País ‘llavero’


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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Transformación de la educación

  2. Bajo el Penoco, El Día: Camino sin salida

  3. Los Tiempos: MUERTA LA ILUSIÓN, ¡QUE VIVA LA ILUSIÓN!

  4. El Deber: País ‘llavero’

  5. Cambio: Naciones Unidas de los Pueblos

  6. La Prensa: La celebración de los bloqueos

  7. El Diario: Integración y desarrollo

  8. El Mundo: La cuestión

  9. Opinión: Urgen políticas claras para el Parque Tunari

  10. Clarín, Argentina: La xenofobia en países europeos


El Día: Transformación de la educación

El Gobierno se ha propuesto “descolonizar” la educación boliviana a partir de la implementación de la Ley de la Educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez que, por sí sola, representa no sólo una gran cantidad de retos educativos a emprender, sino que implica un gigantesco salto hacia adelante en el proceso educativo, buscando una cultura de calidad y evaluación, de pertinencia, informática y de gestión eficaz. Se trata, sin duda de una transformación de la educación para responder a los retos del Siglo XXI. Esto significa; asimismo, una movilización comprometida, permanente, crítica y responsable, de importantes sectores de la sociedad boliviana para lograr sus objetivos.



Entraña también, sin duda, una lectura adecuada de la realidad boliviana y un liderazgo sensato y abierto al disenso por parte del Gobierno, para conducir un proceso que es el resultado final de una serie intentos de larga data por transformar la educación del país. Sin embargo, da la impresión que en las esferas gubernamentales existe sino una lectura con estrechez de miras de la realidad nacional, al menos una interpretación sesgada y antojadiza del proceso de la descolonización de la cultura y educación boliviana. Una muestra de esto han sido los globos de ensayo lanzados por autoridades subalternas y las contradicciones en que han incurrido los funcionarios del Estado Plurinacional.

En un principio había trascendido que el Viceministerio de Descolonización se había propuesto prohibir por “racistas” textos nacionales de indudable peso en la cultura boliviana y de connotados autores que han denunciado con sus obras las costumbres y tradiciones dominantes de diferentes épocas, reflejando la discriminación a la que se había  sometido a las culturas mestizas y originarias desde la fundación de la República. Las reacciones en contra de este tipo de “inquisición” por parte de la intelectualidad boliviana como de los círculos de opinión no se han hecho esperar. De pronto, el Gobierno comenzó a contradecirse y a desmentir lo declarado por sus funcionarios.

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Este tipo de actitudes resulta una clara muestra de intolerancia antes que de amplitud de criterios, lo cual contradice el espíritu de la Ley de la Educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez. Si se considera que la propuesta de la Ley de la Educación trasciende más allá de la interculturalidad, el plurilingüismo, el reconocimiento de las culturas indígenas y originarias tan diversas en el país, e incorpora plenamente a todas las culturas sin sobreponerlas en aras del principio de la igualdad de oportunidades, extraña se pretenda desconocer la cultura mestiza que ha aportado en su momento para que se acabe el pongüeaje, la discriminación y marginación de las grandes mayorías del país.

Resulta justa la reacción de algunos sectores de la opinión pública al calificar de tales intentos de eliminar obras costumbristas nacionales, como símiles del nazi-fascismo, que tan tristes recuerdos ha dejado a la propia humanidad. Sin duda que la eliminación de libros, real o virtual, entraña un fundamentalismo que no augura nada bueno. Tratar de imponer una sola visión cultural y educativa debe interpretarse como  intolerancia y otra suerte de “colonización”, donde una cultura pretende imponerse a las demás. Sería bueno que el Gobierno dé señales auténticas de que busca la educación universal, única y diversa, como señala la Ley de la Educación, con la participación consciente de todos.

Tratar de imponer una sola visión cultural y educativa debe interpretarse como  intolerancia y otra suerte de “colonización”.

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Bajo el Penoco, El Día: Camino sin salida

Sería tremenda ingenuidad entusiasmarse con la propuesta de un senador chileno, quien, a sabiendas de que la respuesta será un rotundo “NO”, sugiere resolver el tema marítimo con Bolivia mediante un plebiscito. Muy a la “bolivariana”, el oficialista Pablo Longueira recurre a la demagogia con un tema que está totalmente resuelto en Chile y que cada año es sometido a encuestas de opinión muy serias, que repetitivamente han mostrado (incluso en los últimos años de gran acercamiento entre los gobierno de La Paz y Santiago), que la opinión pública chilena ni de lejos está de acuerdo con concederle soberanía a Bolivia sobre los territorios que fueron usurpados en 1879. Fue ingenuidad también creer que la “diplomacia de los pueblos” que se inventó el Gobierno de Evo Morales nos iba a llevar a alguna parte o que la agenda de los 13 puntos era el camino para conseguir algo. La última de las ingenuidades es pensar que lo de Ilo y las zalamerías de Perú nos conducirán a una salida al mar.

