El gobierno negó que esté tratando de influir en los resultados de las elecciones para favorecer a Keiko Fujimori y subrayó que no existen pruebas en su contra.
Con dos polarizantes candidatos a la Presidencia y un electorado especialmente indeciso, la campaña presidencial en Perú se ha convertido en tierra fértil para polémicas. Y la última columna del escritor Mario Vargas Llosa -quien apoya al nacionalista Ollanta Humala- puso el acento en los supuestos ataques desde el gobierno.
El premio Nobel de Literatura y ex candidato presidencial (1990) se hizo eco de una denuncia hecha por el diario La Primera, que asegura que existe un "Plan Sábana" para desprestigiar a Humala, en el que los servicios de inteligencia usan "métodos delictuosos, espionaje telefónico, operaciones calumniosas y escandalosas filtradas a la prensa".
El gobierno se apuró a desestimar las acusaciones, y la Premier Rosario Fernández dijo a The Associated Press que "afirmar eso implicaría tener pruebas contundentes".
"Que se venga a Lima"
El siguiente dardo vino desde la prensa. El director del diario Correo, Aldo Mariátegui, interpeló al escritor en su columna de ayer asegurando que si "quiere que lo tomemos en serio sobre su apoyo a Ollanta, que renuncie a su pasaporte español y se venga a Lima durante la campaña (y durante los largos años que gobierne Ollanta en caso de ganar)".
El director de Correo añadió que aunque Vargas Llosa apunta sus acusaciones al gobierno de Alan García, no tuvo problemas al apoyarlo en las elecciones de 2006 "y bien que lo ha estado visitando en Palacio después de acusarlo de corrupto y de violar los DDHH".
Aunque las acusaciones contra el gobierno no han podido ser comprobadas, la sensación de que la campaña se va ensuciando cada vez más es ineludible. "Yo no pondría ni un pelo de mis bigotes al fuego por el diario La Primera… la objetividad no es la especialidad de la casa" dijo a "El Mercurio" el columnista Mirko Lauer.
Lauer agregó que la gente que está haciendo campaña es "perfectamente capaz de orquestar un plan de este tipo". "El fujimorismo ha hecho eso y peor en el pasado. Pero no he visto pruebas de esto todavía y el humalismo se ha acostumbrado en esta elección a ‘gritar lobo’ todo el día", comentó.
Según Lauer, el mayor impacto de las opiniones de Vargas Llosa es en la "clase media alta, a la que le gustaría votar por Fujimori y a la vez sentirse liberal (en asuntos sociales)". "Mi sensación es que Vargas Llosa no se los permite y los enfrenta con su propia tristeza, y es que no están votando por principio, sino por interés".
Medios
Las críticas de Vargas Llosa no se limitaron al gobierno. En la columna denunció el despido de periodistas de canales de TV cable por tener una postura que no favorecía a Keiko Fujimori.
"Eso sí es inaceptable. Una cosa es que un medio tenga una línea editorial y otra es que se pretenda transformarlo en una suerte de instrumento de propaganda", dijo a "El Mercurio" el analista y ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi.
El escritor también polemizó con el cardenal y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, quien lo ha criticado por sus opiniones políticas. Vargas Llosa aseguró que el prelado, en su último libro "Los irrenunciables derechos humanos", "justifica todas las críticas que en nombre de la democracia y los DDHH recibe con frecuencia y, principalmente, de los sectores católicos más liberales".
"Cada uno está en su lugar. Yo soy el cardenal y el arzobispo de Lima, él es un premio Nobel de Literatura. Si salimos de nuestro sitio, nos equivocamos. Él dice que no es creyente, y me parece que eso ya es suficiente", respondió Cipriani.
El Mercurio – Santiago de Chile