59 años de revolución

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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Bernabé Cobo y los nombres en América

  2. El Día: Gracias, pero no gracias

  3. El Día: Bolítica

  4. El Día: Voces embargadas

  5. El Día: El asunto Tucavaca

  6. Los Tiempos: 59 AÑOS DE REVOLUCIÓN

  7. El Deber: El reto de la salud pública

  8. Cambio: Una ley de justicia

  9. La Prensa: La Paz, bajo el caos

  10. El Diario: Un día de gloria plurinacional

  11. El Mundo: Hermoso ejemplo

  12. Opinión:

  13. Clarín, Argentina: Alivio transitorio de la presión fiscal


El Día: Bernabé Cobo y los nombres en América



Muy pronto, a los quince años, salió Bernabé Cobo de su pueblo de Andalucía para embarcarse en una armada que partía en busca de El Dorado hacia las tierras de Venezuela y el Caribe.  Una navegación desde Panamá a Lima fue decisiva en su vida; en la nave que le condujo al Perú viajaba un jesuita, provincial de la Orden en México, el cual, al trabar conversación con el joven en cuya mente seguían bullendo las fantasías de la leyenda que lo había inducido a dejar la casa de sus padres, pudo advertir en él prendas de inteligencia que, a su juicio, debían ser aprovechadas a través de una formación disciplinada.  Lo orientó así al colegio real de San Martín, en Lima, concediéndole una beca gracias a la cual obtuvo las órdenes sagradas en 1613.  “En este ambiente –dice el prologuista de la edición de la Biblioteca de Autores Españoles, P. Mateos- fue donde los sueños del joven Cobo cambiaron de sentido: en vez de El Dorado temporal que le había llevado a Indias, se abría ante sus ojos la perspectiva de un Dorado espiritual, a lo divino”.

Bernabé Cobo ocupa un lugar en la historia de América particularmente por su obra como naturalista.  Junto con otro jesuita, el P. José de Acosta, figura entre los grandes observadores de la naturaleza en el Nuevo Mundo, aquél en el siglo XVI, Cobo en la centuria siguiente; pero la obra de Acosta tuvo una temprana difusión entre quienes se interesaban en el doble aspecto científico y humano de su libro, al paso que los manuscritos de Cobo habían de permanecer inéditos hasta el siglo XIX. 

Como todo estudioso del mundo de las plantas y de los animales, el Padre Cobo está habituado a reconocer y distinguir cada especie, cada árbol, cada fruto con su nombre propio recogido del habla de los pueblos con los que toma contacto en sus continuos desplazamientos por las tierras andinas; en quechua y en aimara se comunicaba con los indios desde Lima al Cusco, desde el lago Titicaca a Potosí.  Naturalmente, el asunto relativo al nombre dado a las Indias Occidentales atrae al estudioso jesuita, quien se detiene a considerar las distintas denominaciones que “desde el principio de su descubrimiento se le pusieron a este Nuevo Mundo”: Islas del Occidente, Indias Occidentales, Nuevo Mundo, América.

  Los seres, las tierras, las cosas tienen su nombre.  ¿Por qué se llaman de un modo y no de otro los diversos géneros de vegetales, las variadas especies de aves, de reptiles, de peces, los animales útiles que forman el ganado manso que, en el imperio de los Incas, prestaba tantos servicios a los diferentes estamentos sociales?  Cada lugar tiene su nombre, unas montañas se distinguen de otras, también a los ríos y lagunas la tradición les ha ido fijando una denominación usual.  A los antiguos apelativos indígenas han ido añadiéndose los nombres propios en castellano conforme avanza el proceso de la fusión hispano-india.  Esto ocurre sobre todo en la corriente fundacional de ciudades que marca el paso de la transculturación hispana o de la incorporación de tierras despobladas al sistema unitario de la administración colonial.  Los nuevos establecimientos son ya el signo de una presencia arraigada, de una instalación proyectada hacia los siglos futuros.  Es así como ve Cobo, desde la perspectiva del Seiscientos, los resultados de esa ya secular presencia española en Indias: “está ya la memoria de nuestra nación tan arraigada en esta tierra…”, que aún en el supuesto, difícilmente imaginable, “de que desde ahora nos volviésemos a España”, por siempre quedaría la huella de las gentes que trajeron y plantaron en este suelo sus modos de vida, sus creencias, su lenguaje.  “Aún el recuerdo de los nombres solos de las provincias y pueblo –escribe Cobo- que en este Nuevo Mundo hemos fundado, soy de parecer que no se podrá extinguir ni borrar de aquí al fin del mundo”.

Es inmensa la extensión de las tierras en las que esta influencia perdurable se ha conocido.  El trazo más visible está en los nombres.  Las ciudades de la Nueva España, de la Nueva Vizcaya, de la Nueva Castilla, de la Nueva Toledo, de la Nueva Galicia, llevan nombres que evocan lugares, personas o motivos de la devoción religiosa de la España lejana.  En este punto -Caps. XVIII y XIX del libro undécimo- el Padre Cobo deja correr con íntima complacencia la pluma para seguir esa corriente traslaticia que va gradualmente reflejando en los espacios de la colonización hispana las realidades humanas y culturales de la metrópoli.