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Los Tiempos: MUERTA LA ILUSIÓN, ¡QUE VIVA LA ILUSIÓN!

Mientras Bolivia sueña con vender litio "durante los próximos 5.000 años", Chile se alista para copar el mercado mundial de los próximos 25

Dos temas han acaparado durante los últimos días la atención de quienes se preocupan por la estabilidad y firmeza de los dos pilares sobre los que se sostienen las esperanzas —o ilusiones— del futuro económico nacional. La dramática disminución de las reservas de gas natural fue la una, y el anuncio de que Bolivia será el primer país en sustituir su matriz energética, sustituyendo los hidrocarburos por el litio, la otra.

Ambas tienen muchos elementos en común. No es casual, por eso, que el presidente Morales haya desplegado sus mejores esfuerzos retóricos para presentar la "política de industrialización del litio" de su gobierno justo cuando todas las autoridades del sector hidrocarburífero ya no tienen cómo ni dónde seguir ocultando las cifras sobre una inminente catástrofe que se cierne sobre el futuro gasífero de nuestro país.

Sobre el primer aspecto del problema, la disminución de las reservas, las autoridades del sector han dejado pasar una semana más sin negar los datos publicados hace ya dos semanas en las páginas de este matutino sobre la absoluta y total falta de correspondencia entre la exigua cantidad de gas disponible en el subsuelo boliviano y los alucinantes proyectos de industrialización y exportación que durante los últimos años fueron alentando en la fantasía colectiva los autores intelectuales de la "nacionalización" de mayo de 2006.

Desgraciadamente, tal como con mucha anticipación lo vaticinaron quienes conocen del tema, que obviamente no son quienes tienen en sus manos la riqueza gasífera de nuestro país, ha quedado ya demostrado que los resultados de cuatro años de "nacionalización" sólo pueden ser calificados como "catastróficos" y los efectos negativos no podrán ser revertidos en mucho tiempo.

Pero eso no parece importar a las autoridades gubernamentales, pues con los mismos criterios fantasiosos con que ofrecieron un futuro venturoso sobre la base del gas, hoy anuncian que Bolivia podrá satisfacer la demanda del mercado internacional de litio nada menos que durante los próximos 5.000 años. Así, Evo Morales, en vez de darle al país la mala noticia que con tanto esmero se sigue escondiendo, ha preferido anunciar no sólo al pueblo boliviano, sino a la humanidad entera, que ni Bolivia ni el mundo deben preocuparse más por el gas porque con litio del Salar de Uyuni se podrá "cambiar la matriz energética del planeta entero".

Tales frases, como era de suponer, han sido recibidas con sonrisas burlonas en unos casos, con expresiones de furia e indignación, en otros, y con mucho escepticismo en los demás. Es que quienes saben del tema –tal como ocurrió con los que saben sobre hidrocarburos– consideran que la "estrategia" gubernamental para inundar de litio los mercados mundiales es un desacierto, en el mejor de los casos, y un monumental disparate, en el peor.

Es tan evidente el despiste que parece reinar en las altas esferas gubernamentales, que como si de la tarea más fácil se tratara anuncian que Bolivia será el primer país en adoptar el litio como base de su nueva matriz energética. No parecen haberse enterado de que el litio no es en sí mismo una fuente de energía, sino sólo un medio para almacenarla.

En tanto, mientras el Gobierno boliviano sueña con vender litio "durante los próximos 5.000 años", Chile, con sus insignificantes reservas, se prepara para copar el mercado de los próximos 25 años.

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El Deber: País ‘llavero’

Muchos perciben signos auspiciosos en lo ocurrido últimamente en el puerto peruano de Ilo, cuando los presidentes de Bolivia y Perú reflotaron el acuerdo bilateral ‘Boliviamar’ de 1992. Consideran que para Bolivia éste es un avance significativo en nuestros esfuerzos por dejar atrás la mediterraneidad a la cual nos condenara Chile tras la  Guerra del Pacífico.

