Puerto Gretter, “zona roja” de narcotráfico; matan a estudiante y pobladores vetan ingreso a policías y a militares

Narcotráfico. Según la Felcn en los montes de Yapacaní y de Bulo Bulo hay fábricas de cocaína

Página Siete / La Paz – 07/04/2011

Puerto Gretter, una “zona roja” de narcotráfico



Fiscalía y FELCN. La fiscal Jhosy Arauco coincidió con las autoridades antidroga que el sector de Puerto Gretter, Santa Cruz, es una “zona roja” donde se registra una fuerte actividad de narcotráfico.

En esa localidad falleció ayer un menor y cuatro jóvenes resultaron heridos por disparos de arma de fuego durante una emboscada a policías de Umopar cuando éstos realizaban una tarea de interdicción.

“Es imposible entrar a la zona, porque ni bien los ven a los uniformados lanzan petardos y abren fuego, entonces es una zona roja”, dijo Arauco.

El viceministro de Defensa _Social, Felipe Cáceres, indicó que no es la primera vez que efectivos policiales son emboscados “por malos vecinos de Yapacaní que quieren encubrir actividades de narcotráfico”.

Recordó que en 2007, un efectivo de Umopar murió por un disparo en esa zona, y que en otras ocasiones, hasta se destrozaban los vehículos de la fuerza antinarcóticos.

El director nacional de la FELCN, Gonzalo Quezada, confirmó que “el Puerto de Grettel tiene mucha actividad ilícita de narcotráfico donde hemos detectado fábricas de cocaína. Es un cruce obligatorio para los desvíos de hoja de coca, como también de precursores y sustancias químicas controladas”.

Umopar mata a estudiante y Gobierno anuncia castigos

Narcotráfico. Existen versiones contradictorias sobre este caso. Los policías denuncian una emboscada, mientras que testigos del hecho y los familiares aseguran que se trata de un error

image Adiós. Amigos y compañeros de colegio de Ricardo Cruz Martínez acudieron al velatorio para darle el último adiós

El Deber, C. Pena y Lillo. Yapacaní

Las circunstancias en que murió  Ricardo Cruz Martínez (16), un estudiante de Puerto Abaroa (Ichilo), se mantienen tras un manto de dudas. Los sobrevivientes del tiroteo, dos primos del fallecido y un transeúnte, aseguran que entre las 2:30 y 3:00 de ayer fueron sorprendidos por una ráfaga de disparos de los agentes de Umopar, mientras que los policías afirman que ellos tuvieron que huir de una emboscada y que hicieron uso de sus armas en defensa propia.

Precisamente para aclarar esta situación, el Gobierno ha decidido levantar una investigación y mientras tanto anunció que suspenderá a los policías que participaron en este hecho. Así lo manifestó la tarde de ayer el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres.

“Solo quiero justicia. Mi hijo no hizo nada, lo mataron”, decía entre llantos Lidia Martínez Ventura, madre de Ricardo. Ella cree que la muerte de su muchacho sucedió por una equivocación. Lo mismo piensa el padre, Alejandro Cruz Delgado, que dijo que su hijo había ido a pescar al río Ichilo.

Doña Lidia contó que el cuerpo de su hijo se quedó en el vehículo que fue baleado, desde las 3:00 hasta cerca de las 10:00 de ayer. “Llamamos a la Policía y nunca aparecieron”, se quejó la madre.

De acuerdo con el testimonio de Richard Flores Martínez (15), primo de Ricardo y que estaba junto a él durante el incidente, ellos estaban yendo a pescar en una vagoneta Toyota Hilux, color plateado, sin placa. Cuando llegaron al cruce de Puerto Grether fueron sorprendidos por una vagoneta que los interceptó y no les permitió continuar su recorrido. “Cuando quisimos evadir ese vehículo, nos empezaron a disparar. Le dije a ‘Guichi’ (chofer del motorizado) que retroceda y que nos vayamos del lugar”, recuerda el adolescente, que de pronto vio cómo Ricardo, su primo, se desplomaba en su costado y su hermano, Elías  (18), gritaba por el dolor de haber recibido tres disparos en el glúteo. “No sabía lo que pasaba, estaba oscuro solo se escuchaban los disparos”, añadió Richard en el patio del hospital de Yapacaní, donde fue curado.

Guillermo, conductor del motorizado, no apareció ayer, solo se sabe que tiene una herida leve en la cabeza. El rodado que este manejaba tiene al menos 11 impactos de bala. Uno ingresó por el parabrisas delantero y los otros 10 están en la parte trasera de la vagoneta.

