Los machitos de ayer en el Congreso

Dante Pino Archondo

DANTE Algunas lecciones simples de microeconomía nos enseñan que el comportamiento del consumidor está determinado por el nivel de su renta, sus gustos, expectativas y la posibilidad de poder cambiar el consumo de un bien por otro que le brinde igual satisfacción.

Esta lección básica para cualquier estudiante, parece que no se conoce y menos entiende en el Palacio de Gobierno. La actual Ministra de Desarrollo Productivo Morales, (pertenece al clan Morales Dávila) repite lo que ha entendido y le han dicho los empresarios del azúcar, sin ningún criterio propio, al extremo de que su única acción será “salir corriendo a comprar azúcar en el mercado internacional”.



La actitud del gobierno, en relación a todo lo que es empresa privada ha sido de – cuando menos – retaceo, confrontación, ataque y competencia. No quiso atender requerimientos para prevenir y planificar la producción de caña, se puso al frente acusándolos de especular y de tratar de desestabilizarlos políticamente, usó a la empresa EMAPA para comprar azúcar y distribuirla en el mercado, pensando que eso asustaría a los productores y les obligaría a sacar el producto al comercio. Y todo fue un sonoro fracaso.

No sólo es el azúcar, sino todo lo que mayormente se consume en la canasta familiar, ha tenido una variación de precios muy importante y el poder adquisitivo de los ingresos familiares se ha venido abajo, es decir esos ingresos son cada vez menores en términos de precios relativos. El pueblo siente que los precios suben y sus ingresos bajan. Así de simple.

Cuando se sale el burro se tranca el corral. Y entonces, recién se dan cuenta de que comprar caro y vender barato no es negocio. Compran diesel, gasolina, gas licuado, carne, arroz, aceite y azúcar, caros para venderlos barato. Es la filosofía de Evo y García Linera. Si no quieren producir los empresarios capitalistas y neoliberales, entonces el Estado compra y vende por su cuenta, para darles una lección. Eso se convierte en política económica y el resultado de esta política comienza a mostrar su rostro y al ver lo que contiene, el gobierno se asusta.

Luego de mirar las cifras y entender que han perdido dinero comprando caro y vendiendo barato, deciden hacer lo que el mercado hace: regular precios.

Cuando hay mayor demanda que oferta, los precios suben. Si esto no ocurre porque se establecen precios por debajo de los que el mercado fija, se produce escasez. Es decir el producto desaparece del mercado y no hay policía que sirva para resolver el tema.

La vida tiene sorpresas, dice la canción, y el gobierno que está manejando ineficientemente los recursos del pueblo, tiene que dar una explicación. Cuando era parlamentario, los masistas en el Congreso, decían que éramos unos levanta – mano, que no ejercíamos nuestras atribuciones para convocar a los Ministros y censurarlos por sus malas políticas. ¿Y ahora?, ¿dónde están esos parlamentarios que criticaban, que se mofaban de los neoliberales? No habían sido tan machitos como se pintaban. Hasta ahora ni uno sólo ha emitido una petición de informe que obligue al equipo económico del gobierno a defender y explicar el resultado de su política económica.

El gasolinazo de fin de año, debía haber obligado al equipo económico del gobierno a dar una explicación de cara al pueblo. Es lo mínimo que se podía esperar, pero no, tiemblan, solo al pensar en pedir explicaciones. Este es el parlamento del MAS, estos son los que se llenaban la boca criticándonos, simplemente me dan risa.