Una “carta” ilustrativa

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Se puede prever que no serán pocas las sorpresas que depare esta Carta a quienes se identifican con los extremos en esta sociedad polarizada, sean o no católicos

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Perú: La otra mitad

  2. El Día: El síndrome de Fukushima

  3. El Día: Tuvimos que esperar que nos maten a Noel Kempff …

  4. El Día: Bolítica

  5. El Día: Los ‘héroes’ del 16 de abril

  6. El Día: Cumbre sobre la seguridad

  7. Los Tiempos: UNA “CARTA” ILUSTRATIVA

  8. El Deber: Políticas de comunicación

  9. Cambio: Encuentro de la crema liberal

  10. La Prensa: Una Carta ilustrativa

  11. El Diario: ¿Entrenamientos mejores que los que daba la DEA?

  12. El Mundo: Distensión

  13. Clarín, Argentina: Ocho años más para el Riachuelo




El Día: Perú: La otra mitad

Las recientes elecciones peruanas produjeron los resultados que muchos habían temido. En un momento de estabilidad política y auge económico sin precedentes en el Perú, los votantes han optado por dos candidatos con credenciales autoritarias que ahora se enfrentarán en la segunda vuelta.

El primero, el gran ganador, con más del 31 por ciento de los votos es Ollanta Humala, un ex teniente coronel nacionalista que hasta hace poco mantenía una estrecha relación con Venezuela, aunque ahora afirma que admira el modelo de “Lula”, refiriéndose al ex Presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que combinó la economía de mercado con cuantiosos programas sociales y respetó los límites de su mandato. La otra, con el 23 por ciento de los votos, es Keiko Fujimori, hija y estrecha colaboradora del ex dictador Alberto Fujimori, actualmente en prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción.

Casi la mitad del país votó a favor de candidatos que representan a la democracia de mercado bajo la cual el país ha prosperado considerablemente. Pero estos candidatos fragmentaron el voto de millones de peruanos que quieren mantener y ampliar el modelo actual y se neutralizaron mutuamente.

Uno no puede minusvalorar alegremente que la otra mitad de Perú —la única que estará representada en la segunda vuelta— tiene muy poco entusiasmo por la democracia liberal y considera que la economía de mercado está sesgada en contra de ella. Latinobarómetro, una respetada organización que lleva a cabo sondeos de opinión en todo el continente, reveló hace unos días que el 52 por ciento de los peruanos está a favor de un régimen dictatorial. El resultado coincide con la suma total del voto que se repartieron Humala y Fujimori.

Las razones por las que tantas personas están enojadas no son difíciles de determinar: los grandes bolsones de pobreza donde los beneficios del “boom” aún no han tenido gran impacto; la contradicción entre una economía que ha reducido la pobreza a un tercio de la población y el hecho que uno de cada tres ciudadanos no tiene acceso directo al agua potable y el sistema judicial es percibido como profundamente corrupto; y la inseguridad que prevalece en un país donde una de cada tres personas ha sido víctima de algún tipo de delito o crimen.

Aún así, los progresos alcanzados en la última década van mucho más allá de una pequeña élite. En términos políticos, estamos hablando de la diferencia entre el día y la noche. La libertad de expresión, la libertad de asociación, el derecho de hábeas corpus, los comicios libres y la condena a los violadores de derechos humanos dan fe de ello. En lo económico, el logro también es notable: sólo en los últimos cinco años, el Perú ha saltado 24 posiciones en el Indice de Desarrollo Humano de la ONU. La cuestión en estas elecciones, entonces, no era si los peruanos deben reemplazar el sistema con el populismo autoritario, sino cómo corregir sus graves deficiencias y ampliar las oportunidades sin poner en peligro lo que está bien. La división de las fuerzas más razonables en tres candidaturas que se destruyeron mutuamente hizo que la segunda ronda se convirtiera, no en un diálogo entre las dos grandes tendencias de la sociedad peruana, sino en una potencial batalla campal entre dos fuerzas que recelan de la modernidad ya sea en sus aspectos políticos o económicos.

Aunque Fujimori contará con el apoyo del “establishment” peruano ante el temor de que Humala pueda convertirse en otro Chávez, es más probable que el ex soldado se haga con el triunfo. Tiene más votos en este momento y una mayor presencia nacional y, con la ayuda de asesores de Brasil, ha construido una imagen de sí mismo que es más moderada de lo que era hace cinco años, cuando también compitió en las elecciones.

Si Humala llega a ganar, ¿será otro Chávez o seguirá el modelo de Lula? La respuesta no dependerá de instituciones fuertes capaces de frenar los excesos de un emulador de Chávez sino de Humala y sólo de él. Si decide seguir adelante con sus planes de modificar la Constitución y, ante la resistencia del actual Congreso, convoca a elecciones para una nueva asamblea constituyente, la oposición sencillamente será barrida. Y entonces el cielo, como dicen, será el límite.

Sin embargo, existe la posibilidad, si gana, de que se contente con la preservación del sistema democrático, evite las nacionalizaciones y se embarque en el populismo con la cantidad colosal de reservas que el Perú ha acumulado en los últimos años. Un resultado que probablemente afectará el crecimiento en algún momento y retardará el progreso que el país está  experimentando actualmente, pero que no conducirá a una dictadura ideológica.
Eso, en la situación actual del Perú y en vista de la alternativa posible, sería casi una bendición.