Una larga lista de ciudades de nueva fundación lleva nombres de poblaciones de España: “por donde son ya tantos los nombres de lugares de España que hallamos en esta tierra, que parece haberse trasladado a ella todo aquel reino”, dice bellamente el texto de Cobo.  “Comenzando por mi patria de Andalucía, como más vecina a estas Indias –escribe con entusiasmo el cronista- de los pueblos della tienen acá los nombres estas nuevas poblaciones: dos del de Granada, tres con el de Córdoba, otras tres llamadas Sevilla, dos con el de Jerez, otras dos con el de Villar”.  Terminada la enumeración de los nombres de origen andaluz, menciona Cobo a ciudades nuevas que traen su  nombre de poblaciones situadas en diversas regiones de la Península.  Trujillo del Perú recuerda a la villa del mismo nombre en Extremadura; La Serena existe en Chile y en la misma Extremadura.  Cuenca del Ecuador es hermana de Cuenca de Castilla, Guadalajara está en México y también en España.  La villa de Oropesa es el nombre antiguo de Cochabamba y es el de una población cercana a Toledo.  Hay dos Santa Cruz de la Sierra, una en Bolivia y otra en la misma tierra en que nacieron Pizarro, Almagro, Valdivia, Ñuflo de Chaves.  Pero también, aunque Cobo no lo tenga presente, rebotaban nombres de uno a otro extremo del continente, como Potosí de Charcas, que se prolonga a San Luis de Potosí, o Copacabana del santuario del lago Titicaca, a Copacabana del Brasil.

Posiblemente el nombre más repetido es el de Santiago, por comprensibles motivos de influencia religiosa.  La devoción del santo patrono se extiende por todo el ámbito de los dominios hispanos.  No hay un solo país de Hispanoamérica en que no se hallen ciudades con el nombre del apóstol, desde Santiago de Chile a Santiago de Cuba, desde Santiago del Estero a Santiago de Paraguay o Santiago de Huata, en Bolivia. 

Pero el factor decisivo será, obviamente, el de las advocaciones religiosas pensadas por los fundadores para designar a las ciudades americanas.  El catolicismo que inspira toda la empresa de la Conquista está patente en la serie variadísima de denominaciones, que van desde las que expresan algún atributo de la divinidad hasta las que se originan en los nombres de los santos, concediendo, desde luego, prioridad a la veneración de María en cada una de sus imágenes, en todos los misterios del rosario, en la evocación de los santuarios dedicados a su culto.  Tiene razón el Padre Cobo: Santa Fe, Trinidad, El Salvador, Nuestra Señora de La Paz, junto con tantos otros nombres de ciudades, desde California al Cabo de Hornos, son señales de un origen y de una identidad histórica.

Jorge Siles Salinas
Miembro de las Academias Bolivianas
de la Historia y de la Lengua, correspondientes
de las Reales Academias Españolas

 

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El Día: Gracias, pero no gracias

En un arranque de insólita justicia intelectual o estupenda gaffe,  Hugo Chávez -luego de calificar a Ollanta Humala como “buen soldado” y ante la virulenta reacción de desdeño del candidato-  declaró que “la prensa y los oponentes de Humala están tratando de vincularlo con el candidato presidencial para debilitar su candidatura”. Festiva aunque cabal aseveración.

Considerando que el predicamento del venezolano está devaluado,  no es momento de ventilar relaciones peligrosas.  Humala, quien encabeza las encuestas de un abanico de muy dispersa intención de voto, sabe muy bien que el Chávez de hoy, no es el mismo mejor mirado de hace cinco años.

Cristina Fernández como buena Kirchner, sigue apelando a recursos poco ortodoxos para mantener vigencia, pues necesita con urgencia  poner a un adlátere en la Casa Rosada que le garantice al menos, pocos sobresaltos al cobijo de un futuro gobierno afín.
La salida de Lula y pese a lo que  Chávez ojaleaba sobre Rousseff, el acercamiento con el imperio lo ha descolocado. Brasil está jugando en las grandes ligas. Nada menos quiere decir la visita de Obama a Brasilia hace unos días.

Correa con su ego en Ecuador, anda muy metido en sus propios planes y desea mantener su independencia haciendo una guerra en solitario contra el imperialismo. El cuarteto Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua anda bastante disminuido y con similar olor a rancio al de la revolución cubana.

En Bolivia la popularidad de Evo Morales ha bajado tan verticalmente como la de Chávez en todo lado.  Su reciente visita sólo entusiasmó a los que debe. Todos ellos clientela política del MAS y la mayoría, dependientes del aparato estatal, por lo tanto, obligados a fingirse felices y agradecidos por las donaciones que como todos sabemos, serán “regalito quita quita” en cuanto este gobierno deje el poder y será uno más de los onerosos presentes griegos que le dejarán al país.

Más de la mitad de los bolivianos no formamos parte del pueblo que dizque ama a Chávez y no nos causa el más mínimo placer verlo haciendo derroche de sarcástica chabacanería y pontificando sobre democracia, libertad e igualdad, todos ellos conceptos que en su boca pierden cualidad.