En el hospital de Yapacaní hay un tercer herido, que se identificó ante los periodistas como Jorge Vargas Vaca. Tiene una herida en la cabeza, producto del raspón de un proyectil, que, según dijo, le llegó cuando curioseaba por el lugar. Sin embargo, Johnny Vargas Villarroel, el médico que lo atendió, dijo que se llama Dery Arancibia Morón (29)

Sobre el tema, el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Gonzalo Quezada, informó  de que el incidente ocurrió cuando una patrulla de Umopar concluía su trabajo de interdicción en Puerto Gretther, a 15 km de Bulo Bulo, y fue interceptada por siete vehículos que transportaban a varias personas, que alertaron y llamaron a más pobladores.

Quezada dijo que los policías fueron cercados y que la situación se tornó violenta, por lo que los efectivos tuvieron que salir de la zona en medio de explosiones de petardos y disparos de armas de fuego. Incluso en la rueda de prensa se mostró la fotografía de un vehículo policial con supuestos impactos de bala. 

Policías de Montero y de Santa Cruz investigan en el lugar cómo ocurrieron los hechos. Se hizo la prueba del guantelete al fallecido, para confirmar o descartar la versión de que él y sus amigos portaban armas de fuego e hicieron uso de ellas, provocando la reacción de los agentes de Umopar.

   Víctimas  

– Grave. Elías Flores Martínez (18) tiene tres heridas de bala con  orificio de ingreso a la altura del glúteo derecho, sin orificio de salida. Los dos proyectiles se alojaron en la zona de la cadera y el tercero destruyó parte de sus intestinos. Está en terapia intensiva.

– Leve. Richard Flores Martínez (15), tiene un raspón de bala en el glúteo izquierdo, que le provocó daño superficial. A Dery Arancibia Morón o Jorge Vargas Vaca, nombres que dio esta persona internada en el hospital de Yapacaní, un disparo le rozó la cabeza y le provocó una herida superficial de unos cuatro cm. Está estable.

– Fallecido. Ricardo Cruz Martínez (16), murió de un balazo en la cabeza. El proyectil, calibre 5,56, ingresó por la frente y salió por la nuca. 

Ricardo Cruz cursaba el 2do. de secundaria

Ricardo Cruz Martínez, de 16 años, era el menor de cuatro hijos de los esposos Lidia Martínez Ventura y Alejandro Cruz Delgado. Estudiaba en la unidad educativa Santa Cruz de la Sierra, de Puerto Abaroa, en el segundo de secundaria.

A decir de sus padres, era un muchacho tranquilo, estudioso y ayudaba en la casa. “De vez en cuando se iba a pescar con sus primos o sus amigos, pero nunca estuvo metido en problemas”, contó su padre, que tiene un problema en la pierna izquierda, que le dificulta hacer trabajos pesados.

La mamá de Ricardo se lamentaba y pedía que la muerte de su “chiquito”, como ella lo llamaba, se aclare.

Al final de la tarde de ayer, en la casa de la familia Cruz, se veló el cuerpo del muchacho. Compañeros de curso y alumnos del colegio acudieron al velatorio.  Posiblemente sus restos sean enterrados hoy. 

En la zona vetan ingreso a policías y a militares

Narcotráfico. Según la Felcn en los montes de Yapacaní y de Bulo Bulo hay fábricas de cocaína

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Control. Los agentes de Umopar inspeccionan con canes los vehículos en Bulo Bulo en busca de estupefacientes

El Deber, Berthy Vaca Justiniano

En el municipio de Yapacaní (provincia Ichilo de Santa Cruz), donde la madrugada de ayer hubo un muerto y varios heridos tras un incidente entre efectivos de Umopar y campesinos, los habitantes de la zona decidieron vetar la entrada a policías y militares, que con frecuencia realizan operativos ante la sospecha de que existe una alta producción de cocaína.

Gonzalo Quezada, director nacional de la Felcn, manifestó ayer al mediodía en La Paz, que en los montes de Yapacaní y en Bulo Bulo (Cochabamba) hay  muchas fábricas ocultas de cocaína e incluso se tiene información sobre la existencia de un gran laboratorio de refinación de dicho alcaloide.

Quezada explicó que en varias ocasiones habitantes de algunas poblaciones se tomaron la libertad de impedir el ingreso de los agentes de Umopar a ciertos lugares donde se cree que hay factorías de droga.

Miguel Cardozo, comandante de la Policía de Yapacaní, refrendó lo dicho por Quezada, al indicar: “El problema de ayer se veía venir, incluso hace días informé a mis superiores de que algo se estaba tramando en esa zona de Choré y San Germán, donde ni el Ejército tiene acceso libre, puesto que hace unas tres semanas varios campesinos emboscaron a los militares y les quitaron un arma. Uno puede entrar a esas poblaciones, pero de inmediato se alertan entre ellos con cohetes y le ‘llueven’ a uno como hormigas, lo rodean y no lo dejan actuar. Si usted es periodista, le quitan las cámaras y grabadoras”, dijo Cardozo.