(c) 2011, The Washington Post Writers Group
 

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El Día: El síndrome de Fukushima

El gasolinazo del 26 de diciembre último fue un tsunami político para Evo Morales. Aunque las aguas del gasolinazo recularon, algo se quebró en el núcleo central del gobierno del MAS. Desde entonces sus responsables  han contraído  el “síndrome de Fukushima”, enfermedad que se caracteriza por la cadena de desastres que acompañan la tarea de reparar los daños provocados por el tsunami.

La primera falla fue la explosión del reactor No. 1, el de los precios de canasta familiar;  un estallido apenas atenuado por la humareda de la contaminación inflacionaria  medida por el INE. El azúcar  se fue a las nubes, obligando a operaciones desesperadas como traerlo en avión desde Colombia y venderlo a granel (a “manel”, en realidad) en plazas y parques, mientras heroicos kamikazes de EMAPA intentaban apagar el fuego de la furia popular.

A su vez el tan cuestionado reactor dos, llamado “del narco”, tuvo una implosión sin precedentes  a causa de la captura de un bien ubicado narcogeneral, para vergüenza de su institución y de sus cínicos padrinos. La emergencia obligó a pedir la cooperación de expertos del imperio, por mediación del subimperio limítrofe, preocupado por la contaminación que cruzaba impunemente sus fronteras.

Como si no bastara, aparece un videosoborno del reactor No. 3, el del “viejo terrorismo”; un escándalo que estaría siendo atenuado no por mérito de la tecnología, sino por chicaneras argucias legales.  Controlado bien o mal el reactor uno y enfriados momentáneamente el dos y el tres,  entró en emergencia el reactor No. 4, el cual, calentando corazones, logró desplazar los problemas anteriores. De ese modo, con urgencia y dispensación de trámite, se llegó a aprobar una estrategia (Pacto de Bogotá y las islas “olvidadas”) que resulta, al final del día, perfectamente inútil para los fines buscados, mientras se sigue bombeando agua del Silala hacia el mar. Eventualmente, se tuvo que acudir a los conocimientos especializados de anteriores presidentes a los cuales, horas antes, se los quería escarmentar como presidiarios.

De todos modos, ese reactor atrajo la atención de la prensa por un corto tiempo, hasta que entró en crisis el reactor social, el cual dejó escapar la presión violenta y radical de los trabajadores al mando de una COB resucitada. A punta de dinamitazos, ese reactor se quebró y sigue contaminando el aire y las calles de la sede de Gobierno, recreando los “cercos” que inspiraron a un analista político una obra de teatro.

Como los males nunca llegan solos, el reactor seis, cuyos números habían sido celosamente ocultados durante los últimos cinco años por el máximo engendro energético del país, se reactivó manifestando la verdadera magnitud de las reservas energéticas del país y la triste realidad de pasar de ser segundos a penúltimos en el ranking gasífero regional.

Este último incendio está lejos de ser apagado y sus efectos fatales, opinan los expertos, se manifestarán dentro de 10 años, si no se encuentra una cura a la merma de reservas y se sigue rechazando la alianza con empresas que tal vez tienen esa respuesta y los medios para ponerla en práctica. En fin, en las actuales circunstancias, sólo cabe esperar que no se produzca un nuevo tsunami.

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El Día: Tuvimos que esperar que nos maten a Noel Kempff …

F ue un 5 de septiembre de 1986. Lo recuerdo bien porque ese año me estrenaba como periodista cuando de un momento a otro nos informaron que habían asesinado al profesor Noel Kempff Mercado en la serranía de Huanchaca, en la provincia Velasco , frontera con el Brasil.

El científico, fundador del Zoológico Municipal, del Jardín Botánico, trataba de descubrir nuevas especies de flora y fauna en un parque cuando balas asesinas acabaron con su vida. Pero lo que sucedió después fue lo que estremeció a Bolivia y particularmente a Santa Cruz: los criminales eran guardaespaldas de un gigantesco laboratorio de cocaína.
A partir de ese momento, la sociedad, que era permisiva con los narcotraficantes, empezó a darles la espalda y dejó de ser orgullo tener amistad con ellos.

Y hubo una transformación profunda en la sociedad, una conversión de valores hacia el rescate del trabajo tesonero, de los valores que tradicionalmente hemos tenido los cruceños, pero que al ser contaminados por mafias extranjeras, nos hacen cambiar.

Por qué hemos querido recordar esta historia. Por que estamos viviendo una situación similar en Santa Cruz y en toda Bolivia, pero esta vez no son sólo los traficantes de droga, es todo en su conjunto: la inseguridad ciudadana que en esta semana ha estado a punto de llevarse nada menos que al propio gobernador Rubén Costas.

Es que el hecho tiene que provocarnos un sacudón profundo, considerando que en Santa Cruz en los últimos tres años se han registrado por lo menos 50 ajustes de cuentas vinculadas con el narcotráfico.

Ya para nadie es novedad que aparezcan descuartizados, avionetas calcinadas o enfrentamientos a plena luz del día, de los delincuentes de alto vuelo y también de los otros que hasta por robar un celular no les importa quitar la vida.