Todos hemos tenido al menos un amigo que nos trata de llevar por caminos poco edificantes. Y es opción de cada uno seguirlo o no. Gracias a Chávez al menos dos de las perlas  más oscuras del mundo, pasaron a formar parte del círculo cercano  de Evo Morales: Ahjmadinejad y Gaddafi.  Posiblemente son a ellos a los que Ollanta Humala no desea ser relacionado por ahora.

Pese a la posibilidad de que Humala salga primero en las elecciones del próximo domingo, la segunda vuelta estará llena de obstáculos y toda cuesta arriba. El porcentaje acumulado de los otros cuatro candidatos, con matices, representan aproximadamente un 80% de lo que el Perú desea seguir teniendo.

Durante el desarrollo del debate de los cinco aspirantes a la Presidencia el domingo pasado, fue pasmosa la intervención de Humala.  El libreto rigurosamente seguido por él con altanería sin disimulo, no da lugar a interrogantes. Es claro que el marketing político diseñado no estaba dispuesto al más mínimo  desliz en esta etapa final. A riesgo de dar respuestas sin mucha coherencia, como en realidad sucedió, no pronunciaba palabra que no estuviera escrita.  No pasó desapercibida la connotación en una de sus respuestas: “la nacionalización es un concepto político, no económico” ¡Vaya si nosotros no lo sabremos!

Es a partir de ahí de donde seguramente surgieron las mayores dudas a los indecisos. Su indudable posición extrema puede en estos momentos sobresaltar en exceso  a sus potenciales votantes. Calificar a Abimael Guzmán como “preso político” es una muestra determinante de cuáles son sus verdaderas intenciones y cuán lejos puede llegar.  No ostenta gran carisma y aparte de la consabida demagogia, nada tiene para ofrecer al Perú moderno. La situación con notable crecimiento económico y estabilidad social no juega a su favor.  Keiko Fujimori con pausados modales y fortaleza heredada y la solvente experiencia de Alejandro Toledo, son dos de los obstáculos más que suficientes.

El hermano Perú (más hermano que otros pues nacimos siameses) ha elegido con más inteligencia por varios períodos. El potaje marxista, estalinista, socialista, populista y no sé qué más ingredientes que propugna Chávez y sus seguidores, por suerte no cala en el Perú de hoy.

El MRTA y  Sendero que de luminoso sólo tenía el fogoneo de la pólvora que mató a miles de campesinos en la sierra y causó tanto dolor en todo el país, es una vivencia que ha penetrado en la conciencia de los peruanos. Ojala,  esto sea lo que prevalezca al momento de escoger.
 

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El Día: Bolítica

Si las elecciones fueran este domingo, ¿por cuál candidato votaría usted?”, el 28% respondió que por ninguno y un reducido 22% señaló que lo haría por el actual Presidente. La encuesta es un nuevo indicador que viene a sumarse a anteriores sondeos".


Se dice que: Una encuesta encargada por un diario de La Paz, aún no divulgada públicamente, indicaría que la intención de voto por Evo Morales en una eventual reelección no alcanzaría siquiera a la cuarta parte del electorado"


Si bien los restantes candidatos aparecen con cifras menores a las de Morales, la encuesta estaría confirmando la verificación de una segunda vuelta. El sondeo también muestra una caída en el liderazgo regional de Rubén Costas al 21%, explicable por opacidad discursiva del gobernador cruceño".

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El Día: Voces embargadas

Qué interesante manera de llamar la atención sobre un grave problema que desde hace años ocurre en el Chapare y las selvas aledañas que alcanzan hasta la zona de Yapacaní, en el departamento de Santa Cruz. Efectivos antidrogas de Umopar dispararon contra unos pescadores en Puerto Gretter porque los confundieron con narcotraficantes, con el lamentable resultado de un adolescente muerto y cinco heridos. El director nacional de la FELCN, Gonzalo Quezada, justifica en cierta forma el incidente y lo atribuye al hecho de que en toda esa región la presencia policial está vetada y continuamente sufren ataques de campesinos que se dedican a producir cocaína. Esa ya es una vieja realidad, denunciada insistentemente por los medios de comunicación, pero que no ha despertado una reacción vehemente de las autoridades policiales, que seguramente tienen las voces embargadas que les impiden hablar de ciertos tabúes plurinacionales. Lo cierto es que la zona en cuestión, de la misma forma que otras regiones del país, están cundidas de narcos y cocaleros que gozan de ciertos privilegios y obviamente, de la mirada contemplativa de las fuerzas del orden.   

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El Día: El asunto Tucavaca

Las noticias de prensa han dado cuenta del reciente bloqueo de las vías de acceso hacia Pailón, San José de Chiquitos, parque urbano central, carretera del Corredor Bioceánico y la vía férrea que va a Brasil, dentro de un amplio plan de protesta de los ciudadanos de Roboré, que ha incluido un paro cívico, por el anuncio del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de dotar tierras a colonos dentro del área protegida municipal del Valle de Tucavaca, ubicado a 430 kilómetros al noreste de la ciudad de Santa Cruz. Las medidas de presión se han justificado por la falta de respuesta de las autoridades nacionales ante la demanda del municipio de Roboré de ratificar y ampliar esta reserva.

