En la cuerda floja


A Iván Canelas le dieron la ingrata tarea de hablar contra sus excolegas en una reunión de la OEA en Washington y la verdad es que puso mucho empeño en cumplir su cometido, aunque los resultados no hayan sido tan positivos para el gobierno. Canelas tenía la misión de evitar que la delegación de periodistas expusiera la situación de la libertad de expresión en Bolivia y, de no poder hacerlo, desbaratar todos sus argumentos.

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El portavoz de la Presidencia, Iván Canelas, el 25 de octubre durante su alocución en la sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington. En la misma oportunidad (foto der) entregó al Secretario General de la OEA,Miguel Insulza, la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación.



Canelas actuó contra sus excolegas y en muchos casos ex amigos con el fanatismo característico de los conversos pero sus argumentos no resultaron muy convincentes y es así que tanto los bolivianos residentes en ese país como periodistas estadounidenses apoyaron con sus firmas las demandas de respeto a la libertad de expresión.

Balbuceante se lo escucho decir simplemente que había un “exceso de susceptibilidad” en los periodistas bolivianos pero no pudo explicar el sistemático desmantelamiento de las instituciones democráticas que se ha producido durante el gobierno de Evo Morales además del copamiento de los órganos legislativo, judicial y electoral, lo cual lo menos que puede generar es susceptibilidad porque es precisamente la prensa la única que a estas alturas mantiene una cierta independencia respecto a la estructura de poder.

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Varios periodistas que tienen sus expectativas y que son parte de las “plataformas” que está promoviendo el gobierno para debilitar a las organizaciones gremiales y colegiadas de la prensa, le están calentando las orejas al vicepresidente Álvaro García sugiriendo que las gestiones de Canelas no fueron tan efectivas.

El serrucho se está mostrando implacable contra Canelas y el asunto se le pone peor porque los periodistas afines al gobierno que participaron en el congreso nacional de la prensa en Potosí no lograron los resultados esperados; en principio este grupito no pudo frenar una denuncia sobre una vieja deuda al Estado del mismísimo Canelas.

Ha trascendido que los amigos de Canelas son también los candidatos a ocupar su cargo y hay varios, mencionándose en primer término a Amanda Dávila, vieja conocida de las ONG y que entre sus principales méritos menciona “haber trabajado con Ana María Romero” en el periódico Presencia. Se habla también de Freddy Morales, actual corresponsal de la cadena televisiva venezolana Telesur, aunque Freddy es resistido en algunos círculos masistas porque dicen que “no es tan dócil” para seguir instructivas oficiales.

Otra “ley anticolonial”

Como la mayoría de los jerarcas masistas, la ministra de Justicia, Nilda Copa tiene demasiado buen concepto de si misma y como ya es característica también, se considera una iluminada que supone que los estudios resultan innecesarios cuando se tiene la inspiración de los ancestrales achachilas.

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Sucede que en el ministerio a su cargo y por instrucción suya, se está elaborando una “ley” disponiendo que en todas las escuelas y colegios, sean fiscales, privadas o de convenio, se coloquen, de forma obligatoria, en todas las aulas, las imágenes de Tupac Katari y Bartolina Sisa, además de prohibir cualquier signo de tipo religioso. De acuerdo a la “sustentación” de dicha norma, lo que se pretende es posicionarlos en el imaginario nacional como los “padres de la patria”, relegando a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre a un segundo lugar.

Algunos de sus asesores le han advertido que una disposición de este tipo podría ocasionar reacciones adversas en varios establecimientos o convertir a los líderes indígenas en motivo de mofa entre algunos estudiantes, y más grave aún podría provocar un disgusto al tutor del gobierno, el “bolivariano” Chávez; pero la ministra hasta ahora no ha dado el brazo a torcer. Parece que se ha desatado una dura competencia por demostrar quien es más “anticolonialista”.