El Presidente de los bolivianos ha convocado a una cumbre por la seguridad en la que estén presentes gobernadores, alcaldes y expertos en el tema y en Santa Cruz les han tomado la palabra.

Pretenden que el encuentro sea este martes, y por favor, debemos tomar este tema en serio porque decir que dentro de poco, en el caso de Santa Cruz, nos vamos a parecer a Ciudad Juárez de México, no es una exageración, porque ya estamos en ese camino.

Por eso esperamos que se elabore un verdadero plan que suba después a esferas nacionales y pueda concretarse.

Y espero que aquí en Santa Cruz el tema no acabe con una batida a los llamados ‘hombres topo’ del segundo anillo y zona Urbarí o el desalojo de algunos borrachines de las chicherías o el otro gran anuncio clásico: ‘vamos a abrir la Granja de Espejos’ , y por ahí tal vez sacar algunas semanas a los militares a patrullar hasta que la gente se olvide del caso.

Según las últimas encuestas de Ipsos Captura Consulting el 65% de los bolivianos ha señalado que la principal preocupación que tienen es la inseguridad.

Por eso es que necesitamos planes eficaces, autoridades eficaces y ciudadanos eficaces capaces de tomar el toro por las astas y hacer algo para frenar esta  ola delictiva que cada día que pasa nos hace vivir con el Jesús en la boca…

* Abogado y periodista
[email protected]

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El Día: Bolítica

"Son leyes que tenemos pero hay que desechar porque fueron hechas con el modelo neoliberal hay que eliminarlas y suplantarlas con nuevas leyes. El 21060 va plagado con todas esas leyes que también tendríamos que eliminarlas".

Edwin Tupa
Diputado del MAS


Se dice que: El 1 de Mayo el Gobierno pretende aprovechar para ponerle el epitafio al 21060, aunque desde la oposición cuestiona que en términos económicos siempre ha funcionado hasta más dogmático que los neoliberales.


"Me extraña que un Gobierno que se dice que gobierna con el pueblo y que está con el pueblo, no haya tomado (hasta ahora) las medidas necesarias para hacer realidad la abrogación (de este Decreto, 21060)".

Jesús juárez
Obispo de El Alto

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El Día: Los ‘héroes’ del 16 de abril

La Policía no debería prestarse al juego del Gobierno en el caso Rózsa, pues podría tratarse de una trampa. El Ministerio que conduce Sacha Llorentty acaba de condecorar como héroes a los miembros de la UTARC, la unidad que participó en la masacre del hotel Las Américas del 16 de abril de 2009, en la que murieron ejecutados tres ciudadanos europeos. El régimen de Evo Morales busca cómo sumar actores a este show perpetrado por los servicios de inteligencia gubernamentales, que hasta ahora no ha hecho más que sembrar dudas y sumar sospechosos dentro del mismo Estado Plurinacional, comenzando por el presidente Morales, quien admitió públicamente que fue él quien dio la orden de tirar a matar aquella fatídica madrugada. El juicio que se ventila en Cochabamba no es más que una pantomima en la que el bufón número uno, el fiscal Marcelo Soza, está haciendo el ridículo con pruebas inventadas un sinfín de evidencias ignoradas a propósito, para tratar de esconder el papel que cumplieron sujetos como Clavijo y Núñez del Prado, funcionarios del Ministerio de Gobierno. El verdadero proceso judicial en torno a este caso se llevará a cabo algún día pero será en estrados judiciales internacionales. A la Policía le conviene aclarar las cosas antes de aceptar presentes griegos como el que le acaban de otorgar.
 

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El Día: Cumbre sobre la seguridad

Una de las facetas más dramáticas de la inseguridad ciudadana se ha puesto de manifiesto hace pocos días en Santa Cruz, y la ha vivido en carne propia el gobernador Costas. El saldo ha sido una pareja de funcionarios de una aseguradora despojados del dinero de su empresa por un par de delincuentes, y la primera autoridad del departamento herida en la cabeza por disparos de arma de fuego efectuados por los asaltantes, que mostraron lo que le puede pasar a una persona que intenta evitar se consuma un delito. El suceso ha conmocionado a la ciudadanía y ha alertado a las autoridades locales y nacionales sobre la imperiosa necesidad de enfrentar el problema.

Los medios de comunicación han registrado cómo el hecho delictivo ha movilizado a la Policía iniciando la inmediata búsqueda de los delincuentes agresores, lo que no habría ocurrido si la víctima hubiera sido un ciudadano común. También se ha dado cobertura a la sorpresiva visita del presidente Morales, quien no sólo ha querido dejar en claro su preocupación por la salud del opositor gobernador cruceño, sino también despejar dudas acerca de móviles políticos en el asunto. En la ocasión, se ha lanzado la propuesta de una cumbre sobre la seguridad ciudadana, la que se ha recibido con beneplácito, en el entendido que se puede obviar cualquier diferencia ideológica en aras de esta tarea.
 
Sin embargo, la realización de una cumbre sobre la seguridad ciudadana requiere no sólo de un camino libre de impedimentos e imposiciones partidarias, sino de una visión común y amplia sobre lo que se considera la punta del témpano de un problema global que afecta al conjunto de la colectividad boliviana y con particular énfasis a la cruceña. La delincuencia y la violencia son efectos de múltiples variables socioeconómicas, entre las que destaca la pobreza y la inequidad que se hace evidente en una sociedad donde autoridades y ciudadanía van por su lado. También cuando los recursos humanos y logísticos son insuficientes, como ocurre con la Policía boliviana. Y todavía hay más.
 