La preocupación de la dirigencia de Roboré, extensible a otras áreas del país susceptibles de ser afectadas por el asentamiento de colonos con la venia del Gobierno, es que se destruya un área dotada de una especial riqueza turística y de biodiversidad. El Valle de Tucavaca es calificado como una de las reservas naturales más hermosas, tanto por su diversidad de flora y fauna, como por la belleza escénica que ofrecen sus serranías, al punto que sus visitantes tienen la sensación de estar muy cerca del cielo. Conviene recordar que han sido estas características las que han llevado a los habitantes de Roboré y su dirigencia edil y cívica a luchar por su preservación y protección legal.

La justificada y plausible preocupación ciudadana se ha expresado en la ordenanza municipal del año 2000, donde se crea el Valle de Tucavaca como Reserva Municipal, con el objetivo de preservar las fuentes y cursos de agua que nacen en la serranía de Santiago y Roboré. A partir de entonces se inician trámites ante las autoridades pertinentes para que esta reserva municipal sea reconocida como nacional con todas las prerrogativas del caso. Lo lamentable es que diez años después se sigue esperando una respuesta puntual sobre esta demanda. Para peor de males, se ha anunciado la dotación de tierras por parte del INRA en el área protegida, lo que ha colmado la paciencia.

Resulta inadmisible y preocupante que el Gobierno del Estado Plurinacional dé vía libre a este tipo de inconductas que atentan contra la preservación de los ecosistemas, justo cuando proclama lo contrario. Aunque las autoridades nacionales nieguen los asentamientos en el área protegida, lo cierto es que existen planes de asentamiento de colonos en sus cercanías. Esto simplemente significa que la invasión al área de reserva municipal se dará más temprano que tarde, con el consiguiente daño a los recursos naturales y a los atractivos turísticos y arqueológicos que han hecho del Valle de Tucavaca  un patrimonio del pueblo chiquitano, hoy decidido a luchar por protegerlo.

Lo menos que puede hacer el Gobierno es atender a la brevedad a la dirigencia cívica del municipio de Roboré, ratificando el área protegida municipal para elevarla a reserva nacional. Ello significaría desechar cualquier intento de dotación de tierras en el área del Valle de Tucavaca. Conviene tener presente que la invasión de áreas protegidas se ha dado en varios lugares por parte de colonos campesinos, sin que se haya podido evitar la deforestación y el tráfico de madera. Roboré está en una posición correcta cuando defiende un área cuya riqueza en biodiversidad y turística arqueológica bien merece el incondicional apoyo gubernamental, en aras del mensaje ecológico que se proclama.

 

Roboré está en una posición correcta cuando defiende un área cuya riqueza en biodiversidad y turística arqueológica bien merece el incondicional apoyo gubernamental.

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Los Tiempos: 59 AÑOS DE REVOLUCIÓN

Seis décadas después, las fuerzas gubernamentales no son las mismas pero las masas populares, sus demandas y frustraciones sí lo son

Un día como hoy, hace 59 años, se inició la revolución boliviana en medio de grandes esperanzas puestas en un futuro mejor.

Quienes la protagonizaron –desde sus líderes políticos e ideológicos hasta las masas populares de mineros, campesinos y clases medias– vivieron ese día convencidos de que se marcaba el inicio de una larga era de continuas mejoras mediante las que nuestro país alcanzaría días de prosperidad económica, justicia social, orgullo nacional.

Muy pocos días después, el 17 de abril, se fundó la Central Obrera Boliviana (COB) con el expreso propósito de constituirse en un instrumento de las organizaciones populares. En ese entonces, todavía no se pusieron en boga conceptos como "movimientos sociales" ni "mandar obedeciendo", pero ésa era la idea. La misma COB que hoy sigue siendo protagonista de la vida nacional.

La revolución boliviana se propuso cinco grandes objetivos: 1) Destruir a la "oligarquía",  a la que se acusaba de apoderarse injustamente de la riqueza nacional; 2) Redistribuir las tierras, por considerarse que estaban concentradas en muy pocas manos, 3) Dar más participación en la vida nacional a los indígenas y otros sectores marginados, 4) Construir un Estado moderno y fuerte, capaz de conducir la industrialización del país y 5) Transformar la mentalidad y cultura nacional mediante una profunda reforma educativa.

Hoy, 59 años después, no es fácil hacer un juicio categórico sobre la distancia que separa las esperanzas originales y el resultado final. Como en toda obra humana son muchos los matices, las luces y las sombras resultantes de tantos éxitos como fracasos, aciertos como errores. Lo que sí se puede afirmar, más allá de toda duda, es que Bolivia cambió de manera radical. Y aunque el partido que condujo tan importante proceso político, el MNR, fue defenestrado sólo 12 años después de haber alcanzado la plenitud del poder, los efectos de la revolución, tanto los buenos como los malos, perduran hasta nuestros días.

Tan evidente como lo anterior es que muchos objetivos que la Revolución de 1952 se propuso siguen pendientes casi 60 años después. No es casual que las principales tareas que los gobernantes actuales se proponen realizar sean exactamente las mismas que inflamaron los ánimos, despertaron las esperanzas y alentaron las ilusiones de quienes, les guste o no, son sus predecesores en la exploración de caminos en busca de un mejor futuro para nuestro país.

