La locura en el poder

Luis Herrería Bonnet

LOCURA En el 2005, a los 90 años de edad, falleció en su natal Inglaterra el historiador, sacerdote y profesor universitario Vivian H. Green. En su numerosa producción consta una obra que la escogimos para nuestra entrega semanal y lleva el título de esta columna.

En dicho libro explica sobre el laberinto de la mente, que perturba a quienes detentan o aspiran el poder absoluto, obsesionados por implantar modelos autocráticos, siendo esta pasión negativa lo que motivó al historiador británico John Emmerich Edward Dalkberg Acton, más conocido como Lord Acton, para que en 1.887 sentenciara: “El poder corrompe; el poder absoluto corrompe absolutamente”.



Vivian Green abre interrogantes para definir el término locura. ¿Qué quiere decir que alguien está loco? ¿Es la locura una enfermedad o una ruptura de las normas de conducta y las convenciones del pensamiento de una época determinada, de un engranaje de la maquinaria social? ¿Podemos decir que los locos son personas que han elegido mirar el mundo y sus problemas de un modo diferente de sus contemporáneos y que por eso quedan fuera de la sociedad y ponen en tela de juicio la naturaleza de la época en que viven?

Luego de varias lucubraciones, Green considera que, en general, la locura constituye un desvío de las normas de conducta en lo que respecta a las ideas, las actitudes o las acciones. La característica más evidente del loco es lo que se puede definir como irracionalidad. En el siglo XIII, el jurista inglés Henry de Bracton comparó a los locos con las bestias salvajes, carentes de raciocinio. Es que los locos tienden a seguir una lógica que parte de premisas falsas o distorsionadas.

El marco de pensamiento e imaginación de los locos se altera, son volubles, pasan de la excitación a la apatía en cuestión de minutos, y a veces actúan con violencia sin motivo aparente. También en el siglo XIII, el médico español Gilberto Anglico describió los síntomas característicos que presentan los dementes: depresión, insomnio, jaqueca, miedos irracionales y alucinaciones, que podría conducirlos al suicidio.

Vivian Green menciona que las enfermedades mentales por excelencia han sido la esquizofrenia y el trastorno maniaco depresivo, cuyos síntomas son semejantes. En sus formas más pronunciadas, la esquizofrenia puede presentar alucinaciones, visión de imágenes extrañas, discurso incoherente y reacciones emocionales exageradas, requiriendo urgente hospitalización.

En cuanto a los maniacos depresivos, Green nos habla que en un principio la depresión se manifiesta con fluctuaciones en el estado de ánimo o ciclotimia, pero en sus manifestaciones más agudas los pacientes depresivos se sienten confundidos, dicen incoherencias, sienten temores.

¡Pobres locos, obsesionados por el poder!

HACER