La histeria del bloque chavista parece estar llegando a punto de ebullición, tras las declaraciones de congresistas de EEUU recientemente electos, que adelantaron su intención de promover la defensa de la democracia en países latinoamericanos amenazados por proyectos autoritarios. En Venezuela, el cabecilla del grupo agita banderas de guerra mientras que en Bolivia uno de sus pupilos habla de darle “un rodillazo al imperio”. Al momento de anunciar públicamente que le pidió a su tutor una reunión de emergencia de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) para tratar la “agresión”, Evo Morales dijo que los países del bloque orientado por Caracas deben pasar “de la provocación a la ofensiva”. Interesante confesión de partes la del presidente “socialista-comunitario”, quien se ha caracterizado por una retórica incendiaria que más de una vez enrareció las relaciones bilaterales entre Bolivia y Estados Unidos. La pregunta que se abre con la propuesta de “ofensiva” (ataque) de Evo y con el discurso belicista de Chávez es si esto se traducirá en una escalada del conflicto internacional (afianzando quizás la alianza nuclear con Irán) o si se estará pensando en nuevas medidas hacia el interior de sus países, utilizando el choque con EEUU para perseguir opositores estigmatizados como “agentes del imperialismo”. En todo caso, habrá que estar muy alertas en esta nueva fase, probablemente terminal, del proyecto ALBA. Las fieras acorraladas son las más peligrosas.
Maíz estatal
Distintas manipulaciones gubernamentales del mercado nacional del maíz han provocado que este producto sufra una importante merma en su volumen, generando desabastecimiento y afectando a otros elementos de la canasta familiar como el pollo. Primero fue la prohibición de exportar, que simplemente se tradujo en una reducción de la superficie cultivada. Ahora es el monopsonio del maíz (el Estado se vuelve comprador único) y el monopolio de la venta. Así vamos, de producto en producto, poniendo poco a poco a toda la economía bajo la tuición de ese “Ogro Filantrópico” al decir de Octavio Paz, que nos conducirá hacia el racionamiento con cartillas a la cubana o a la manera del fallido Mercal venezolano.
3 x 1
La reforma previsional, mostrada por el gobierno de Evo Morales como un enorme “avance solidario”, no sólo constituye una flagrante confiscación de los ahorros individuales de los bolivianos sino que también esconde varias píldoras envenenadas. Se sabe que la jubilación obligatoria a los 58 años será utilizada para remover a gran cantidad de médicos de las cajas de salud, que serán sustituidos por jóvenes galenos recién salidos de las aulas de Cuba, a razón de tres por cada profesional desplazado y en base a la división del mismo sueldo. La pregunta es si lo cuantitativo podrá suplir la experiencia y capacidad, o si la salud pública boliviana se convertirá en campo de ensayo y error para los nuevos médicos entrenados en el Caribe. ¿No habría sido mejor duplicar el presupuesto anual de salud pública con los fondos gastados en el lujoso avión presidencial, para contratar más personal sin remover a los profesionales más antiguos?