Ahora no es el Movimiento Nacionalista Revolucionario, sino otro "movimiento", el que gobierna. Pero la Central Obrera Boliviana que se enfrenta a los actuales gobernantes sí es, en lo fundamental, la misma que durante las últimas seis décadas ha encabezado las demandas de quienes desde 1952 siguen esperando los frutos prometidos.

Las fuerzas gubernamentales que hoy reprimen las protestas de las masas populares, que tratan de explicarles que sus demandas son excesivas, que tienen que conformarse con su salario porque la patria exige sacrificios, que las amenazan y acusan de traición no son las mismas que las que desde hace 59 años se han ido sucediendo en el disfrute del poder. Pero las masas populares que vuelven a salir a las calles sí son las mismas que año tras año, década tras década, gobierno tras gobierno, esperan algo mejor.

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El Deber: El reto de la salud pública

Santa Cruz es actualmente una de las capitales departamentales de mayor población en el país. Con toda seguridad que hasta 2040 será la más grande metrópoli de Bolivia, superando en el doble al número de habitantes que de forma conjunta tienen actualmente La Paz y El Alto.

Hay hechos que afirman tal perspectiva, como la creciente tendencia de gente del altiplano y los valles a establecerse en la capital y provincias cruceñas, en procura de mejores posibilidades de vida.

Esta migración, en menos de cincuenta años, a partir de mediados del siglo pasado, nos hizo pasar de la gran aldea que éramos hasta entonces, a la superpoblada ciudad que somos ahora, con un área urbana que se expande a los cuatro puntos cardinales, delimitados por cada vez más numerosos anillos.

Lo malo es que el crecimiento demográfico y urbano aparejan males que hoy tenemos que confrontar en progresiva intensidad. Sobre todo el primero da lugar a un mayor ensanchamiento de la brecha que separa a los recursos fiscales y las necesidades de atención de servicios básicos para la población, como el de la salud pública.

Actualmente, todos los centros públicos de salud se hallan colapsados. Tanto el hospital Japonés como el de la CNS tienen los pasillos totalmente atiborrados de pacientes a los cuales no se les puede atender en salas normales cuyo número es sensiblemente inferior al que demanda la cantidad de aquellos. Por falta de mantenimiento, los equipos médicos, muchos de ellos ya obsoletos, se hallan deteriorados o en desuso. La gente que acude a estas unidades de salud sufre lo indecible, pues debe hacer interminables colas para acceder a la respectiva asistencia, la misma que inclusive en casos de emergencia se realizan en corredores repletos de gente, en adversas condiciones sanitarias.

Lo preocupante es que desconociendo tan calamitosa situación, el gobierno se propone poner en ejecución su proyecto de “Seguro Universal de Salud”, lo cual no hará otra cosa que agravar el problema, puesto que aumentará de forma drástica el número de asegurados que asistirán a las unidades de salud en casos de enfermedad o de alguna emergencia. Lo peor es que lleva sobre las espaldas de las regiones toda la carga presupuestaria de mantenimiento de los centros médicos de salud, siendo Santa Cruz la mayormente afectada por este sobrepeso. Este, de por sí agravado por el Seguro de Salud de la Tercera Edad, terminará rompiendo la espina dorsal a la salud pública cruceña, si se aprueba el Seguro Médico Universal que actualmente proyecta el Gobierno.

Lo sensato sería que antes de poner en marcha el referido plan se ejecute un bien planificado programa de ampliación de la infraestructura de salud en nuestra capital, empezando por la conclusión del edificio para el Centro de Salud de la CNS. Dicha ampliación debe comprender también a los demás centros de asistencia hospitalaria de la capital. Es necesario que se ponga énfasis en la renovación de equipos con tecnología de punta, se incremente la planta de médicos y enfermeras, mejorándoles su escala salarial a fin de que trabajen más y mejor.

Es mejor abultar el gasto corriente en la satisfacción de necesidades básicas de la población, como las relativas a la salud, que en otras cosas que no sean tan relevantes. Lamentablemente, esto último está prevaleciendo a escala nacional.

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Cambio: Una ley de justicia

El presidente Evo Morales promulgó la Ley Nº 099, conocida desde ayer como la Ley de Ayllus. El propósito es apuntalar el desarrollo integral de las comunidades campesinas situadas en el Norte del departamento de Potosí y en el Sur de Oruro, comunidades que hasta hace algunos años estuvieron enfrentadas en el marco de la denominada ‘guerra de ayllus’ —consecuencia de la extrema pobreza a la que los había marginado el extinto Estado colonial— y que periódicamente cobraba inocentes vidas entre los contendientes.

Esa norma legal, que declara como prioridad nacional el desarrollo integral de los ayllus pacificados, consolidará la presencia del Estado Plurinacional en esas regiones secularmente abandonadas y cuyos habitantes casi nunca recibieron la atención de las autoridades nacionales y departamentales, mientras sus derechos constitucionales eran sistemáticamente ignorados.

