inédita y creciente movilización en defensa de la libertad de expresión y de prensa en el país. El último antecedente de directores de medios que decidieron avalar o participar en medidas de protesta se remonta a los últimos años de la década de los 70, cuando se combatieron las dictaduras militares.
Rivero Jordán ha remarcado que en estos momentos ayuna para estar tranquilo con su conciencia, sobre todo porque quiere que sus hijos y sus nietos vivan en el futuro en una Bolivia libre y sin mordazas. Lo hace como simple ciudadano, despojado de cualquier privilegio o interés empresarial. Por eso agradeció a los huelguistas la acogida y pidió que lo traten como uno más de ellos. El inicio de su protesta coincidió con una fecha emblemática: 10 de octubre. Ese día, hace 28 años se instalaba en el poder un gobierno constitucional, después de 13 años de dictaduras sangrientas. Precisamente, el periodismo boliviano jugó un rol fundamental para el agotamiento de regímenes que afectaron los derechos humanos. Gracias al sacrificio y la convicción de los periodistas de entonces, los actuales podemos ejercer este oficio sin las duras restricciones impuestas por las dictaduras militares. Gracias a la lucha de los ciudadanos de aquellos años, los de ahora podemos elegir por voto a nuestros representantes. El actual Gobierno constitucional es precisamente fruto de ese sacrificio, en el que estuvieron involucrados muchos periodistas del pasado y algunos de los que ahora reclaman que se deroguen dos artículos que amenazan la libertad de expresión.
Ese es el contexto histórico en el que Pedro Rivero Jordán toma la compleja decisión de cumplir una huelga de hambre, quizás la más extrema de las medidas que un ser humano asume para hacer escuchar una demanda o una protesta. No hay detrás de él ninguna fuerza poderosa ni otra motivación que la que le dicta su conciencia de periodista, ciudadano y padre de familia.
No hay dudas de que su decisión lo expone a riesgos. Desde su salud hasta el peligro de que alguien dañe su nombre, su trayectoria profesional y su empresa, construida en casi 60 años de trabajo y esfuerzo diario junto a su familia. A falta de argumentos, en estas luchas el oponente recurre al recurso fácil del desprestigio de la honorabilidad.
En ese sentido, es previsible que alguien trate malintencionadamente de vincular la iniciativa del director ejecutivo de EL DEBER a algún interés empresarial o político. Sin embargo, su trabajo diario es la mejor arma para derrumbar la calumnia. Rivero ejerce el periodismo desde hace 35 años.
Más allá de los riesgos y del cálculo de los costos y beneficios, el ayuno del director de un diario refuerza el espíritu de los huelguistas que demandan libertad de expresión para todos los bolivianos. No se busca desestabilizar a ningún gobierno ni conseguir privilegios para un gremio. El movimiento ha abierto el canal para que muchos ciudadanos expresen su creciente malestar con ciertos abusos de un poder pasajero.
Cambio: Pando, 108 años después
Ayer, el pueblo pandino —y a la distancia sus hermanos bolivianos— celebró el 108 aniversario de una de las acciones más heroicas y sublimes en defensa de la integridad de la patria: la Batalla de Bahía, escenario en el que un puñado de pandinos derrotó a los invasores brasileños y dejó a la posteridad un ejemplo de coraje y entrega que permitió a Bolivia conservar gran parte de ese territorio en el que en 1938 se crearía el departamento de Pando.
Esa acción heroica liderada por el indígena takana Bruno Racua dejó un legado de amor por la patria, aunque 106 años después, el 11 de septiembre de 2008, uno de sus bisnietos, Bernardino Racua, caía abatido por sicarios al servicio de quienes se habían adueñado de esa tierra que defendió para Bolivia ese pequeño puñado de patriotas organizados por Nicolás Suárez.
La Batalla de Bahía fue un hito en la dramática historia boliviana de defensa de su territorio, tan apetecido por el poder extranjero por las inmensas riquezas que contiene, pero también fue una lección de defensa de la soberanía y dignidad nacionales frente a la agresión de filibusteros brasileños.