Ilo, igual que antes, sin embargo, puede que no vaya más allá de los buenos deseos de ambas partes. Deben aclararse muchos aspectos antes de asumir que un enclave portuario boliviano en esa latitud del sur peruano sea la clave de un rentable retorno de la patria al Pacífico. Se trata sólo de una pequeña concesión costera para que Bolivia erija allí la respectiva y multimillonaria infraestructura portuaria. Parece que exportar e importar desde Ilo es mucho más caro para Bolivia que hacerlo desde Arica (Chile). ¿Cuál es el móvil íntimo de Perú en este acercamiento a Bolivia en la cuestión marítima? Mantiene aún vivo, como todos sabemos, su diferendo con Chile sobre soberanía territorial marítima a partir de una línea demarcatoria de fronteras en el norte de Arica. Quiere que aquélla abarque mucho más de lo que Chile propone.

En medio de la referida pulseada, ambos países  hacen cuanto les es posible para imponer sus puntos de vista. Y Perú se acerca a Bolivia como medio de presionar a Chile, en una especie  de notificación implícita de que  podría dar las espaldas al acuerdo que con rango de tratado bilateral suscribieran en 1929. ¿Cuál? Pues aquel del tristemente célebre ‘Protocolo Complementario’ en el que ambos países se comprometen a no ceder a Bolivia parte del territorio ubicado entre Tacna (Perú) y Arica (Chile). En virtud de este acuerdo bilateral, Chile no puede ceder a Bolivia ningún callejón territorial de salida al Pacífico sin el consentimiento previo de Perú. Fue de esta forma que Chile puso candado a la salida al mar de Bolivia, entregando las llaves del mismo a Perú.

Ahora, lo que debiera hacer el ‘llavero’ de turno, el presidente peruano Alan García, si es que realmente quiere convencernos de que su país está decidido a respaldar la causa marítima de Bolivia, es desconocer el acuerdo citado y abrir el candado.  Lo demás es pura fanfarria connotativa de lo que ya sabemos…  

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Cambio: Naciones Unidas de los Pueblos

Nunca tan propicia una relectura de lo que ha significado y significa hoy la Organización de las Naciones Unidas para la humanidad. Ayer celebró 65 años de su creación y, a propósito, ha sido el propio secretario general, Ban Ki-moon, quien ha hecho un llamado para continuar con los esfuerzos colectivos por hacer realidad los principios esenciales del ente mundial; entre ellos, no cabe duda, están los postulados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, piedra angular para construir la igualdad entre los países miembros.

En su mensaje de aniversario, el jerarca de la ONU llamó a la comunidad de naciones a trabajar más en beneficio de la humanidad. Su llamado dejó claro que nadie está contento con lo que se ha hecho hasta ahora y que existen problemas globales en los que la ONU tiene mucho que decir y hacer.

Ban Ki-moon pidió trabajar "más para proteger a quienes están atrapados en conflictos armados, para luchar contra el cambio climático y evitar una catástrofe nuclear; más para ampliar las oportunidades de mujeres y niñas y combatir la injusticia y la impunidad, más para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio". Desde hace algún tiempo se han escuchado innumerables voces para retomar los principios fundacionales y superar la vieja, burocrática e ineficiente estructura de la entidad, y refundarla para ponerla a tono con el mandato de los pueblos. Urge pues una revolución en la ONU. El chantaje del imperio sobre las Naciones Unidas ha sido permanente, particularmente en lo que respecta a las determinaciones del Consejo de Seguridad y la violación sistemática de la soberanía de los pueblos y los derechos humanos.

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La Prensa: La celebración de los bloqueos

Esta postura no es sino la lamentable consecuencia de una deformación de aquello que se supone la búsqueda de una convivencia ciudadana.

No es raro en la ciudad de La Paz que un ciudadano que deba dirigirse cualquier día ?preferiblemente en fin de semana? a un barrio de la periferia se encuentre con que el tránsito por las calles y avenidas que lo llevarán a destino han sido cortadas por lo que, si va en vehículo particular, deberá buscar calles aledañas que no estén bloqueadas pero donde será parte de uno de los gigantescos embotellamientos que la situación ha generado o, si usa el transporte público, deberá bajarse y continuar su traslado a pie.

¿Los motivos de tal bloqueo? Pues que los vecinos de uno de los barrios de la zona están conmemorando la fiesta del santo patrono que ellos mismos eligieron como tal, por lo que han organizado una entrada folklórica que se prolongará al menos durante dos días. Hace algunos meses que nos enteramos de que una revista norteamericana concedió el título de ?la ciudad más fiestera del mundo? a Nuestra Señora de La Paz. Extraño privilegio. No se trata de ?la ciudad más alegre? o ?la más feliz?, es ?la ciudad más fiestera?, con todas las concomitancias que título tal podría tener dada la profusión de alcohol que, se supone, circula en este tipo de manifestaciones ?religiosas?, más alegres que solemnes.