Y en el marco de la construcción del Estado Plurinacional, los ayllus Layme y Puraka (provincia Bustillos de Potosí), Q’ampaya y Pocoata (provincia del mismo nombre); Qaqachaka, Norte Condo, K’ulta y ayllus de Challapata (provincia Avaroa del departamento de Oruro), y Jucumani (provincia Rafael Bustillos del departamento de Potosí) serán los beneficiados. Se trata de comunidades que asumieron la paz y el desarrollo para derrotar a la secular pobreza.

No obstante, el gobierno del presidente Morales ya ejecuta una serie de proyectos sociales. El 28 diciembre de 2009 entregó 1.000 viviendas nuevas a igual número de familias campesinas, es decir, aproximadamente a 5.400 personas de ocho ayllus repartidos en esa vasta región obtuvieron entonces techo propio, hasta entonces un sueño alejado de la realidad. La inversión para la construcción de esas casas e instalación de servicios básicos y energía eléctrica ascendió entonces a 3,6 millones de dólares, financiados con recursos estatales y también con el aporte de los beneficiarios.

Esas comunidades, particularmente qaqachacas, jucumanis y laimes, estuvieron enfrentadas entre sí durante décadas por disputas territoriales y por la situación de extrema pobreza de esa zona del altiplano del país. Entre los años 2000 y 2001, los choques armados entre estos pueblos causaron 57 muertos; pero entre 1970 y 1990 las víctimas rebasaron el medio millar y se calcula que desde 1830 —año en el que la historia señala que comenzaron los desencuentros— el número de bajas se acercaría a 10.000, según datos no oficiales.

El proceso de desarme desarrollado a principios de esta década logró pacificar la zona, por lo que actualmente las comunidades "guerreras" son ahora conocidas como "Ayllus en Paz".

Durante la trascendental ceremonia desarrollada ayer en el Palacio de Gobierno, el presidente Morales aseguró que el origen de la pobreza y la peculiar ‘guerra’ que enfrentó por décadas a los ayllus, está en el colonialismo europeo.

Es que el colonialismo español —luego la república oligárquica— intentaron destruir el ayllu, una de las organizaciones sociales básicas del mundo andino, cuyos habitantes estaban vinculados por relaciones de parentesco, controlando la tierra en forma comunitaria y rigiéndose por el principio de reciprocidad. La llegada de los españoles desató múltiples procesos entre los pueblos originarios que llevaron a un quiebre en sus tradiciones sociales, políticas, económicas y culturales. Es decir, el colonizador no sólo usurpó las ancestrales tierras de los pueblos indígenas sino que estableció un orden colonial que sometió la ancestral organización social andina, implementó la explotación del indio e instauró un modelo de producción basada en la servidumbre.

Esta realidad no cambió con el advenimiento de la república; más al contrario se profundizó y sembró de millones de pobres nuestro territorio.

En ese contexto, por primera vez, el Estado promulgó una ley que opuntala el desarrollo de una región secularmente marginada, dignifica a miles de seres humanos que habían sido condenados a la extrema pobreza y comienza a hacer justicia.

Por primera vez, el Estado boliviano promulgó una ley que opuntala el desarrollo de una región secularmente marginada, dignifica a miles de seres humanos que habían sido condenados a la extrema pobreza y comienza a hacer justicia.

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La Prensa: La Paz, bajo el caos

El humo de los gases lacrimógenos es penetrante y se siente a cuadras de distancia. Es difícil respirar. El caminar es toda una travesía.

Las calles del centro de la ciudad de La Paz han sido secuestradas, víctimas de intensas manifestaciones sociales. Por donde uno transita, existen tumultos de gente que detiene el tráfico de vehículos y personas. Se escuchan coros de ciudadanos, quienes, a feroces voces o gritos, exigen la restitución de derechos que consideran lesionados por parte del Estado. La Policía resguarda el ingreso a la plaza principal Pedro Domingo Murillo, se han colocado barricadas de acero en las esquinas de las principales vías y agentes de seguridad, fuertemente armados, resguardan éstas. Su equipo y presencia intimidan, pero esto no detiene a los marchistas. Los estallidos de petardos ?que se escuchan por doquier? son mínimos frente al estruendo de los cartuchos de dinamita, que explotan y dañan las aceras de la metrópoli. Se percibe temor e inseguridad. El nerviosismo es evidente en los rostros de las personas. Padres de familia toman fuertemente de las manos a sus hijos, quienes todavía en uniforme de colegio y con lágrimas en los ojos dan pasos agigantados para alejarse de lo que potencialmente podría causarles daño. Quienes son propietarios de tiendas o negocios, con celeridad, bajan las cortinas metálicas y se resguardan dentro de sus instalaciones. El humo de los gases lacrimógenos es penetrante y se siente a cuadras de distancia. Es difícil respirar. El caminar es toda una travesía. A lo lejos se escuchan sirenas, probablemente de ambulancias. Uno se pregunta si habrá heridos. Junto a los manifestantes, circulan rostros extraños de caras duras. Se trata de delincuentes juveniles que esperan la oportunidad para cometer un acto de vandalismo y aprovechar la conmoción social para sacar algún provecho.