No sólo hace falta una auténtica aplicación de la autonomía en todos sus niveles, lo que implica redoblar esfuerzos por poner en práctica lo que ya está en el papel. Este es un punto crucial, porque hasta ahora se ha avanzado muy poco y todo indica que lo que viene será a marchas forzadas. Se ha insistido en la necesidad de contar con una Policía propia en Santa Cruz con reconocimiento de la autoridad de la Gobernación. Ese es un auténtico nudo gordiano sobre el que habrá disensos, sin duda. Por otra parte, se hace preciso viabilizar canales de coordinación eficaces entre autoridades departamentales y nacionales, de modo que actividades y planes sugeridos se cumplan como corresponde.
 
Existe la posibilidad que todo quede como simple espectáculo mediático donde el Gobierno actúa como paladín de la lucha contra la delincuencia. Sin embargo, Santa Cruz debe insistir para que se establezcan políticas de prevención y de represión al delito con la participación activa de municipios y operadores de la Justicia y Policía, para que la administración de justicia, el equipamiento de la Policía y la Fiscalía no queden como saludo a la bandera. Por ello, la cumbre propuesta debe encontrar a la Gobernación cruceña provista de argumentos sólidos, con la ley en la mano y la palabra del Presidente como referencia, para asumir responsabilidad en la seguridad ciudadana.

Santa Cruz debe insistir en políticas de prevención y represión al delito con la participación activa de municipios y operadores de la Justicia y Policía para que no quede todo como un saludo a la bandera.

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Los Tiempos: UNA “CARTA” ILUSTRATIVA

Se puede prever que no serán pocas las sorpresas que depare esta Carta a quienes se identifican con los extremos en esta sociedad polarizada, sean o no católicos

Los Obispos del país han presentado "Los católicos de hoy: presencia de esperanza y compromiso", una nueva Carta Pastoral dirigida "a los miembros del Pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad en Bolivia, para avivar la esperanza y alentar el compromiso de todos en la transformación de la realidad actual de nuestro país, que, junto a los logros alcanzados, se ve todavía marcada por la ambigüedad de los procesos sociales, la banalización de los valores humanos y la subestima de la dimensión religiosa o trascendente de la vida, que generan división, confusión y frustración en las personas y los pueblos".

Este documento se encuentra en la línea de las dos cartas pastorales anteriores, relativas a la Tierra y el Agua a la hora de atender ambos factores. Y se puede prever que será ese mismo tipo de orientación el que dará esta Carta, en la que se realiza un riguroso análisis de la Iglesia y la realidad nacional, y se ofrece orientaciones sobre las fortalezas y debilidades del proceso de cambio que vive el país.

Es decir, se analiza este proceso desde la realidad concreta a través de lo que se hace (o no se hace) en rubros como la inclusión cultural y la riqueza de la diversidad en la construcción de un país con identidad y destino, evitando nuevas exclusiones e injusticias en un mundo globalizado; la marcha de la economía y el peligro de depender casi exclusivamente de la minería y los hidrocarburos; la persistencia de la pobreza; la inseguridad alimentaria; los problemas que genera la economía de la coca y el narcotráfico; la ausencia de la independencia de los poderes; la justicia comunitaria; la política; la educación; el control social y la administración del Estado. A ello se suma, también, una mirada autocrítica de la Iglesia y la relación entre Iglesia y Estado.

Se destaca, también, que una condición para seguir avanzando es ver que lo que se vive es un proceso histórico, que es continuación de otros y que mañana sobrevendrán nuevos. Es decir, critica las corrientes que consideran que el país ha sido fundado hace cinco años, así como a las que buscan un destino autoritario tratando de imponer culturas o ideologías como verdades absolutas.

Lo señalado da cuenta -aunque en forma incompleta- de la complejidad de esta Carta Pastoral que difunde el pensamiento de la Iglesia sobre el tiempo que estamos viviendo, tiempo que considera lleno de riqueza, pero que muestra profundos peligros para la pacífica convivencia si no se adoptan correctivos dirigidos a preservar la libertad. Por eso esta Carta "quiere ser la respuesta y el servicio que como pastores debemos a la Iglesia en Bolivia, ante el pedido de muchos cristianos deseosos de aportar, con responsabilidad, a los procesos de construcción del bien común, de la justicia y la paz".

Desde otro enfoque, en temas como unión entre personas del mismo sexo y las políticas de control de natalidad, la Carta mantiene la posición tradicional, y de acuerdo a algunos entendidos, llama la atención la ninguna referencia al papel de los medios de comunicación en la realidad actual, tema de alta y polémica vigencia.

Finalmente, se puede prever que no serán pocas las sorpresas que depare esta Carta a quienes se identifican con los extremos en esta sociedad polarizada, sean o no católicos. En su tradicional método, los obispos anuncian, denuncian y proponen…

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El Deber: Políticas de comunicación

La creación del Ministerio de Comunicación, con dos viceministerios, varios directores y decenas de empleados, parecía una buena idea, pero las primeras señales no presagian nada bueno.