Claro, este hecho no tendría consecuencia alguna si no tomáramos en cuenta que mucha de la gente que está transitando eventualmente por allí lo hace aprovechando el fin de semana, ante la necesidad de dirigirse a un mercado a fin de adquirir algunas frutas y verduras que ?se supone? pueden encontrarse más frescas y a mejor precio. Lo cierto es que semejante descalabro no conmueve para nada a aquellos ?devotos? vecinos a quienes no se les ocurre ?ni en broma? alterar su programa de festejos para permitir el paso de vehículo alguno, así sea un carro fúnebre que va hacia el cementerio o una ambulancia que lleva a alguien a un hospital.

En principio uno siente la ausencia de las autoridades municipales o policiales que, más allá de cualquier situación, parecieran asumir como ?algo normal? el hecho de que se altere de esa manera violenta el derecho al libre tránsito de la mayor parte de los ciudadanos, algo que ocasionaría un verdadero escándalo en cualquier otra ciudad del mundo. Claro, esta postura que en los últimos años se hace más común no es sino una lamentable consecuencia de una deformación total de aquello que se supone es la búsqueda de una apacible convivencia ciudadana. Naturalmente, es en este punto donde se debe apuntar hacia las autoridades, aquellas que tienen el deber de hacer prevalecer las normas básicas de esta convivencia.

Es en este punto donde sentimos que hace mucha falta incidir en el restablecimiento de una cierta disciplina ciudadana que esencialmente se fundamente en el respeto por los demás. Y de ninguna manera esto se logrará imponiendo rígidas sanciones. No, más bien se trata de un largo proceso a través de campañas que fortalezcan una conciencia ciudadana en torno al derecho de los demás. Paralelamente podría pensarse en la necesidad de construir un danzódromo donde los vecinos puedan cultivar su afición a las danzas y culturas más populares.

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El Diario: Integración y desarrollo

En la historia de la humanidad, la unidad ha sido factor difícilmente alcanzable; luchas entre naciones y dentro de ellas enfrentamientos internos, especialmente en la vieja Europa, que no han podido conseguir solucionar múltiples problemas debido a la desunión y permanente antagonismo entre partes. Asia es, posiblemente, otro grupo de naciones y países que se vio confrontado por las luchas de conquista, por las diferencias tribales y las ambiciones de propios y extraños que ha tenido que enfrentar.

África es, con seguridad, el continente de las mayores confrontaciones porque cada país europeo quería tener parte de esos extensos y ricos territorios; pero la multiplicidad de tribus, credos religiosos, carencia de cultura, analfabetismo, diferencias económicas, contrastes entre los ricos y poderosos y los que padecían hambre y enfermedades fueron factores para que África -no obstante haberse solucionado el grave problema del Apartheid- deba enfrentarse a diferencias que determinaron desunión en todo sentido.

El continente americano, a más de haber enfrentado las guerras o luchas independentistas sufrió las discordias, los enfrentamientos internos por las ambiciones, egoísmos y posiciones radicales de grupos y partidos que buscaron el poder de cualquier manera. De nada han valido las exhortaciones de los Libertadores Bolívar, Sucre, O’Higgins, San Martín, Belgrano, José Artigas y hombres de la talla moral e intelectual como Faustino Domingo Sarmiento, ya que cada uno en su tiempo ha buscado que la libertad sea el modo de vida, pero que la unidad sea factor para acrecentar y hacer más llevadera y progresista la existencia de los pueblos.

El Siglo XX ha sido determinante para que varios países deban enfrentarse a problemas bélicos -especialmente las dos guerras mundiales de 1914–1918 y 1939 a 1945- que han sembrado de escollos al mundo para impedir o poner dificultades a su integración. No obstante ello, los mismos problemas han sido una especie de acicate para que cada país comprendiera su realidad, la situación de los demás y el absurdo de permanecer desunidos, desarmonizados, casi contrarios a los mismos objetivos que cada uno quería.

Surgieron en Europa y Asia las urgencias de que la unión se haga integración y han emergido procesos que han permitido que ambos continentes encuentren los lazos de unidad que precisaban; de algún modo, son las desgracias sufridas las que determinaron esa unidad y, luego, la integración que les permitió alcanzar altos niveles de industrialización, producción y buenos niveles de vida para sus poblaciones.

