Dice lo que quiere, hace lo que quiere y no le da explicaciones a nadie. Le guste a uno o no, no se puede negar que el estilo anticonvencional de Sarah Palin la tiene en la cresta de la ola.
"No estoy programada para manejarme como los demás", dice la ex gobernadora de Alaska en su libro autobiográfico "Going Rogue", en el que destaca que siempre hace las cosas a su manera.
En momentos en que Palin analiza la posibilidad de postularse a la presidencia, cabe preguntarse: ¿Se deben aplicar los postulados tradicionales de las campañas para la Casa Blanca a una persona que ha violado prácticamente todas las normas tácitas de la política estadounidense moderna? ¿Puede ignorar el estilo convencional y tener éxito? ¿Lo intentará?
Sus potenciales rivales se hacen esa pregunta y analizan la mejor forma de contrarrestar a una rival tan poco ortodoxa, mientras esperan que decida si se postula o no. Es una decisión que tendrá un gran impacto en las elecciones internas del Partido Republicano, que encara un panorama bastante enmarañado. Palin, quien tiene partidarios leales entre los conservadores y el movimiento "tea party", afectará la contienda interna se postule o no, ya que, si no lo hace, habrá que ver a quién apoya el bloque de incondicionales suyos.
La mujer que el ex gobernador de Minnesota Rim Pawlenty ha descrito como "una fuerza de la naturaleza" se caracteriza por nadar contra la corriente y esa es una de las cosas que cautiva a sus partidarios.
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"Es totalmente anticonvencional y confunde a muchos analistas y asesores", expresó Ed Gillespie, ex presidente del Comité Nacional Republicano. "Tal vez funcione o tal vez no. Es demasiado pronto para saber".
No hay duda de que Palin no es ni por asomo una candidata tradicional. Es una mujer, y atractiva, en una industria dominada por los hombres. Usa expresiones cotidianas que rara vez emplean los políticos tradicionales. Es de Alaska, un estado que no se caracteriza precisamente por producir presidentes.
Mientras que la mayoría de los políticos tratan de congraciarse con los periodistas, Palin habla pestes de "la prensa del sistema" y la evita dentro de lo posible. Explota en cambio las nuevas comunicaciones en línea, que le permiten llegar directamente a sus partidarios.
Sus asesores no respondieron a repetidas solicitudes de comentarios de la AP para este reportaje.
"Así como John F. Kennedy fue el primer presidente hecho a la medida de la televisión, ella podría ser la primera presidenta hecha a la medida de Facebook", comentó Gillespie.
Palin ha encontrado otras formas de promocionarse a sí misma. Escribe libros que se venden mucho, protagoniza un reality-show, pronuncia disertaciones muy concurridas y es analista de Fox News. Ningún otro político estadounidense tiene una plataforma tan amplia desde la cual propagar su mensaje.
Cuando habla, no se cuida en lo que dice. Jugueteó con un término vulgar al decir que el informe anual sobre el Estado de la Unión del presidente Barack Obama había abusado de la abreviatura "WTF". Aludía a una expresión que repitió varias veces Obama, "winning the future", pero la expresión tenía un doble sentido ya que tradicionalmente se usa para reproducir una grosería, que podría traducirse como "qué diablos es esto".
Cuando se mete en alguna controversia, no se repliega ni trata de justificarse, como cuando se dijo que las expresiones que usa pueden alimentar episodios de violencia como el del mes pasado en Arizona, cuando un individuo mató a seis personas e hirió de gravedad a la legisladora Gabrielle Giffords, que estaba en la mira de Palin. En una arenga a los conservadores, por ejemplo, Palin dijo alguna vez "no se retiren, ¡vuelvan a cargar!".
Poco después de la balacera, se presentó en dos concentraciones nacionales de cazadores en Nevada.
Estas actitudes podrían no gustarle al público en general. Una serie de encuestas de enero indicaron que más de la mitad del país tenía una impresión negativa de Palin.
A sus partidarios, no obstante, parece gustarles su estilo.
"Me gusta (Palin) porque no forma parte del establishment", afirmó Sandy Parten, una mujer conservadora de Honey Grove, Texas. "Es una mujer del pueblo más que una mujer de la elite".
Para Parten, Palin es una persona auténtica. "Estoy harta de la gente que quiere congraciarse con todo el mundo todo el tiempo", expresó Parten, quien tiene 66 años. "Ella no lo hace".
Donald Dixon, republicano de 74 años de Little Falls, estado de Nueva York, dice que le gusta el que Palin haga las cosas que hace él, como cazar y pescar. "No busca complacer a nadie. Es de las nuestras".
Hay quienes creen que esa actitud podría granjearle muchos votos en un Partido Republicano cuyo electorado le dio la espalda a Washington y a la maquinaria partidista en las últimas primarias.
Sus propios aliados, no obstante, dicen que Palin tendría que moderar un poco su discurso y tratar de atraer a los sectores más convencionales de su partido si realmente quiere ganar las primarias.
AP