Elio Pedraza Vargas
En los últimos años se ha sido mudo testigo de la actitud malsana del Órgano Ejecutivo (suena como a ejecutor cumpliendo una sentencia) contra dirigentes del oriente y sur de Bolivia, quienes han sido perseguidos y sentenciados sin un debido proceso en el cual ambos puedan demostrar con pruebas de cargo y descargo lo que se denuncia o por lo cual se sentó la querella y a la cual hacen tanta referencia los sectores sociales (SS) al puro estilo Inquisitorio.
Pero las malas ideas económicas a las que llegó el gobierno han demostrado que la fantasía y la ilusión no pueden con la realidad, porque cuando al pueblo le falta pan, lo exige y lo arranca de donde creen que hay. Y el idilio que se fundamentó en palabras de beneplácito y de mucha abundancia ya se están despedazando para volverse contra quien aseguró a través de la falacia y la mentira mejores días para vivir bien.
Y se demuestra en el occidente del país – es indudable, tienen una gran ventaja, el Palacio Quemado está allá, y los ocasionales residentes lo tienen que cuidar con lo que creó el Estado burgués, la policía y el ejército, que paradoja, lo que tanto criticaban ahora son sus mejores aliados y lo que lo mantienen en el poder – quienes han decidido levantar la bandera de la desesperación exigiendo vivir bien.
Lo de Oruro es una muestra más de lo que está sucediendo en los designios del señor del Tiahuanaco, cuando miles marcharon en protesta por la crisis alimentaria del país, los silbidos y los dinamitazos no permitieron que nuevamente el discurso de la Bolivia inundada de millones y grandes ideas aparezca en los titulares de los medios estatales.
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Y antes que el discurso chantajista de que todo se nos va porque vendemos a menor precio que nuestros vecinos sea declamado para satisfacción del que es llevado por la necesidad de un trabajo o un kilo de azúcar, este se transformó en una nueva huida de su excelencia.
Las manifestaciones exigen soluciones inmediatas al abastecimiento de azúcar y evitar el incremento de la tarifa del transporte público, hecho que hasta ahora no ha sido consolidado por el ejecutor de planes desestabilizadores en donde menos problemas le han causado y es en el oriente y sur del país, pero han querido estigmatizarlos por pensar diferente, por tener la idea económica muy distinta al ayllu, al minifundio y por no sembrar coca.
Y qué gran diferencia, el señor presidente sin silbidos ni dinamitazos en Cobija llegó como a su canchón para inaugurar una escuela y un mercado y en Oruro por su conmemoración a los 230 años del grito libertario y entregar obras de desarrollo fue obligado a refugiarse de donde al parecer dentro de poco le costará salir con libertad y con la frente en alto, el Palacio que una vez fue quemado.
Pero por ahora solo los insultos, la persecución, el maltrato, la displicente actitud del Ejecutivo a la idea de patria en el oriente, la prepotencia de individuos afines al masismo con su ineficiente e inoperante manera de manejar la cosa pública y su odio acumulado como gangrena está destruyendo lo que tenemos como país.
Pero no hay que tener la menor duda y a pesar de todo, la bienvenida a su excelencia en el oriente y sur de nada servirá, porque el aplauso y el vivas puede menos que el golpe y por esa razón, “porque me quieres me aporreas”.