A la desconfianza de los jefes policiales se suma el desplome recientes de aeronaves en la zona. El lunes, una avioneta no identificada se precipitó a tierra cerca de la población de Ayacucho (provincia Ichilo) a 37 kilómetros de San Juan. Los ocupantes quemaron la nave, al parecer, para no dejar rastros de la ilícita actividad.

El 8 de febrero de este año, otra aeronave con doble matrícula, sufrió un accidente en la localidad de Faja Norte, a nueve kilómetros de Yapacaní, cuando intentó despegar con un cargamento de cocaína. No hubo víctimas ni detenidos.

Pobladores denuncian el uso de excesiva violencia

Pobladores de Yapacaní y de zonas aledañas coinciden en señalar que por la zona hay movimientos extraños de personas ajenas al lugar, presuntamente vinculadas al narcotráfico. Sin embargo, también indican que la violencia con la que actúan los policías no es correcta.

Francisco Cáceres Felipe, que vive en el ingreso a Puerto Grether, dijo que está decidido a irse, porque sus hijos están traumatizados por los constantes enfrentamientos y operativos que hace Umopar. “Cuando escuchan petardos o disparos, lloran y no saben dónde esconderse”, contó, mientras mostraba los orificios de disparos en el techo de calamina de su casa.

Algo similar contó Ángel Butrón, dueño de un camión Nissan, color blanco, con placa de control 1018 PIH, que recibió al menos 9 disparos. El rodado estaba estacionado cerca al lugar de la balacera de ayer.

Un muerto y 4 heridos de bala en confuso suceso con Umopar

Siete policías han sido suspendidos y aseguran que fueron emboscados por defensores de un pez gordo del narcotráfico. Los pobladores dicen que confundieron a pescadores con “narcos”

Por: Santa Cruz/redacción OPINIÓN

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A las 02:45 de la madrugada el adolescente Ricardo Cruz Martínez (16), recibió un tiro en la frente y perdió la vida en Puerto Gretel, a 182 kilómetros de Santa Cruz. Sus primos, Elías Flores Martínez (18), Richard Flores Espinoza (15) y un poblador del sector llamado Dery Arancibia Martínez (29), también fueron heridos de bala. Los proyectiles fueron disparados por policías de una patrulla de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) de Cochabamba en un confuso episodio que tiene dos versiones totalmente diferentes.

Según los jóvenes sobrevivientes, ellos se dirigían al río Ichilo (cerca del lugar de los hechos) para recoger los peces que habían en las redes que dejaron armadas antes en el río. Iban en una Toyota Runner cuando desde una camioneta estacionada en un paraje oscuro les dispararon. “No hicimos nada, no supimos porqué disparaban, mi primo cayó muerto a mi lado, nos confundieron, se equivocaron”, contó en el hospital de Yapacaní. Al enterarse de lo ocurrido, los pobladores de Puerto Gretel aseguran que salieron en defensa de los jóvenes y admiten que cercaron a dos patrullas de Umopar en el kilómetro 50, pero para evitar que huyan tras cometer el delito.

EMBOSCADA. El comandante de Umopar Cochabamba, Pastor Orellana, dijo a OPINIÓN que una patrulla que estaba estacionada en el cruce de Gretel fue emboscada por unos 150 pobladores y siete vehículos de localidades como San Germán y Horizontes, que apoyan las actividades del narcotráfico.

“No la dejaban pasar y la patrulla pidió refuerzos, intentaron avanzar usando agentes químicos pero en respuesta recibió disparos, nuestro vehículo tiene tres impactos de bala, en la puerta y cerca del conductor, los policías tuvieron que disparar en defensa propia y los persiguieron hasta Bulo Bulo, ellos supusieron que habíamos descubierto un cargamento de droga; y aunque por la zona hay una sola casita había gente de zonas alejadas en apronte, en este sector de cada diez personas ocho se dedican a actividades de narcotráfico”, dijo Pastor Orellana.

Esta versión fue respaldada por el Viceministro de Defensa Social Felipe Cáceres. Incluso se habló de un “pez gordo” del narcotráfico al que algunos pobladores de Puerto Gretel y de zonas aledañas trataron de proteger de los policías de Umopar. La Fiscalía anunció que investigará la muerte del menor de edad y que siete policías fueron suspendidos en tanto culmine el proceso. Alejandro Cruz, padre de la víctima, dijo que su hijo cursaba el segundo de secundaria en la localidad de Avaroa y que noche antes le había pedido permiso para ir a pescar al río con sus primos. La portera del colegio “Santa Cruz” dijo que recogieron 24 casquillos de bala disparados por los policías y pidió justicia para el estudiante.