Riesgosa política cambiaria


ARCE El ministro Arce juega con fuego. El titular de la cartera de Hacienda anunció para el 2011 una mayor apreciación del boliviano y una caída del tipo de cambio del dólar, según él como medida para “contrarrestar una inflación en los países vecinos” que haría que “los productos nacionales tiendan a salir”. La teoría falla por varios flancos, sobre todo al tratar de mostrar a Bolivia como una isla de estabilidad en medio de una región inflacionaria, cuando en este preciso momento experimentamos una intensa subida de precios por causas endógenas, muchas veces ligadas a políticas públicas contraproducentes. En realidad, las declaraciones del Ministro de Hacienda son una manera eufemística de decir que el desincentivo de las exportaciones será adoptado como política oficial del gobierno de Evo Morales. Cierto que esto ya se había venido haciendo a través de cupos y prohibiciones, y que el congelamiento del dólar también contribuía a disminuir la competitividad del sector exportador boliviano, pero la nueva política cambiaria llevará esto a un nuevo nivel, donde se conseguirá exactamente lo contrario de lo que se busca. Simple: los productores invierten con la expectativa de exportar y el abastecimiento del mercado interno es un remanente en ese proceso. Pero al desaparecer la primera solamente se logrará la desinversión y la caída de la producción, lo que terminará afectando y desabasteciendo al propio mercado interno. Es decir que, como aprendiz de brujo, el intervencionismo estatal acaba generando efectos muy distintos de los que se propone. Casual o causalmente, el anuncio de la política cambiaria coincide con la renuncia del presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Loza Tellería, por “razones de salud”. ¿Vio don Gabriel Loza lo que se viene y eligió no estampar su firma en una medida que puede terminar llevándonos a una nueva UDP?

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