Noticias. Aunque no está dispuesto a someterse a un tribunal ordinario ni pagar el resarcimiento que reclama el general José Antonio Ágreda Mendívil tras sentirse aludido por una caricatura publicada en El Deber, el diario cruceño admitió que hubo un error en la publicación que, sin embargo, no pudo ser enmendado debido a una objeción de parte de la defensa del militar.
“La caricatura termina diciendo que un ‘comando se lleve la plata’, hago la aclaración. Sin embargo, no hace mención a ningún nombre ni ninguna referencia personal. Obviamente, (la tira) tiene una carga (de la) que se puede inferir que hay una sospecha de malversación de fondos, (por) la cual es totalmente entendible que alguien pueda sentirse aludido”, dijo en una entrevista con la red Erbol uno de los ejecutivos del periódico, Juan Carlos Rivero Jordán, que omitió referirse a la publicación del 18 de agosto de 2009 en la que se menciona al jefe castrense.
El caso se refiere a la tira publicada el 24 de agosto de 2009. La producción corresponde a Óscar Barbery, un dibujante freelance –como informó el ejecutivo— que publica su material en el diario con el seudónimo de Gaspar y el título de “El duende y su camarilla”.
En la caricatura aparecen dos sujetos. Uno de ellos le dice a su interlocutor: “¿Se acuerda del Comando del Plata que se inauguró con tanta publicidad?” Y continúa: “El terreno está abandonado y los barbechos han sepultado a la piedra fundamental”. El otro piensa en un parlamento de dos cuadros: “No es lo mismo que un Comando del Plata a que un comando se lleve la plata”.
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Rivero Jordán admitió que hubo un error en la publicación. “Yo reconozco que el ejercicio del periodismo se pueden cometer errores y por eso es que hay los instrumentos para subsanar alguna falla que el periodismo haya cometido”, afirmó.
Aunque no explicó sobre los instrumentos a los que se refirió, aseguró que El Deber pretendió conciliar una solución al conflicto judicial. “Cuando se instaló la querella contra El Deber, se buscó la vía para posiblemente publicar alguna aclaración o rectificación, incluso por parte del caricaturista; pero tal posibilidad no fue considerada por la otra parte, que decidió continuar con el proceso”, confesó Rivero Jordán.
De momento, el caso derivó en una denuncia por prevaricato contra el juez que atendió el proceso, Omar Dorado. La defensa de Ágreda Mendívil acusa a éste de haber favorecido a El Deber con la transferencia del caso a un Tribunal de Imprenta. (Erbol)