Los pobladores que defendieron lo que hoy es Pando —creado el 24 de septiembre de 1938 por el presidente Germán Busch sobre el antiguo Territorio Nacional de Colonias— probaron su valor durante la Guerra del Acre, en 1902, episodio en el que las tropas bolivianas rescataron la Barraca de Bahía, hoy Cobija, de manos brasileñas en la época del auge de la goma. El caucho le había recordado a esa Bolivia que había nacido en 1825 que sus territorios terminaban en el río Purús, y Bruno Racua, takana de Ixiamas, fue uno de los legendarios luchadores de arco y flecha que defendieron la heredad patria.
Fue el 11 de octubre de 1902 cuando fuerzas del Ejército brasileño, conformadas por más de cinco mil hombres y dirigidas por José Galindo y Antunez de Alentar, evidenciaron la presencia de tropas bolivianas a una distancia de 500 metros, en la margen opuesta del arroyo Bahía. Se trataba de la Columna Porvenir. Los combatientes bolivianos, en su mayoría trabajadores dedicados a la explotación de la goma silvestre, salieron en defensa de la patria amenazada por el vecino que pretendía no sólo apoderarse de los ricos gomales del noroeste tomando el Puerto de Bahía y la Barra Porvenir (hoy Cobija), situados en la margen izquierda del río Tahuamanu, sino que buscaban alcanzar los ríos Manuripi y Madre de Dios.
Mientras los integrantes de la Columna Porvenir se encontraban protegidos por la maraña de la selva, los enemigos estaban refugiados en galpones de madera cubiertos de palmas y donde resguardaban un polvorín. Surgió entonces la idea de lanzar flechas incendiarias sobre los galpones enemigos y la tarea fue encomendada a los defensores que provenían de Ixiamas, expertos en el manejo de flechas de caza.
Bruno Racua fue señalado como responsable, y cuando su dardo cayó en uno de los galpones provocó tal incendio y una tremenda explosión que los invasores abandonaron su refugio y se rindieron —algunos se replegaron a la población de Xapuro—, y la victoriosa Columna Porvenir quedó como dueña del campo en su bautismo de fuego.
En este contexto, el pueblo pandino rememoró ayer ese 11 de octubre, una hazaña de valientes que además de honrar los méritos de Bruno Racua recuerda a Nicolás Suárez, Gonzalo Moreno, Federico Román y Manuel Baztán, entre otros héroes. La Campaña del Acre se inició el 30 de abril de 1899 y concluyó con el Tratado de Paz de Petrópolis, firmado entre Bolivia y Brasil en la ciudad brasileña del mismo nombre el 17 de noviembre de 1903, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191.000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado brasileño del Acre. Ya en 1877, por el Tratado de Paz y Amistad, Bolivia había cedido otros 164.242 km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas.
Pero ¿qué coyuntura precedió a la invasión de los filibusteros brasileños y la pérdida de gran parte del territorio amazónico boliviano?
Entre muchas otras razones, el abandono de ese jirón patrio por parte del extinto Estado colonial y, por ende, su complicidad con el saqueo extranjero de la riqueza de la patria.
No obstante, esta política de centralizar el poder político y distribuirlo entre los miembros de una señorial casta gobernante y heredera de los privilegios coloniales que marginaron al pueblo y le privaron de sus más elementales derechos humanos se mantuvo incólume porque lo único que le interesaba era vivir como ricos en un país que habían sembrado de millones de pobres, marginados y analfabetos.
Esta realidad se mantuvo —con algunas excepciones, como la revolución del 9 de abril de 1952— hasta antes del triunfo popular del 18 de diciembre de 2005, cuando el pueblo boliviano optó en las urnas —la máxima expresión de la democracia— por elegir a uno de los suyos como Presidente de Bolivia.