Lamentablemente, desde que el periodista Iván Canelas fue ascendido de vocero presidencial a ministro, las cosas no han mejorado en la proporción en que aumentaron los gastos.

Las ceremonias de posesión de los nuevos funcionarios, que juran con el puño en alto, dejaron abierta la sospecha de que estaba comenzando una época en que la comunicación del Gobierno iba a ser tomada en serio. Pero todo pareció reducirse a ademanes y golpes de efecto inmediato.

Lo notorio es que, para comenzar, los mensajes que produce el Gobierno siguen siendo desconectados unos de otros y sin una necesaria coordinación.

La existencia de un Ministerio de Comunicación era algo necesario, sobre todo por los muchos casos de incoherencia que se han dado desde la casona de la plaza Murillo. Lo que correspondía era elaborar una estrategia de comunicación y diseñar toda una política de comunicación.

Quien maneje este instrumento deberá convencer a todo el Ejecutivo de que es preciso dar coherencia a lo que se dice en nombre del Gobierno, canalizando los mensajes a través de ese conducto. Esa tarea es imprescindible.

La incoherencia de los mensajes gubernamentales se presenta incluso en estos días de crisis, cuando los trabajadores marchan en las calles de La Paz exigiendo un incremento salarial mayor al ofrecido por las autoridades.

En medio de esa crisis, la senadora Gabriela Montaño, del partido de gobierno, se presenta en un canal de TV y dice que los asalariados “son una minoría” y que no deberían hacer tanto escándalo sobre sus ingresos.

Y algunos funcionarios y simpatizantes del oficialismo anuncian la movilización de grupos de choque para combatir a los trabajadores en las calles de La Paz.

Por último, el propio ministro Canelas dice a los medios que el presidente Morales no recibirá a los dirigentes sindicales, porque sobre el tema salarial todo está dicho, aunque luego se da una, infructuosa, reunión de 18 horas.

Un ministro de Comunicación que cuente con el respaldo del primer mandatario y que sepa de qué se trata la materia, tendría que pedir a los funcionarios del Gobierno que coordinen entre ellos, y con él como eje, todo lo que vayan a decir.

El ministro debería, como se ha dicho líneas arriba, tener el monopolio de la comunicación y ejercer ese derecho imponiendo una política de coordinación y mejor si también fuera de coherencia.

La propaganda tan intensa que hace el Gobierno –se ha visto ahora- no acompaña a este tipo de campañas. Se trata de una campaña desconectada de la realidad de todos los días y dirigida a difundir mensajes similares a los que se preparan en procesos electorales.

En este momento, los bolivianos no saben por qué quiere el Gobierno del MAS hacer los cambios que rechazan los trabajadores de la CNS.

En fin, se necesita una política de comunicación o de coordinación, más que un Ministerio de Comunicación. Lo importante no es la burocracia sino la función.

A los tumbos en la brigada y en la asamblea

Marcelo Rivero

Cuando la consigna tendría que ser unirse para derrotar al rival oficialista que quiere gobernar el país aunque sea a los ponchazos y hasta el fin de los siglos, los legisladores opositores integrantes de la Brigada Parlamentaria Cruceña, que son mayoría en Santa Cruz, desde un principio estuvieron en peleas y la coronaron sirviendo en bandeja al masismo la conducción de dicha entidad regional. Claro que esta brigada ni en tiempos en que usufructuaba del poder servía para nada, a no ser para proyectar unas cuantas leyes como ‘regalo’ con motivo de la gesta patriótica regional, pero por intrascendentes -de ahí que las aprobaban en La Paz por unanimidad y con aplausos- surtieron poco o ningún efecto

Para lo que sirvió y sirve la brigada es para reunirse sin resultados positivos, para enredarse en discusiones estériles, para hacer declaraciones altisonantes o enrevesadas, para el pleito político y las rencillas personales, como acaba de confirmarse aunque esta vez para que el masismo brote más pecho y alardee de su poder, justo en momentos en que el pueblo lo tiene acorralado porque el desgobierno y la crisis son francamente inaguantables. Seguro que seguirá siendo buena para estos menesteres, porque no tiene otros, nunca o casi nunca fue capaz de ingeniárselas para hacer cosas verdaderamente beneficiosas para la colectividad, tanto así que en los barrios, como se publicó hace unos días en EL DEBER, los vecinos no conocen ni la sombra de sus ‘representantes’, menos las tareas que cumplen.

Me atrevería a decir que más bien está resultando perjudicial el funcionamiento de la tal brigada, sobre todo en lo que respecta a sus funcionarios. Es que cada vez que hay renovación de la directiva se produce remoción del personal, al que no se lo respeta porque primero está el compadraje y la afinidad partidaria, como está ocurriendo en los momentos actuales. En efecto los masistas, para dar pega a sus adherentes, están echando de sus cargos a los empleados y no quieren reconocerles ni sus beneficios sociales, ni siquiera se salva una respetable mujer que está encinta. Es de esperar que las autoridades de trabajo a las que han acudido -que si no pertenecen a los ‘ponchos rojos’ les pasan raspando-, tengan una pizca de ecuanimidad y dispongan que retornen a sus funciones o que por lo menos ordenen que les abonen sus derechos laborales hasta el último centavo.