Así se encuentra La Paz, a la merced del caos y las perturbaciones. Han sido ya tres largos días de paros, bloqueos y marchas. ¡La ciudadanía clama auxilio!

En esta oportunidad, la Central Obrera Boliviana (COB), la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y el magisterio se declararon en huelga general indefinida y exigen la renuncia de los titulares de las carteras de Trabajo, Salud y Economía y Finanzas Públicas. El origen de esta revuelta es, nuevamente, el Decreto Supremo 809, a través del cual el Poder Ejecutivo aprobó un incremento salarial del 10 por ciento para los profesionales y trabajadores del sector salud, personal docente y administrativo del magisterio fiscal, miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Boliviana. A consideración de estos sectores, el incremento es insuficiente y se exige que los salarios suban en un 30 por ciento.

¿Es posible solucionar este problema en las condiciones exigidas? ¿Un aumento en la remuneración de los trabajadores de esta magnitud podrá ser sostenido por el Tesoro General de la Nación? Los representantes de las distintas reparticiones del Gobierno han sido claros al señalar que un incremento en los sueldos superior al porcentaje aprobado por el Ejecutivo afectaría seriamente las finanzas del Estado. Dicho de otra manera, es inviable para la hacienda pública soportar un aumento de esta envergadura.

En consecuencia, los extremos de ambos actores, Gobierno y agrupaciones sociales, dificultan arribar a un acuerdo. ¿Quién cederá? ¿Podremos hablar de victorias o derrotas?

Muchos se preguntarán por qué el Estado, ahora propietario de la matriz energética y de los principales motores de la economía nacional, no puede proveer de mejores condiciones de vida y trabajo a los ciudadanos. Se nos dijo que en Bolivia existía desigualdad en la repartición de riquezas, debido a que durante los gobiernos neoliberales, las empresas transnacionales se llevaban al extranjero las utilidades de la explotación de los recursos naturales no renovables. ¿Dónde están estas utilidades ahora? ¿Será que la gestión de estos últimos años no ha sido la mejor? ¿Estamos peor o igual que antes? Preguntas difíciles de responder.

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El Diario: Un día de gloria plurinacional

El 31 de marzo pasado puede ser considerado como un día de gloria en vista de una serie de acontecimientos que se produjeron a lo largo y ancho de todo el país, desde Cobija hasta Villazón y desde Charaña hasta Puerto Suárez. Los sucesos brillaron por su originalidad y magnitud, haciendo un ramillete de notables características que revelan, además, el nivel de vida en que se encuentra el país. Los hechos fueron numerosos y de significación y si bien aisladamente tenían condiciones interesantes, en su conjunto y haciendo abstracción de detalles sin importancia, permiten obtener conclusiones lógicas no menos interesantes.

Ese magno día se registraron acontecimientos como los siguientes: 1) un senador del MAS propuso que se ponga en práctica la tortura como medio para combatir la delincuencia. 2) El presidente Evo Morales demandó en Tiquipaya no “satanizar” al Presidente venezolano, quien emulaba al Presidente de EEUU al hacer una gira por América del Sur. 3) En la Asamblea Plurinacional se denunció que por lo menos dos senadores masistas eran latifundistas del Beni, revelando que el partido antilatifundista gobernante tiene latifundistas.

Paralelamente a esas noticias, el presidente Sebastián Piñera se burló del Presidente boliviano en relación con la próxima demanda marítima ante La Haya. Enseguida, el mandatario boliviano calificó al chileno de “ignorante”. Otro tema preocupante fue que el Gobierno cambió de rumbo en relación con USAID, organismo norteamericano amenazado de ser expulsado del país, pero que en adelante sólo será sometido “a control”.

Otros hechos de esa fecha no fueron de menor importancia. Por ejemplo, el día anterior se denunció que en una operación antidroga se había apresado a una banda con 2 toneladas de cocaína (o sea dos mil kilos), pero al día siguiente el Ministerio de Gobierno rectificó la información y aseguró que sólo se trató de ¡tres kilos!, diferencia de 1997 kilos que dejó asombrada a la opinión pública. Siempre en torno a las drogas, ese día Bolivia y Brasil firmaron acuerdos para luchar contra el narcotráfico, repitiendo los mismos procedimientos represivos y atacando los efectos del problema, pero en ningún caso las causas.

Otros numerosos casos parecidos se registraron en esa oportunidad y no faltaron hechos sociales como la amenaza de otra huelga general del proletariado nacional con el objetivo de anular el decreto del aumento del 10 por ciento en los salarios y demandando por lo menos el 20 por ciento. A la par, en medios policiales se le recordó al presidente Evo Morales que ordenó al nuevo Comandante de la Policía que tiene tres meses para “limpiar” a su institución de las graves denuncias de corrupción, como en el caso del Gral. Sanabria, apresado con las manos en la masa al tratar de introducir a Estados Unidos 144 kilos de cocaína.

En forma general se puede concluir que las noticias de ese nivel de mínima cuantía, que a diario publican los medios de comunicación, revelan que la sociedad boliviana está dedicada a actividades sin mayor importancia o de significado negativo que más causan su desprestigio. No se producen noticias de importancia y significación. Así, haciendo generalización de todo ese conjunto de hechos se puede sacar la conclusión de que la sociedad estaría ingresando en estado de decadencia que es necesario revertir.