En ese contexto es que los pandinos rindieron ayer su homenaje a Bruno Racua y a los héroes pandinos que hace 108 años defendieron la heredad patria, porque hoy Bolivia asume su presencia soberana en las más recónditas regiones, impulsa el Estado Plurinacional y en su seno construye una sociedad de iguales, de mujeres y hombres libres, de un pueblo que sepulta definitivamente la discriminación y el racismo, y que sienta la presencia del Estado en sus fronteras para que nunca más haya una nueva Guerra del Acre.
Bolivia impulsa el Estado Plurinacional, construye una sociedad de iguales, de mujeres y hombres libres, de un pueblo que sepulta la discriminación y el racismo, y que sienta la presencia del Estado en sus fronteras para que nunca más haya una nueva Guerra del Acre.
La Prensa: Una nueva ley
Todo el alboroto que se armó al provocar al periodismo habría sido diseñado para que el Gobierno recupere terreno entre algunos bolivianos?
Un estudio hecho recientemente estableció que Bolivia sufre de un grave caso de sobredosis de leyes. En los últimos días, el Gobierno logró aprobar, contra viento y marea, indisponiendo a todo el país, una ley que, a juzgar por su nombre, tendría que acabar con lo que quede de racismo y de discriminación en el pensamiento y el comportamiento de los bolivianos.
Si las leyes pudieran resolver los problemas de las sociedades, hace tiempo que Bolivia estaría libre del flagelo del narcotráfico, los cocaleros no estarían destruyendo los bosques del país, el dinero del narcotráfico no circularía libremente, la corrupción sería un recuerdo lejano, el contrabando no existiría, no habría violencia doméstica contra las mujeres, los niños no trabajarían, las carreteras estarían bien construidas, las Fuerzas Armadas no serían centros de tortura, la Policía sería un ejemplo de comportamiento ciudadano? Esta enumeración no puede seguir porque sería muy larga: Bolivia tiene más de 15.000 leyes, de las que, como es notorio, casi ninguna se cumple.
A estas alturas, por lo tanto, proponer la aprobación de nuevas leyes debería ser motivo de mucha meditación. Quizá haya que proponer al Parlamento, como lo han hecho los expertos que hicieron el inventario legal mencionado, que haga el esfuerzo por reducir la cantidad de leyes, anulando algunas, agrupando otras y haciendo todo lo necesario para liberar al país de leyes innecesarias que sólo congestionan los códigos.
Pero lo que habría que descartar de manera firme es que se aprueben leyes que tengan como verdadero propósito afectar o reducir los alcances de otras leyes, como es el caso de la ley aprobada en los últimos días.
La oposición que expresaron los medios de comunicación y los trabajadores de esos medios, de manera unánime, por primera vez en Bolivia, como ya se ha mencionado en estas páginas, fue la demostración más elocuente de que la ley en cuestión es un atentado contra la libertad de expresión.
Una ley antirracista que termina siendo un atentado contra la Ley de Imprenta es algo que sólo se podía dar en un país donde no se tiene cuidado con hacer leyes para todo y para nada.
Estaríamos ante el hecho de que se elaboró una ley disfrazada, con antifaz, para reducir los alcances de la Ley de Imprenta, que rige desde 1925 la libertad de expresión y de prensa en el país.
Otra interpretación que se hizo de esta extraña ley, que el Gobierno impulsó como si estuviera ante un plazo impostergable, es que haya sido concebida para recuperar la decreciente popularidad del Gobierno. Un dirigente sindical del magisterio propuso esta explicación.
Es decir que todo el alboroto que se armó al provocar al periodismo habría sido diseñado para lograr que el Gobierno recupere terreno entre algunos bolivianos que se supone son sus naturales seguidores. A juzgar por los pocos bolivianos que llegaron a la plaza Murillo de La Paz para, supuestamente, cercar el Congreso y forzarlo a aprobar la mencionada ley, los estrategas erraron el objetivo.
El Gobierno y sus legisladores tendrían que encarar con seriedad esto de hacer nuevas leyes. Podrían comenzar por pensar en el bien del país.