En la Asamblea Legislativa Departamental el asunto también tiene semejanzas con la brigada, donde pasan el tiempo en discusiones insustanciales, en pleitos por curules, sin aprobar leyes fundamentales para encarrilar la ‘locomotora’ que está bastante desviada o bloqueada en media vía. En ambos casos, es decir en la brigada y en la asamblea, se gastan buenos recursos en mantener las oficinas, en el personal, en los asesores, en comodidades, en cafecitos y refrescos.

Que no quede un medio de cuanto tienen asignado estos organismos, pero que no sea para perder el tiempo miserablemente sino para coadyuvar en la solución de los grandes problemas de Santa Cruz.

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Cambio: Encuentro de la crema liberal

La derecha liberal no deja de reunirse en selectos hoteles de América Latina para darse un baño de palabras que las justifique así mismas. Como debe ser en todo espacio democrático, los pensadores del liberalismo tienen todo el derecho de reunirse para dar su opinión, así como los que creemos en la democracia liberadora y la participación de los pueblos también podemos opinar sobre aquellos ostentosos encuentros.

La cita es en Buenos Aires, la capital argentina gobernada por Mauricio Macri, el tristemente célebre autor del desastre de Villa Soldati, donde los migrantes bolivianos sufrieron el racismo de viejo cuño colonial.

La estrella del programa es el político liberal peruano Mario Vargas Llosa, ese que una vez fue estimado como escritor y ahora es el portavoz de los males que trajo y sigue trayendo el dejar hacer y el dejar pasar para que los pueblos sufran la miseria a la que el capital les destina.

A Buenos Aires llegarán personajes cuya característica principal es tener a su idioma materno, el castellano, como segunda lengua, ya que es importante expresarse en inglés, el habla del imperio.

La calidad de la presencia boliviana está garantizada con la participación del ex presidente Jorge Tuto Quiroga, ese que no necesitó más de un año para hacer ‘pomada’, como se dice popularmente, la economía boliviana, ya ablandada por su antecesor y mentor, el dictador liberal Hugo Banzer.

Por cierto, es también importante señalar que el cadáver de Pinochet estará presente representado por quien fuera su ministro de Finanzas, Carlos Cáceres.

Como es de esperar, sería una barbaridad que en tremendo grupo de pensadores no estuviera un buen ‘gusano’, es decir, un cubano contrarrevolucionario, el llamado en esta ocasión es el conocido Carlos Montaner.

El programa es de una exquisitez que merece traducción, porque está en inglés, no se debe olvidar que toda esta actividad está vinculada a los círculos del ultraconservador partido republicano.

Para comenzar, el encuentro se llama Regional  meeting (encuentro regional) y el tema sobre el que los participantes debatirán es el desafío del populismo en América Latina. Acá se hace una traducción necesaria, para ellos el término populismo es dado a cualquier instancia política que permite la participación de las organizaciones sociales y populares en espacios de discusión, así como en informes.

Por el contrario, la política liberal considera al pueblo y sus organizaciones como seres de trabajo carentes de criterio político, por lo que tampoco tienen derechos, ya sean económicos, sociales o políticos.

Ellos, y sólo ellos, tienen la capacidad intelectual para hacerse cargo del gobierno.

El meeting debatirá en sesiones cuyos nombres indican con claridad los miedos que tienen al avance de los gobiernos populares; hablarán de temas como las formas de superar la debilidad institucional en América Latina, debe ser porque sus partidos están bastante debilitados y carentes de ideas interesantes.

El ex presidente Jorge Tuto Quiroga comentará sobre el populismo, un análisis sociológico y político. ¿Qué dirá el economista sobre la sociología?

Otro aspecto que será analizado hace mención al caso chileno, disertación que contará con la participación de los pinochetistas, por cierto exitosa para la muerte ordenada desde el Plan Cóndor.

También hay temas que se refieren a la libre empresa, la libertad, a la que consideran como la posibilidad de abusar al trabajador y su familia. Para terminar hay una de antología: ¿por qué es tan popular el populismo y el capitalismo tan temido en el mundo de hoy?, y no ven que es por la extrema crueldad del capitalismo.

La cereza está en los participantes: como se creen intelectuales, en el programa sólo hay dos mujeres. Además de fachos, machistas.

Los liberales denominan populismo a todo gobierno que permita la participación de las organizaciones sociales y populares, lo que para ellos es un pecado por su sentimiento de superioridad intelectual.

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La Prensa: Una Carta ilustrativa

Se puede prever que no serán pocas las sorpresas que depare esta Carta a quienes se identifican con los extremos en esta sociedad polarizada, sean o no católicos.

Los obispos del país han presentado Los católicos de hoy: presencia de esperanza y compromiso, una nueva Carta Pastoral dirigida ?a los miembros del Pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad en Bolivia, para avivar la esperanza y alentar el compromiso de todos en la transformación de la realidad actual de nuestro país, que, junto con los logros alcanzados, se ve todavía marcada por la ambigüedad de los procesos sociales, la banalización de los valores humanos y la subestima de la dimensión religiosa o trascendente de la vida, que generan división, confusión y frustración en las personas y los pueblos?.

Este documento se encuentra en la línea de las dos cartas pastorales anteriores relativas a la Tierra y al Agua que a la hora de atender ambos factores. Y se puede prever que será ese mismo tipo de orientación el que dará esta Carta en la que se realiza un riguroso análisis de la Iglesia y la realidad nacional y se ofrecen orientaciones sobre las fortalezas y debilidades del proceso de cambio que vive el país.

