Terror en Trípoli, Gadafi prepara la batalla final

saif-al-islam-qaddafi-1008-lg Los residentes de Trípoli, sumida en una tensa calma, se preparaban este sábado para batallas sangrientas ante la amenaza del líder libio Muamar Kadhafi de armar a civiles para derrotar la rebelión popular, que controla la región petrolífera del este y amenaza con derrocar a su régimen.

Entrevistado por el canal Al Arabiya el hijo del líder libio, Saif al Islam (foto), presentado hasta el inicio de la sublevación como el futuro sucesor de su padre, reconoció este sábado que hay en Libia "una voluntad interior de cambio", pero afirmó que los manifestantes están manipulados y que la situación es "excelente" en la mayor parte del país.

Palabras que contrastan con la situación en el terreno. En Misrata, a 150 km al este de Trípoli, un testigo contactado por la AFP dijo por teléfono que manifestantes que concurrían a un entierro fueron blanco de disparos de "mercenarios" que habían llegado en helicópteros del régimen libio.



Según varios testigos, combates mortíferos entre partidarios y adversarios del líder libio, "apoyados por mercenarios africanos", tuvieron lugar en Misrata en los últimos días.

Un testigo en Trípoli, que habló por teléfono con la AFP, dijo que las calles estaban semidesiertas luego de que los habitantes concurrieran a los negocios, en donde se formaron largas colas, para comprar pan y combustible. La víspera al menos seis manifestantes murieron por disparos, según testigos.

Durante la conversación con la AFP el testigo añadió que la ciudad aun está controlada por Kadhafi. Tanques y vehículos todo terreno de sus milicias patrullaban las calles.

Otras fuentes en Trípoli indicaron que dos de los tres hoteles de cinco estrellas de la capital estaban cerrados y que el tercero, el Corinthia, comenzó a evacuar a su personal.

A 120 km al oeste de la capital, la situación seguía tensa en Zuara. Las fuerzas pro Kadhafi, que desaparecieron de las calles, controlaban aún la ciudad rodeándola.

Pero la región oriental de Libia, rica en petróleo, está en manos de la oposición armada que está poniendo las bases de una nueva administración, principalmente en Bengasi, en donde comenzó la insurrección.

En el plano diplomático la presión se acentúa, el presidente estadounidense Barack Obama declaró que Muamar Kadhafi, que lleva 42 años al frente del país, debe dejar el poder y marcharse "ahora", ya que perdió la legitimidad para gobernar.

Mientras, en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU ordenó un embargo de armas contra Libia, la prohibición de viajes y el congelamiento de haberes de Muamar Kadhafi, así como una investigación por crímenes contra la humanidad tras la represión sangrienta atribuida al líder libio.

El Consejo, que aprobó por unanimidad las sanciones en su segundo día de debates sobre el tema, exigió de nuevo que se ponga fin de inmediato a los ataques contra civiles "incitados desde el más alto nivel del gobierno libio".

La prohibición de viajar y el congelamiento de activos atañe al líder libio de 68 años, a siete de sus hijos, a otros miembros de la familia y a funcionarios de defensa e inteligencia implicados en el baño de sangre en el país árabe. Dieciséis nombres están en la lista de sanciones.

El Consejo ordenó el cese inmediato de las ventas de armas a Libia y se refirió a los ataques a civiles, que "pueden constituir crímenes de lesa humanidad" ante la Corte Penal Internacional.

Este sábado, la célula antiblanqueo del ministerio de Finanzas francés, Tracfin, pidió a los operadores financieros que señalen todo movimiento sospechoso en torno a los haberes del dirigente libio y sus allegados.

La Unión Europea decidió el viernes decretar un embargo sobre las armas y el material de represión, así como la congelación de los haberes y prohibición de visas contra Kadhafi y sus allegados.

El presidente Obama también decidió el viernes la congelación de los haberes del dirigente libio y de su familia en Estados Unidos.

Este sábado era difícil evaluar el balance de víctimas mortales de la violencia. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, evocó el millar de muertos.

En tanto el éxodo de extranjeros en Libia continuaba. Autoridades de protección civil tunecina indicaron que más de 38.000 personas, principalmente tunecinos y egipcios, escaparon hacia Túnez a través de la principal ruta fronteriza de Ras Jedir desde 20 de febrero.

Desde el inicio, "18.000 tunecinos, 15.000 egipcios, 2.500 libios, 2.500 chinos y otras (personas) de diferentes nacionalidades" han cruzado la frontera, informó el coronel Malek Mihub de la protección civil tunecina en Ras Jedir.

Bangladesh, China, Egipto, India, Nigeria, Filipinas y Corea del Sur están entre los países que más nacionales tienen en Libia.

Este sábado llegó a India un avión con 300 indios a bordo, evacuados de Libia. Nueva Delhi tiene una comunidad de unos 18.000 miembros en el país africano.

Turquía evacuó a 1.700 turcos y extranjeros desde Bengasi (este) este sábado.

Un buque de guerra británico y un transbordador fletado por China llegaron al puerto de Malta con 2.500 extranjeros provenientes de Libia.

AP