El Diario: Sequía y hambruna
Insistentes noticias llegadas de todos los distritos del país hacen saber que están sufriendo aguda sequía que afecta a la agricultura, mientras en otros se afirma que existe aguda escasez de agua para consumo humano, motivos por los cuales las poblaciones afectadas reclaman atención para satisfacer sus necesidades básicas y, en algunos casos, para solucionar los requerimientos de industrias de diversa naturaleza. Al mismo tiempo que se lamenta ese estado de cosas, en algunos distritos se anuncia carencia de alimentos, alza de precios, imposibilidad de realizar labores agrícolas normales y muerte de grandes cantidades de ganado vacuno. Dramáticas fotografías confirman esa situación.
En síntesis, se trata de que el país, en toda su extensión, está sufriendo una sequía como no se registró en muchos años, la misma que es acompañada de intensos calores y la sequedad total del ambiente. A ese problema se suman otros factores, como que los ríos del oriente no tienen suficiente caudal y, por tanto, no permiten la navegación y, agudizando la crisis climática, se produce la sequedad de manantiales y vertientes de los cuales se abastecían los agricultores para atender sus cultivos.
Esa prolongada sequía podría traer consigo otros flagelos, como la escasez de alimentos, el hambre y la hambruna que han sido muy frecuentes en la historia de Bolivia y que fueron de grandes consecuencias. Empeorando la presencia de ese flagelo, generalmente detrás de esos problemas se presentaron epidemias de gran magnitud que diezmaron poblaciones enteras, con el agravante de que cuando el país se encontraba en estado calamitoso, debido a la irresponsabilidad de algunos gobiernos, vecinos codiciosos invadieron su geografía y se apoderaron de grandes territorios con incalculables riquezas.
De no producirse precipitaciones pluviales de consideración, se podría adelantar que el país enfrentará una crisis de magnitud, más aún porque las autoridades encargadas de enfrentar y prever una situación de esa naturaleza, no han previsto el problema en su alarmante perspectiva y pareciera que se quedaron dormidas en sus laureles o bien dedicadas a atender asuntos secundarios, dejando los principales para las calendas griegas.
Esa realidad se agrava porque el país está sufriendo notables dificultades en el abastecimiento de sus mercados de consumo. En efecto, al presente existe escasez de verduras, café, maíz, arroz, azúcar, trigo, harinas, algunas frutas, carne, entre otros, además lo que todavía existe está subiendo de precio de manera poco menos que alarmante. Tan grave es esa situación que el Gobierno, con actitud desesperada, ha decidido importar grandes cantidades de alimentos y, al mismo tiempo, frenar las exportaciones, medidas que si bien constituyen alivio para el abastecimiento de los mercados, no significan, ni mucho menos, la solución del problema de la magnitud que se perfila.
No se trata de crear un estado de alarma o pánico con el panorama que se perfila, sino de tomar las previsiones del caso. Pero los antecedentes históricos de las numerosas crisis climáticas que enfrentó el país en anteriores oportunidades, como las sequías y hambrunas de los años 1830, 1879, 1904, 1982 y otras, constituyen antecedentes innegables que podrían repetirse inclusive con mayor gravedad y que merecen atención general.
El Mundo: Una quimera
Existen hechos en la vida del planeta que resultan trascendentales por las consecuencias que trajeron consigo, tanto en lo político, como en lo económico y lo social.
Sin duda alguna, la llegada del hombre a América, en 1492, resulta un hito importante en la vida de la humanidad, por los cambios trascendentales que se produjeron en la época y que en su conjunto consiguieron rescatar a los hombre de una etapa por demás difícil, por la presión de una organización que al sentirse todopoderosa, decidió imponer su voluntad por la fuerza.
La caída del imperio bizantino, el descubrimiento del nuevo mundo, la invención de la imprenta y otros hechos de similar trascendencia hicieron que el hombre logre tomar conciencia de su verdadera capacidad para poner en orden la situación.