Es decir, se analiza este proceso desde la realidad concreta a través de lo que se hace (o no se hace) en rubros como la inclusión cultural y la riqueza de la diversidad en la construcción de un país con identidad y destino, evitando nuevas exclusiones e injusticias, y en un mundo globalizado; la marcha de la economía y el peligro de depender casi exclusivamente de la minería y los hidrocarburos; la persistencia de la pobreza; la inseguridad alimentaria; los problemas que genera la economía de la coca y el narcotráfico; la ausencia de la independencia de los poderes; la justicia comunitaria; la política; la educación; el control social y la administración del Estado. A ello se suma también una mirada autocrítica de la Iglesia y la relación entre Iglesia y Estado.

Se destaca también que una condición para seguir avanzando es ver que lo que se vive es un proceso histórico que es continuación de otros y que mañana sobrevendrán nuevos. Es decir, critica las corrientes que consideran que el país ha sido fundado hace cinco años, así como a las que buscan un destino autoritario tratando de imponer culturas o ideologías como verdades absolutas.

Lo señalado da cuenta ?aunque en forma incompleta? de la complejidad de esta Carta Pastoral que difunde el pensamiento de la Iglesia sobre el tiempo que estamos viviendo, tiempo que considera lleno de riqueza pero que muestra profundos peligros para la pacífica convivencia si no se adoptan correctivos dirigidos a preservar la libertad. Por eso esta Carta ?quiere ser la respuesta y el servicio que como pastores debemos a la Iglesia en Bolivia, ante el pedido de muchos cristianos deseosos de aportar, con responsabilidad, a los procesos de construcción del bien común, de la justicia y la paz?.

Desde otro enfoque, en temas como unión entre personas del mismo sexo y las políticas de control de natalidad, la Carta mantiene la posición tradicional, y, de acuerdo con algunos entendidos, llama la atención la ninguna referencia al papel de los medios de comunicación en la realidad actual, tema de alta y polémica vigencia.

Finalmente, se puede prever que no serán pocas las sorpresas que depare esta Carta a quienes se identifican con los extremos en esta sociedad polarizada, sean o no católicos. En su tradicional método, los obispos anuncian, denuncian y proponen?

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El Diario: ¿Entrenamientos mejores que los que daba la DEA?

Toda labor en contra del narcotráfico siempre será bienvenida en cualquier parte del mundo porque es de conveniencia de todos luchar contra el letal mal que son las drogas. Hace pocos días, con autoridades del Brasil, el Gobierno convino en que “Brasil cooperaría a la lucha contra las drogas”. Brasil y otros países de la comunidad mundial no sólo deben “cooperar” para que nuestro país haga la principal labor sino cumplir con un deber de propia conveniencia y beneficio que les compete, ya que las drogas, tal vez más que en Bolivia, han invadido grande y gravemente a los países, especialmente a los ricos y desarrollados y, además con gran población, cuya capacidad consumidora es la que determina una mayor producción.

En los acuerdos se dijo que “habría capacitación a las fuerzas antidroga bolivianas”. Al respecto, hay que convenir en que ningún país tiene la capacidad, la experiencia, las posibilidades y la vocación de luchar contra el narcotráfico que la DEA, entidad estadounidense que cumple muy bien sus actividades en cualquier parte donde se encuentre. En Bolivia ha desarrollado gran actividad y si hay experiencias y capacidad para luchar contra el mal es gracias a la DEA. Lo lamentable es que, por razones políticas, se ha prescindido de su presencia en territorio nacional y hoy vivimos pendientes de que otros países o instituciones asuman siquiera en parte labores de la DEA.

Sin necesidad de recurrir a “entrenamientos especiales” a nuestro personal de la Policía, de UMOPAR o de la FELCN, el Brasil como otros países vecinos tendrían mucho que cumplir en sus propios países empezando por sus fronteras para evitar el tráfico de la mortal droga; por otro lado, endurecer las labores de interdicción para evitar la comercialización y consumo en sus ciudades y pueblos que son aptos inclusive para reclutar no sólo consumidores sino comercializadores y hasta “puentes” entre poblaciones para la difusión de grandes cantidades de pasta base (“crack”), cocaína cristalizada, heroína, marihuana y otros muchos que circulan en el mundo tenebroso que manejan los empresarios de las drogas.

En esos países tendría que haber mucho control en sus propias fuerzas antidroga, que bien pueden llegar al campo de la corrupción porque el dicho de Napoleón Bonaparte: “No hay hombre que no se venda, sólo hay que saber su precio”, es práctica, medio y razón de más enriquecimientos para quienes incrementan cada día sus fortunas a costa de la salud y vida de millones de consumidores.

Nuestro país, conjuntamente las naciones vecinas, los países ricos y desarrollados y todos los que pertenecen al Cuarto y Tercer Mundo, prácticamente tenemos la obligación de combatir a un mal que cobra más víctimas que todas las guerras, no sólo en vidas sino en degradación moral, en atentados a la economía, en “inversiones” que logran “lavar” el dinero malhabido para introducirlo en negocios lícitos y quedar ellos transparentes ante la sociedad mundial y continúen con el letal negocio.