América Latina, con diversidad de procesos integradores -desde ALALC hasta MERCOSUR- alcanzó algunos éxitos, pero también muchas decepciones. Hoy cada quien marcha por su lado; los procesos integradores han quedado en siglas o, si algo hacen, es lo mínimo como para mantenerlos vigentes. Es preciso que haya decisiones políticas y vocación por la integración para que los países encuentren los cauces de su unidad en primer grado y luego alcanzar los grandes procesos de desarrollo y progreso; de otro modo, cada quien -excepto los fortalecidos en su economía como Brasil, Argentina y Chile- se mantendrá a la zaga del desarrollo. Es preciso que una vocación por la unidad en aras del progreso nacional surja en cada uno de los países que buscan ingresar en el segundo mundo; otros, los más deprimidos, se mantienen muy lejanos de situaciones de unidad y concordia que les permita la integración.

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El Mundo: La cuestión

Uno de los mayores errores en los que puede incurrir un legislador es pensar en que él habrá de administrar solo, las normas que establezca y que las medidas irán a resultar maravillosas. El Gobierno, en su afán de rayar la cancha para imponer su programa revolucionario, no ha tenido dificultad en poner en el tapete de discusión normas como es el caso de la Ley Contra el Racismo y la Discriminación y otras que han dado lugar a reclamos justificados, aunque las autoridades no quieran considerarlo de esa manera, viendo las cosas sólo de la forma en que se las ha propuesto.

Las reacciones, en todos los casos, no se han dejado esperar y han sido puestas en evidencia y recogidas por los medios de comunicación, para ponerlas en conocimiento de la comunidad, que finalmente es la que tiene derecho a informarse sobre lo que sucede y sacar sus conclusiones.

En este momento, uno de los temas que mayor relieve han tomado dentro de la comunidad, es el relacionado con la ley Contra la Discriminación, con la cual ninguno de los ciudadanos puede estar en desacuerdo, puesto que el objetivo de la nacionalidad debería tender a mantener a los ciudadanos unidos y sin diferencias.

El hecho que ha desatado reacciones negativas no es precisamente la defensa a la discriminación, sino a la clausura de los medios o sanción a los periodistas que ofrece la ley, por difundir informaciones sobre el tema, porque toda persona tiene derecho a expresar sus opiniones y por supuesto, responsabilizarse por lo que dice y puede hacerlo por cualquier medio.

Ambas cosas se limitan en forma expresa por los famosos artículos 16 y 23 que han movilizado a los periodistas de todo el país y a los dueños de los medios y que han recibido hasta ahora el respaldo de medio millón de ciudadanos, con la tendencia constante a ser más, aunque todavía se mantiene el deseo de mantenerla, aprovechando una mayoría parlamentaria que impide el autocontrol que se exige a los ciudadanos en otras situaciones.

Las interpretaciones de la norma han llegado a todos los extremos y es precisamente eso lo que se pretende evitar, con la reacción de los periodistas. Ahora no sólo se trata de los medios de comunicación sino que como alguien ha manifestado con propiedad, se trata de un problema de educación, por ello han surgido las opiniones de gente del Gobierno, en sentido de limitar la circulación de algunas publicaciones de autores nacionales, por considerar que tiene contenido discriminatorio.

Se ha hablado de eliminar textos del currículo de las escuelas y lo que es peor se ha hablado de retirar algunos libros de circulación. Mientras algunas personas del Gobierno han desmentido esa posibilidad o han tratado de explicarla, otros están seguros de que ese es el camino y que se debe quemar libros, ese es precisamente el temor de quienes se oponen a dichas normas.

Quienes con criterio obtuso traten de aplicar las medidas dictadas por la Asamblea Plurinacional, definida por el Jefe del Estado como la aplanadora, con seguridad abrirán una artillería abierta, veamos por ejemplo cómo hábilmente, los equipos de información del Gobierno han buscado tres o cuatro opiniones para atribuirlas al periodismo boliviano e inclusive al latinoamericano ya que han cerrado las puertas inclusive al Sociedad Interamericana de Prensa para poder tratar el tema.

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Opinión: Urgen políticas claras para el Parque Tunari

Cuando se habla del Parque Tunari se hace referencia a una de las reservas forestales y ambientales más importantes de Cochabamba, que abarca las provincias Ayopaya, Cercado, Quillacollo, Chapare y Tapacarí.

