Las potenciales hidroeléctricas del norte, mucho más que electricidad

Ismael Schabib Montero*

Vicealmirante Ismael Schabib ¿Será porque los brasileños son tontos y no aman su territorio, que están construyendo una represa en el río Madera, y nosotros porque somos muy inteligentes no queremos hacerlo en la región colindante? Los “tontos” brasileños dan nítidas señales que se convertirán en una superpotencia antes de 50 años y nosotros los “inteligentes” bolivianos ¿Cómo vamos?

El proyecto de la Empresa privada Furnas Centrais Electricas S.A., lo apoya el gobierno de ese país, lo apoyó Lula y lo apoya la actual presidenta. El objetivo que persiguen es dotar de energía eléctrica a algunos estados periféricos para acelerar su desarrollo, como son Rondonia y el Acre, vecinos de Bolivia. En el caso nuestro los departamentos que se beneficiarían con “la continuación del proyecto” serían, Pando, Beni, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, especialmente los dos primeros que coincidentemente son los menos desarrollados. Inicialmente este emprendimiento brasilero consideraba la construcción de dos hidroeléctricas ubicadas en un tramo del río Madera comprendido entre la desembocadura del río Abuna y la ciudad de Porto Velho, en una longitud de 260 Km., “Jirau” y “San Antonio”, esta última es la más cercana a la capital del Estado de Rondonia y la más alejada a territorio boliviano, es la que en la actualidad se está construyendo. Entre las características generales se consideraba que “San Antonio” tendría una potencia instalada de 3.580 MW y “Jirau” 3.900 MW.



Aparentemente, en el presente mientras se construye la represa “San Antonio”, el proyecto puede haber variado. La continuación del emprendimiento contempla la construcción de una hidroeléctrica en Bolivia, en Cachuela Esperanza, sobre el río Beni, que generaría entre 2.500 y 3.000 M.W. y otra en el río Madera, en el tramo internacional, que sirve de límite arcifinio entre Bolivia y Brasil, en Riverón, cerca a Villa Bella, con la posibilidad de generar un poco más de electricidad que la de Cachuela Esperanza. Según la información que se manejó en su momento, sólo lo que produciría la represa en Cachuela Esperanza sería mayor al 50% del total instalado en Bolivia, que bordea los 5.000 M.W. Los estudios en el país vecino están terminados, aprobados, y el proyecto en construcción. En el lado boliviano no se han realizado, pese a que el Brasil hace más de 10 años ha ofrecido financiarlo. Lo mágico de este emprendimiento es que usaría la energía cinética de la corriente del agua en la cachuela o rápido, mientras la antigua tecnología empleada en Itaipú considera la energía potencial de la caída generada por un gran embalse dañino para la naturaleza, para el eco sistema. El proyecto contempla, además, navegabilidad y agroindustria, que podrían generar mayor impacto positivo en Bolivia que la misma electricidad

La tragedia de nuestros ríos amazónicos es que en tiempo seco, en los meses de agosto, septiembre y octubre, sólo mantienen aproximadamente el 30% de su caudal y la mayoría deja de ser navegable para embarcaciones grandes, en el caso del Dpto. Beni sólo el tramo Trinidad-Guayaramerín es utilizable todo el año con ciertas restricciones en la época mencionada, debido a las afloraciones rocosas que se materializan en varias partes, esta situación se agudiza en el mes de octubre. La gran novedad del proyecto de las hidroeléctricas es que contemplarían la construcción de un canal a un costado que permitiría la continuidad de la navegación, el arribo y bajada de peces en la época de desove y se podría hacer un control del caudal para que los ríos mantengan un nivel de agua que los conserve navegables todo el año, ofreciendo la posibilidad de que Bolivia acceda al Océano Atlántico Norte de Sud América en vista que el Madera es uno de los principales afluentes del Amazonas. Esta hidrovia nos ofrecería mayores ventajas que la hidrovia Paraguay-Parana, porque desemboca más al Norte, más próximo a los mercados de EEUU y Europa, es más directa y compromete un interland boliviano (área de influencia) más grande incluso que el de una salida al mar por el Pacífico, porque de mantenerse en su medio cajón el nivel de agua de los ríos serían navegables todo el año, se podrían construir puertos para embarcaciones mayores a lo largo de los ríos Madre Dios, Beni, Mamoré e Itenez que beneficiarían a los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz; sólo por dar algunos ejemplos, se podría embarcar granos en Puerto Grether, Dpto. de Santa Cruz, carga en Puerto Villarroel, Cochabamba, en Rurrenabaque, en el Beni, en San Buena Ventura, en La Paz, en el Chive en Pando Etc. para transportarla por vía fluvial a los mercados de Europa, Asia y EEUU.

Respecto de la pecuaria, revolucionaría la ganadería en la región, pasaría de extensiva a intensiva, porque sus pampas naturales podrían emplearse para la siembra de soya, maíz y arroz. Algunos entendidos en la materia, comentan que en las pampas del Beni, sin tumbar un solo árbol, se podría sembrar el importe de 20 millones de toneladas de soya, que según su fluctuante precio, podría generar entre 4 mil y 8 mil millones de dólares anuales. El Brasil tendría interés en comprar toda la energía eléctrica excedentaria del proyecto en el lado boliviano, que en los primeros 50 años sería casi el 85% en vista de la poca demanda existente en la región y la energía ya instalada procedente de otras fuentes. Cálculos a priori, indican que le generaría al Estado boliviano un ingreso de 500 millones de dólares anuales.

Los beneficios económicos serían: Disponibilidad de energía hidroeléctrica regional, visualizando dar apoyo a los proyectos de desarrollo sustentables en la región, instalación al parque industrial (agropecuaria, minería, navegación y otros) aumento de la producción agrícola sin deforestación, utilización del transporte fluvial que es más barato en reemplazo del terrestre, viabilizarían la diversidad agrícola, sustitución progresiva de la utilización de energía térmica, facilitaría el control de cuencas. Los beneficios multinacionales: Integración de Bolivia, Brasil y Perú, facilitación del acceso a los océanos Pacífico y Atlántico a los mercados asiáticos, europeo y estadounidense, incremento de la producción agrícola, mayor presencia del Estado para el control de la región amazónica amenazada por el narcotráfico.

Sin embargo que la nueva tecnología, utiliza la corriente del río en sustitución del embalse dañino, que garantiza muy poco o ningún daño ambiental, debería ser una condición insalvable la realización de todos los estudios necesarios en previsión de daños colaterales inimaginables al ecosistema en territorio boliviano para tomar una decisión acertada. En el supuesto de que no existieran impedimentos, la realización de este proyecto nos convertiría en un verdadero país articulador de Sudamérica, empalmando la hidrovía con los Corredores de Exportación, seríamos un país bioceánico atípico, como lo ha previsto el IIRSA, (Integración de la Infraestructura Regional de Sud América). Bolivia se revolucionaria, con energía eléctrica en el Norte y gas en el Sur, con 4.000 Km. de ríos navegables todo el año, pasaría a ser potencia soyera como el Paraguay, y con otra salida al Océano Atlántico. Podríamos generar un circuito económico virtuoso.

*Vicealmirante de la República de Bolivia