¡Clasemedieros del mundo, uníos!

Carlos Decker Molina*

DECKER Hace ya algún tiempo se publicó en Londres el Global Strategic Trends (2007-2036), elaborado por los analistas del ministerio de Defensa. Desde su publicación, el informe ha sido comentado, debatido, apoyado y criticado en todos los rincones intelectuales de Europa. Sigue siendo un material interesante no solamente por su metodología sino por sus análisis y en algunos casos por sus aciertos respecto de la realidad.

En alguno de sus párrafos, enfatiza en el nuevo rol de la clase media europea y señala algunas razones, como la elevada deuda bancaria sobre todo en la financiación de su vivienda. Los intereses bancarios sujetos a los movimientos bursátiles que amenazan la estabilidad de los mercados y que ponen en riesgo, justamente, a la clase media, una premonición de lo que luego pasó en el 2009.



Frente a ésa y otras amenazas, la clase media europea poderosa en razón de consumo y bienestar puede unificarse políticamente gracias al poder de convocatoria que se basa en el manejo del conocimiento y sus recursos mundiales de interacción que —llegado el caso— puede manipular los procesos transnacionales. Sin duda, el “poder” al que se refiere el informe es el uso del instrumento cibernético. De “sublevarse” la clase media será “el dirigente” de una revolución totalmente extraña (WikiLeaks ¿?). El informe señala que podría buscar alianzas con los movimientos populistas, marxistas redivivos y eco-ambientalistas, cuyo sustento está en el seno de esas clases medias intelectuales y trabajadoras que no es lo mismo que la clase obrera en el concepto de Marx.

Los temores de la defensa británica se confirmaron en las revueltas de Grecia, en las protestas irlandesas y las de Islandia, en este último país echaron a su gobierno: una alianza entre clase media, trabajadores y algunos obreros vía sindicatos no contaminados con el sistema.

El Global Strategic Trends no se refiere en concreto a ningún país en particular, solamente advierte sobre el fenómeno. Hoy tiene una expresión viva en las revueltas de Túnez y Egipto. En ambos países, quienes convocaron a las protestas son todos los que tienen acceso a internet, los que han estudiado en un claustro universitario y están sin trabajo, los que contrastan su realidad con la de los vecinos o con la de otros países vía cibernética. Son los que leen y se informan e intercambian experiencias. Y, son los que escucharon el discurso de Obama en el paraninfo de la Universidad de El Cairo que habló de la “capacidad de expresarse libremente y condecir en la forma en que se es gobernado; la desconfianza en el imperio de la ley y en la administración igualitaria de la justicia; un gobierno que se transparente y que no robe al pueblo; la libertad de vivir como uno decida. Ésas no son sólo ideas estadounidenses, son derechos humanos, y ése es el motivo para el que los apoyaremos en todas partes”.

Evidentemente es una juventud que vive el espejismo virtual de la igualdad, quizá por eso no tienen una formación político-ideológica, ¿porque son lo que fue la pequeña burguesía?, quizá por eso carecen de organización política, quizá por eso les puedan escamotear el poder, pero no les arrebatarán su impronta que es consecuencia del contacto con los grupos sociales cuando éstos llegan a la plaza real.

Hoy no, pero seguro que mañana sí. ¡Clasemedieros del mundo, uníos!

*Periodista boliviano radicado en Suecia

La Razón – La Paz