Un monje tuvo oportunidad de dar un sacudón en la vida de la Iglesia y con sus famosas 97 tesis provocó un cambio de pensamiento en una institución que habían desviado sus pasos originales y que se veía seriamente comprometida con los centros de poder, abandonando la misión a favor de los pobres y los necesitados que había sido su vocación en origen y que hoy se mantiene.
Ese conjunto de hechos dio lugar a que la humanidad despierte de una etapa de sometimiento, para darse cuenta de sus valores y sus posibilidades y empezó tareas titánicas que consiguieron un cambio de la vida de los hombres, al extremo de denominarse ese momento como el Renacimiento.
En ese momento se pensaba que el mundo estaba limitado en lo que se conoce como el continente europeo, había unas tierras exóticas viajando hacia el oriente, pero se debía cubrir inmensas distancias para poden contar con los beneficios que los habitantes de esos lugares ofrecían.
Los territorios del sur, cruzando el mediterráneo, brindaban la posibilidad de conseguir mano de obra barata, aprovechando de los habitantes que podían ser fácilmente reconocidos por el color de su piel y la imposibilidad de comunicarse con la lengua que los invasores empleaban.
Al descubrirse el nuevo mundo, se intentó aplicar la misma forma de actuar; sin embargo, se encontraron personas dispuestas a no ceder tan fácilmente y dieron tenaz resistencia, a pesar de las desventajas existentes en el empleo de armas y recursos estratégicos, por las que terminaron por someter a los nativos.
Las posibilidades de convivencia no llegaron en base a la presión y la fuerza sino a la capacidad de complementarse e integrarse, delimitando derechos y obligaciones sin que por ello hubieran podido eliminarse los sistemas de abuso y explotación característicos del género humano.
La lucha por la independencia no fue un privilegio de América sino que nació al concluir el siglo XVIII con la Revolución Francesa, cuyas secuelas terminaron debilitando en forma ostensible el poder de la monarquía española primero y luego el imperio británico que se había expandido por los cinco continentes.
Esos hechos dieron lugar a que la revolución tuviera su réplica en los movimientos libertarios de nuestro continente, cuyos 200 años recordamos precisamente en los dos últimos años sin que; sin embargo, hubieran podido ser eliminados los deseos de expansión y dominio de unos y la lucha por preservar los derechos de los otros.
Los excesos en la violación del proceso de integración ideal de la humanidad dieron lugar a atropellos de toda índole, desde las simples amenazas hasta el genocidio característico de la Segunda Guerra Mundial que en muchos casos tienden a imitar algunos gobiernos.
Mientras la humanidad no tome en serio la idea de que el único camino para sobrevivir es la convivencia pacífica, la libertad seguirá siendo una quimera.
Opinión: La mujer boliviana y su inclusión política y social
La historia recuerda que la mujer lucha desde hace tiempo por lograr un espacio en diferentes actividades políticas, sociales y económicas, un espacio igual que del hombre. La lucha de mujeres en este ámbito no ha sido fácil ni aún ha terminado, aunque los avances en la inclusión en diferentes países han dado pasos importantes.
En Bolivia poco a poco se rompen las barreras frente a percepciones masculinas que consideraban en el pasado una especie de molestia la presencia de mujeres en actividades de la administración pública y privada. Por ejemplo, ahora se ve como normal la participación de mujeres en la política, lo que hace unos cincuenta años atrás parecía algo raro o que no era lo correcto. Del mismo modo hoy están frente a empresas importantes y ocupando también cargos de decisión en otros niveles.
Los informes de organizaciones especializadas que se ocupan de promover y defender el derecho que tienen las mujeres de participar activamente en los espacios del poder económico, político y social, sostienen que durante los últimos diez años se ha logrado exitosamente la inclusión femenina en lugares representantivos, aunque al mismo tiempo, aún persiste el hecho de que todavía no tienen voz propia y actúan sin independencia.