Sin embargo, está en la conciencia de los cochabambinos y de las autoridades actuales y anteriores, que muy poco se ha hecho para desarrollar políticas claras para preservarlo, frente a los riesgos de incendios forestales, ocupaciones ilegales y asentamientos de personas.

Hace algunos años, ante estos peligros, se conformó un comité que estuvo conformado por la Prefectura, la Alcaldía y secundado por instituciones regionales, aunque este propósito fracasó porque el referido comité nunca logró realizar ni su primera sesión.

Si por un lado los incendios y quemas de especies forestales constituyen un gran riesgo de destrucción de esta reserva, por otro, existe el peligro de que el Parque sea avasallado de manera sistemática por los asentamientos humanos, que durante los últimos años se han realizado sin control alguno y ante la permisividad de las autoridades.

Actualmente el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Senarp) en coordinación con la Gobernación e instituciones departamentales están trabajando en un plan de adecuación donde se prevé la regularización de al menos 60 urbanizaciones en el Parque Tunari. De acuerdo a la información publicada en este diario, serían 35 mil personas que podrán vivir sobre la cota 2.750, aunque se dice con limitaciones específicas. Quienes llevan adelante este plan, sostienen que se debe partir de un proceso de adecuación y de ocupación de espacio y los que se adecúen a la norma podrán quedarse y el resto deberá desalojar el área.

Cabe preguntar si esta denominada adecuación, y en realidad permiso para que grupos humanos consoliden asentamientos, no vulnera a su vez normas legales, preceptos y objetivos de preservación de la reserva forestal. En realidad la prohibición de habitar por encima de la cota 2750 ha sido incumplida una y otra vez, lo que de hecho ha dado paso a una especie de complicidad de anteriores autoridades que no pusieron freno a la arbitrariedad.

Ahora, parece un contrasentido, que mientras se pregona la defensa de los derechos de la tierra, se trate de legalizar lo que podría ser ilegal. La adecuación a normas que serían adoptadas a favor de los asentados, en realidad sería una aceptación a conductas que han transgredido los preceptos legales y de preservación del Parque. O existe una contradicción o una actitud confusa.

Esta situación que se une a otras anteriores, que han determinado acciones para atentar contra esta área, debe merecer explicación en detalle. No se trata de adoptar determinaciones o planes al margen de la participación de los cochabambinos y de sus instituciones.

Hay que señalar de manera clara que los planes que se adopten respecto al Parque Tunari no pueden ser fruto de coyunturas. Es necesario que de inmediato se adopten estudios serios en el campo técnico, ambiental y de defensa del Parque Tunari para evitar su constante degradación. El Parque Tunari es el patrimonio forestal más importante de Cochabamba y como se ha dicho en tantas oportunidades es el ?pulmón? de los cochabambinos.

En este sentido, no se puede improvisar o ejercitar planes que ingresan en el campo de la duda y de las contradicciones, respecto a los objetivos iniciales y a las expectativas de los cochabambinos sobre esta área.

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Clarín, Argentina: La xenofobia en países europeos

El crecimiento electoral de partidos y figuras de extrema derecha inquieta a las sociedad europeas al afectar principios y valores de la organización social que fueron una de sus mayores conquistas desde la última posguerra. La crisis económica, el aumento del desempleo, la aplicación de drásticas medidas de ajuste y recortes en la seguridad social son fuentes de este malestar cultural que impacta sobre los comportamientos políticos.

Quienes sacan mayor rédito de la crisis son figuras demagógicas y mensajes reactivos, con respuestas simplistas o falaces. Estas prédicas apuntan a las minorías musulmanas y los inmigrantes como responsables de la inseguridad. Se presentan como defensores de valores y conquistas que ven peligrar y no dudan en reclamar la expulsión de residentes extranjeros y leyes restrictivas contra la inmigración. La propia canciller alemana Angela Merkel se hizo eco de este discurso al señalar que el modelo multicultural ha fracasado.

Esto pone en serio entredicho pilares de la Unión Europea, como la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la libertad religiosa y la universalidad de los derechos humanos. Existe una crisis social que atraviesa a los países europeos de distinta manera pero con un mismo hilo conductor. Los partidos de extrema derecha que han ingresado al Parlamento en países como Holanda, Suecia, Bélgica y Austria, en algunos casos definiendo la mayoría y el sostén de los gobiernos, expresan un serio llamado de atención y una señal de alarma.

El crecimiento de una nueva ultraderecha xenófoba, protagonizada por figuras demagógicas y mensajes reactivos, pone en entredicho pilares de las sociedades europeas.

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