En cada sitio en el que se incaute drogas y bienes del narcotráfico debería surgir una pregunta que ninguna autoridad se hace ni sigue sus huellas: ¿Qué pasos se ha recorrido hasta llegar al momento de incautación y decomiso de drogas y bienes? Se habla de cantidad de droga, pero no se dice cuánto dinero y qué bienes, cuántos turriles de precursores han caído en poder de las autoridades. Estos son algunos “descuidos” que “pasan” en casi todos los países y ello no debería ocurrir.

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El Mundo: Distensión

Con la recordación de la entrada de Jesús en Jerusalén empieza la recordación litúrgica de la Semana Santa que con seguridad, servirá para la reflexión y el recogimiento, inclusiva para aquellos no creyentes que se sentirán influenciados por la movilización que representa para el mundo católico y cristiano la evocación de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Ayer se produjo una masiva concentración de personas en los templos, para seguir la tradición de la bendición de las ramas de palma que recuerdan la forma en que fue recibido el Redentor a su llegada a la legendaria capital de Israel a donde lo llevó su misión pastoral.

Mientras tanto, en otros lugares del país, según informaciones de las autoridades de Gobierno, las reuniones que sostuvieron con la Central Obrera Boliviana para encontrar una salida a los requerimientos de los trabajadores, habrían conseguido un acuerdo, con el ofrecimiento de una mejora en la propuesta salarial, reiterando la dificultad que representaría para el Estado cumplir con los requerimientos de los trabajadores, aun en esa proporción; los empleadores por su parte, anunciaron también que aceptar la decisión representará para ello un esfuerzo especial.

La baja de la tensión podría también facilitar otros aspectos relacionados con la conmemoración religiosa, ya que muchas personas acostumbran salir de la ciudad en estos días, las mismas que se encontraban en duda por los bloqueos de caminos y otras acciones que impedían un normal desarrollo de las actividades.

De esta manera se crea el ambiente necesario para la reflexión que tanto merecen la ciudadanía y los gobernantes, para poner en marcha un Estado que merece una planificación a futuro y que a pesar del tiempo transcurrido, las autoridades no han conseguido mostrar un avance efectivo en ese sentido.

La recordación de la Semana Santa lleva a las personas a pensar en lo importante que es pensar en el beneficio de los demás, alejando los intereses egoístas que solo consiguen ampliar las diferencias que se manifiestan por razones raciales, políticas y culturales y que deberían ser erradicadas en un país que por su diversidad cultural, merece atención especial y respeto a las ideas ajenas.

El incremento salarial, así sea en una proporción minima, debe también llevar a los trabajadores a duplicar sus esfuerzos, de tal manera que se creen las posibilidades de que las mejoras en el futuro puedan ser más significativas.

Queda todavía pendiente la solución de otras situaciones que han quedado en suspenso, debido a que la acumulación de pruebas e información no han sido suficientes para que las autoridades judiciales puedan encontrar soluciones, a pesar de que la ciudadanía ha entendido que la presencia de solo un funcionario del Estado podría haber dado las luces necesarias sobre una situación que la mayoría del ciudadanía ha comprendido a cabalidad, pero que las autoridades no terminan por aceptar, en razón a que ello debilitaría su seriedad y prestigio seriamente comprometidos con esta trama.

Si bien la gestión gubernamental se ha caracterizado desde el primer día por una pugna entre quienes forman parte del partido de gobierno y los miembros de la oposición, valdría la pena buscar puntos de coincidencia para poner en marcha el país, sin que ello signifique claudicar en las posiciones ideológicas.

Volvemos a mencionar el hecho de otras naciones que con un pensamiento similar han encontrado el camino del desarrollo.

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Clarín, Argentina: Ocho años más para el Riachuelo

La notable deficiencia de la política ambiental del Gobierno es la principal responsable de la mora en el saneamiento del Riachuelo, incumpliendo los plazos fijados por la Corte Suprema.

El secretario de Medio Ambiente de la Nación, Juan José Mussi, ex intendente de Berazategui, señaló que el saneamiento de la cuenca Riachuelo-Matanza demandará cinco años más, y luego se necesitarían al menos cinco años más para realizar la limpieza efectiva. Han pasado más de tres años de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia y la actividad realizada ha sido mínima y, ahora, entonces, se anuncian plazos elocuentemente abusivos.

La extensión de los plazos ha sido una constante en la actuación de la ACUMAR (la autoridad de la cuenca, integrada por la Nación, la Provincia y la Ciudad), al igual que la definición de metas de dudoso cumplimiento, como la referida al uso del río para ?recreación pasiva?, cuando según los expertos no podrá ser utilizado para ninguna actividad deportiva. Pero a pesar de estas y otras objeciones técnicas, en nada se ha modificado la estrategia de la ACUMAR, un organismo que además ha sido cuestionado por subejecutar su presupuesto.

La improvisación y la falta de compromiso real con la problemática ambiental sigue manteniendo el problema ambiental y el daño a la población afectada y, además, demuestra la virtual ausencia de compromiso efectivo de cumplimiento de la sentencia de la Corte.

Ahora el Gobierno señaló que habrá que esperar ocho años más para que se alcance a limpiar el Riachuelo, evidenciando la ausencia de políticas bien articuladas en el área ambiental.

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