Por otra parte un balance de lo que ha ocurrido en el país durante los últimos cinco años es positivo en cuanto a los logros legislativos que respaldan la participación de las mujeres en el escenario político, como los principios de paridad y alternancia, es decir, la participación femenina y masculina en igual número en la Constitución Política del Estado. No se puede negar que el respaldo legal a la mujeres en este sentido ha sido importante durante los últimos años, sin embargo, la participación real de las mujeres, en cargos que abarquen lo municipal, aún es escaso, como se puede observar en la conformación de los consejos municipales tanto de las capitales de departamento cuanto en las provincias y áreas rurales.
Todo lo que han logrado las mujeres bolivianas hasta el momento en el campo político es importante, pero quedan situaciones donde prevalece la discriminación y la explotación laboral. En este último campo, según los especialistas, persisten situaciones donde las funcionarias estatales son obligadas a trabajar diez o más horas al día e incluso los fines de semana, lo que ocurre también en la empresa privada con las contrataciones eventuales.
Más allá de lo descrito, la mujer boliviana, aquella que no está en la actividad política y económica, sino la que cumple funciones de hogar o la que se ha convertido en el eje de manutención de su hogar, por diferentes factores como la falta de empleo del esposo, es en realidad uno de los puntales más importantes de la sociedad y que trabaja sin ninguna protección laboral y social, como por ejemplo las comerciantes y las mujeres de los mercados y centros de abasto y en realidad todas aquellas esposas y madres que salen a las calles para ganar algún dinero para sostener los gastos del hogar.
Si los avances son significativos en la inclusión femenina en lo político y social, lo que queda por hacer es otorgar a las miles de mujeres trabajadoras dependientes y con salario, pero principalmente a las mujeres por cuenta propia, condiciones que las protejan o que les brinden seguridad en salud y otras que mejoren su vida.
Los movimientos por la inclusión y participación de la mujer, a la par que el hombre, han transitado por caminos positivos, pero falta por cumplir muchos sueños, al margen de que los derechos conquistados sean preservados y cumplidos.
Clarín, Argentina: Los desequilibrios de la economía
La política económica oficial está promoviendo desequilibrios que pueden ser costosos para el país en un futuro no lejano.
El aumento de la demanda externa está promoviendo el aumento de las exportaciones y estimulando la economía local. En este escenario, y con el propósito de mejorar los bajos niveles de aprobación ciudadana, el Gobierno está promoviendo el consumo a través de un aumento del gasto público por encima de los ingresos, lo cual está provocando un aumento del déficit fiscal que, el año próximo podría llegar, según estimaciones privadas a un 1,8% del PBI. Esta brecha deberá ser cubierta aumentando la carga de la deuda pública que deberán afrontar futuros gobiernos. A esto se agrega una política monetaria expansiva del Banco Central emprendida luego de revisar el programa monetario aprobado el año pasado.
La presión del consumo, concentrado en los sectores de ingresos altos y medios, está acelerando la inflación, perjudicando a los sectores de menores ingresos y desactualizando el tipo de cambio. El atraso cambiario afecta ya al sector externo, hasta el punto que para el año próximo se espera una vuelta del déficit del déficit de cuenta corriente, por la sumatoria de un menor superávit en el balance en el comercio de bienes y servicios y una mayor salida de capitales. También impacta directamente en las industrias que tienen crecientes dificultades para exportar y competir con la cada vez más barata oferta externa, lo cual se reflejará muy pronto en el mercado de trabajo.El Gobierno ha respondido a los problemas comerciales con medidas proteccionistas que, si han tenido el resultado esperado en los sectores protegidos, han provocado reacciones en mercados de destino, como se refleja en la reducción de las compras chinas de oleaginosos y derivados.
Se trata, por lo tanto, de una política cortoplacista y electoralista que no tiene en cuenta los intereses de la economía en su conjunto ni la acumulación de distorsiones macroeconómicas que está provocando.
La política económica oficial tiene inconsistencias que están provocando inflación y atraso cambiario, con consecuencias negativas para el fisco y el sector externo.