Baja calidad de la democracia

Evo-Morales1 La Asociación Boliviana de Ciencia Política acaba de presentar el estudio “La Calidad de la Democracia en Bolivia 2010”, respaldado por la Fundación Konrad Adenauer. El informe de los politólogos revela que “existe una situación precaria en la dimensión de derechos, garantías y libertades ciudadanas”.

Salvo en el caso de los “políticos oficialistas”, los entrevistados en el estudio confirman los temores de muchos sectores de la población boliviana en torno al “estado de vulnerabilidad de sus prerrogativas que están consagradas en la Constitución Política del Estado”.

“Los entrevistados han mencionado una masiva injerencia del Órgano Ejecutivo en áreas que corresponden al resto de los órganos de poder (Asamblea Legislativa y Órgano Judicial), hecho que por supuesto tiene un impacto negativo”, indica el reporta.



Cultura política autoritaria

También se señala la “Cultura política autoritaria, escasamente predispuesta a resolver las controversias en términos democráticos, promotora del prebendalismo, el clientelismo y la corrupción, defectos que además afectan las posibilidades de remontar la situación de pobreza y desigualdad que caracteriza a Bolivia desde hace mucho tiempo”.

No existe división de poderes

“La evaluación de los órganos de poder del Estado plurinacional boliviano por parte de los entrevistados es pesimista. Particularmente sensible es el tema de la independencia y coordinación de dichos órganos, cuestión que no se cumple: la injerencia y/o intromisión del Órgano Ejecutivo en sus ámbitos de trabajo. Así, la Asamblea Legislativa Plurinacional no puede ejercer una función esencial en democracia: el debate pluralista y libre de los temas de agenda que, en estos tiempos, incluyen leyes estructurales que afectarán la vida de millones de bolivianos”.

“En opinión de los entrevistados, el Órgano Judicial carece de independencia y es controlado por el Órgano Ejecutivo lo que de hecho demerita su trabajo y agiganta sus defectos estructurales: retardación de justicia, corrupción y parcialización. En general, no existen razones para ser optimista en este punto por ahora”.

Igualmente, el informe de los politólogos bolivianos devela la “falta de políticas públicas para encarar, con éxito, la disminución efectiva de la pobreza y la desigualdad. Dos problemas estructurales que permanentemente han impedido que Bolivia alcance niveles de desarrollo humano razonables en relación a los recursos humanos y naturales que posee”.

Empresas públicas no son la alternativa

“La creación de empresas públicas no parece ser una alternativa efectiva para la generación masiva de empleos y su eficiencia y/o productividad estará siempre en función de criterios políticos. En síntesis, hace falta que el Estado plurinacional implemente una política de largo aliento que promueva los emprendimientos privados (pequeños, medianos y grandes) ya que está demostrado que son eficientes y generan empleo”.

No hay rendición de cuentas

El estudio ha demostrado que la dimensión correspondiente a la “responsabilidad pública y la rendición de cuentas” presenta deficiencias particularmente en lo que atañe a los diversos niveles de gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia.

“Esta situación es el resultado de una debilidad estructural en los mecanismos ciudadanos de control social y fiscalización ciudadana que tampoco funcionan correctamente. Y esto es una paradoja si tenemos en cuenta que la Constitución Política del Estado prevé el control social, no solo sobre las autoridades sino sobre el diseño e implementación de políticas públicas”.

“Los entrevistados señalaron que si bien las organizaciones de la sociedad civil (esencialmente organizaciones vecinales, sindicales e indígena/campesinas) tienen influencia para ejercitar ese control, no lo utilizan porque sus dirigencias están cooptadas por el partido en función de gobierno, porque representan intereses corporativos, un problema insalvable por la naturaleza de dichas organizaciones, o porque son corruptas”.

Democracia sin rumbo

Otra conclusión a la que arribó el estudio es que “la democracia boliviana no parece tener un rumbo fijo. Es decir, los datos colocan a Bolivia entre las democracias en transición que no se sabe si lograrán escalar hacia una democracia en vías de consolidación o si, en cambio, caerán en la categoría de las democracias nominales”…

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