Minería, gas y agro, el futuro en democracia

Daniel A. Pasquier Rivero

DANIEL Un buen gobierno hace bien a todos. Así aceptó el país el resultado de Evo ganador con un 53.7% en su primera elección presidencial hace cinco años. Festejos para unos, caras tristes en otros, como debe ser. La sorpresa fue cuando “el cambio” lleva esencialmente a un modelo estatista, centralizador, discriminador, carente de equidad en derechos fundamentales, y que pone lo comunitario por encima del individuo. Lo ensayado y fracasado por lustros en Europa, Asia, África y que llega al nuevo Estado Plurinacional de la mano de Cuba y sus satélites.

Por sus frutos los conoceréis. Cinco años de confrontación, de violencia para la familia boliviana; adiós la seguridad jurídica sobre inmuebles, por el avasallamiento y las medidas “de control social”; ha disminuido la producción minera, agroindustrial, y el gas con los hidrocarburos invirtieron la dirección, se importa lo que hace medio siglo ya no ocurría y se han perdido mercados importantes. Los precios se disparan y la inflación sigue en ascenso, siempre por encima de la estimada oficialmente. La inflación real nadie la sabe calcular, ya que en bolivianos un plátano cuesta 1, la arroba de yuca 80, el kilo de azúcar hasta 12, una docena de guineo 8, un pimentón cuesta lo que 5 hace poco, etc., y lo que entra en los cálculos del INE son celulares, viajes en avión (ahora se castiga al que lo usa con una nueva tasa abusiva de 25 $US y sin saber su destino), y otras elucubraciones de escritorio, no de mercado. ¿Cómo ajustar una economía cuando los precios se disparan 100, 500 y 1000 por ciento? Es una economía para aquellos que a los 20 años son capaces de comprar casas y coches de lujo, manejando cuentas corrientes millonarias y, para colmo, sin trabajo conocido. El milagro del Estado Plurinacional.



“Nada es transparente”, lo denuncia R. Prada, un hombre de adentro del proyecto gubernamental. “¿Por qué se insiste que hay control técnico de YPFB del proceso productivo y de la cadena económica de los hidrocarburos…” Adiós industrialización. “¿Por qué se ocultan las super-ganancias que se llevan las empresas mineras, como la de San Cristóbal, que oscilan en un monto de alrededor de los 1000 millones de dólares, dejando pírricos aportes al Estado boliviano? ¿Por qué se esconde los fracasos del modelo extractivista, los fracasos de la empresa Jindal Steel and Power que va a explotar el hierro del Mutún,….; tampoco no se hacen transparentes las aventuras del Litio?” Se aplazan los gobernantes en la letra chica, que es la economía de bolsillo para el ciudadano, pero también en lo grande, en la ausencia de proyectos que podrían cambiar el destino de subdesarrollo y marginalidad económica del país.

Y no hay peor sordo que aquel que no quiere oír. Que los bonos han mitigado la pobreza extrema sí, pero no resuelven el problema. El país carece de políticas atractivas a la inversión, a la promoción de tecnología para mejorar el rendimiento y aumentar la producción. Se insiste en ahuyentar y castigar a la propiedad privada, tanto al empresariado nacional como al extranjero, que en todas partes ha resultado el más eficiente creando empleo productivo y, a partir de eso, riqueza. No se entiende la diatriba permanente lanzada contra los “vendepatrias” (todos los que siguen criterios distintos al gobierno) que engañan a los gobernantes, pobres e incautos; raya en el absurdo afirmar que “en manos del Estado todo marcha bien”, lo que no ha ocurrido con éste ni antes con otros gobiernos. Interminable la lista de promesas de los últimos cinco años, y los millones que aseguraban. Hoy se recurre a echarle la culpa al clima, cuando ya no hay a quien más, al calentamiento global, al uso de transgénicos, a la producción de biocombustibles, al capitalismo o al imperialismo. El país está donde está por obra fundamentalmente de sus gobiernos.

Pero en Diciembre el pueblo empezó a decir sus verdades. La encuesta de Radio Fides (12 y 13/02/2011), señala que ya no confía en este gobierno un 84%; que identifica a Evo como a un mal recuerdo el 26.3 % y, enseguida, al Vice con 15.3%, que a su vez le inspira menos confianza y que dice menos verdades (26%). ¿Acaso no es para meditar?, 87.3% no está de acuerdo con el gasolinazo, el 73.4% está convencido que el gobierno carece de una política económica clara, de política alimentaria el 73.7 e industrial el 52.3%. La encuesta, con 95% de certeza, es mucho más demostrativa por ser realizada en La Paz. ¿Qué resultado arrojaría de realizarse hoy en las poblaciones inundadas de Chuquisaca, Cochabamba, Tarija, Santa Cruz y Beni? ¿O entre los afectados por el cierre de “todas” las carreteras principales del país por deterioro, derrumbes y falta de mantenimiento? A los muertos por dengue no se les incluyó en el sondeo.

Mientras tanto, en Libia Muammar Al Gaddafi, un sátrapa, declara su vocación de mártir. Suele ocurrir. Cuando han conculcado todos los derechos y libertades de sus pueblos; cuando han fundido a sus países, encima quieren la gloria del martirio; la comedia del sacrificio. No hay que concederles ese privilegio. Cuando el olor a pólvora se disipe habrá que buscarlos: "Un dirigente político que ha decidido bombardear a sus propios ciudadanos ha perdido toda la legitimidad para seguir al frente de su país" (T. Jiménez, ministra de RREE del gobierno socialista español). Peor aún, “Según los informes más recientes, el régimen ha desplegado helicópteros y aviones a reacción para aplastar el levantamiento, supuestamente tripulados por mercenarios de la Europa Oriental, Cuba y otros lugares” (Hugh Milesen, cit. por E. Martínez, eju.tv/2011).

Suben para servir, se encandilan con el poder y joroban a todos. Evo no ha reconocido errores, Álvaro sí: “con toda humildad”, como define N. Maquiavelo a los hombres soberbios, “insolentes en la prosperidad…y humildes en la adversidad”. Se trata de salvar el Ego después del ridículo del gasolinazo. ¿Y el futuro del país? Ojalá encuentre solución en democracia.