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El Mundo: Hermoso ejemplo

La situación que ha vivido el Japón en los últimos días, ha sido tan critica que se ha considerado como algo totalmente fuera de lo ordinario, los analistas no vacilaron en afirmar que fue algo solo comparable a lo sufrido por esa nación durante la Segunda Guerra Mundial que como se sabe, fue víctima de un experimento atómico sin precedentes.

Esta vez fue la naturaleza que con una serie de terremotos, con réplicas en varios casos más fuertes que el primero y los tsunamis que llegaron como consecuencia y que a pesar de los temores de que pudieran afectar a otros lugares del mundo, terminaron teniendo como víctima al mismo país.

A pesar de la gravedad de las situaciones anotadas, las mayores de todas resultaron los daños que esos fenómenos provocaron en tres plantas nucleares y en especial la de Fukushima que destaca por la magnitud de sus instalaciones y podía haber provocado un siniestro de mayores consecuencias que el ocurrido en la planta rusa de Chernóbil, cuyas consecuencias todavía hoy son evidentes.

Sin embargo, pese a los temores iníciales, debemos convenir en que los científicos japoneses llegaron a concebir la situación que se ha presentado, ejecutando las condiciones de seguridad tales que a pesar de la magnitud del siniestro, los resultados distan mucho de haber alcanzado la magnitud de lo que se temía; los daños hasta el presente y según los cálculos que realizan los especialistas, los temores de los medios de comunicación fueron mucho mayores de los que reviste la situación actual y que por la forma en que se ha encarado dista mucho de ser diferente.

Recordemos que en su momento hubo inclusive personas que tuvieron el valor de arriesgar su vida para garantizar la seguridad de los demás, en la certeza de que esa entrega iba a contar con el reconocimiento que efectivamente se le ha dado.

Creemos sinceramente que a pesar de la magnitud de los daños y de la cantidad de víctimas que ha ocasionado la situación en su conjunto, la capacidad de los entendidos que supieron tomar las previsiones, el valor de las personas que arriesgaron su vida para evitar consecuencias mayores y la educación de la ciudadanía han dado lugar a que el siniestro sea sobrellevado en condiciones que no dejan de ser un modelo para la humanidad.

La forma de pensar que hemos advertido en la situación actual debe movernos a reflexión, ya que en este momento el mundo atraviesa situaciones especiales que merecen un análisis más profundo; mientras algunos están dispuestos inclusive a entregar su vida para conseguir que los riesgos para los demás sean menores, hay otros lugares en el mundo en los que la intervención oficiosa de algunas naciones muestra que los intereses económicos están por encima del bienestar de las personas.

No puede negarse asimismo la presencia de gobernantes que en su enajenada creencia de que son procedentes de designios divinos, optan por encaramarse en el poder y asegurar que no lo dejarán por muchos años, así la voluntad de los ciudadanos y las normas creadas por ellos mismos digan lo contrario.

Los acontecimientos que comentamos nos muestran que a pesar de las condiciones adversas e inclusive el mal ejemplo que se pueda recibir de los demás, hay personas en el mundo dispuestas a seguir laborando en base a valores y principios que ennoblecen a los seres humanos y que se encuentran sumamente distantes de los apetitos y las ambiciones personales de quienes pretenden convertirse en conductores de la humanidad utilizando para ello el poder de la fuerza, por encima de los dictados de la razón.

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Opinión:

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Clarín, Argentina: Alivio transitorio de la presión fiscal

El aumento dispuesto para el mínimo no imponible, no sólo es un alivio transitorio a la presión fiscal sobre los salarios, sino que dará lugar a un aumento de esa forma de imposición.

El atraso en la actualización del mínimo no imponible y deducciones de los salarios incorporó a cientos de miles de asalariados a la nómina de contribuyentes de Ganancias. Obligado a ceder ante la presión sindical, el Gobierno dispuso un aumento del 20% en el mínimo y la devolución en cuotas de lo que los contribuyentes pagaron en los primeros meses del año. Sin embargo, en cuanto se produzcan los aumentos de salarios que comienzan a negociarse en la actualidad, y que tendrán la pauta del 24% acordada por la CGT y el Gobierno, el monto mínimo no imponible quedará nuevamente desactualizado y un grueso número de asalariados volverá a pagar Ganancias.

Más aún, si los aumentos de salarios recibidos son superiores al 20% de la actualización, al final del período la carga fiscal y el número de asalariados tributantes habrá aumentado en relación al año pasado.

A esto hay que sumar que quienes tengan un aumento del ingreso nominal menor que la inflación sufrirán también una caída de su ingreso real.

El Gobierno implementó, en suma, una medida de emergencia con el propósito de ocultar la realidad de la inflación, pero el efecto de la misma sobre los ingresos sigue operando, por lo que el tratamiento del problema de fondo tan sólo se pospone en función del calendario electoral.

El aumento del mínimo no imponible es un paliativo transitorio que se desactualizará con los futuros aumentos de sueldos. La presión impositiva sobre los salarios aumentará.

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